La represi¨®n desencadenada por Sadat pone en tela de juicio la solidez del r¨¦gimen
Con una brutalidad que ha sorprendido a sus propios partidarios, el presidente Anuar el Sadat desat¨® a principios de septiembre una ola represiva contra la oposici¨®n religiosa y pol¨ªtica, acusando a la primera de fomentar la sedici¨®n confesional y criticando a la segunda por sus conspiraciones. El dirigente egipcio estima haber obrado en defensa de la unidad de un pa¨ªs en el que la tradicional convivencia pac¨ªfica de la mayor¨ªa ¨¢rabe y la minor¨ªa copta se hab¨ªa degradado por la ambici¨®n de sus dirigentes, manipulados, seg¨²n el rais, por el comunismo e influidos por la revoluci¨®n iran¨ª. Sin embargo, como ha podido comprobar un enviado de EL PA?S en Egipto, la solidez del r¨¦gimen es puesta ahora en tela de juicio por un amplio abanico de personalidades pol¨ªticas de diversos credos, quienes critican al presidente egipcio la inoportunidad de unas decisiones cuyas primeras consecuencias negativas han sido alterar la imagen liberal de un pa¨ªs en el que sigue autorizado el multipartidismo.
En el curso de una sola noche, la del 2 al 3 de septiembre, Sadat ordenaba la movilizaci¨®n de los efectivos paramilitares del pa¨ªs (polic¨ªa y fuerzas de seguridad del Mukhabarat) para detener a m¨¢s de seiscientos integristas musulmanes, coptos, intelectuales, periodistas y personalidades pol¨ªticas de la oposici¨®n legalizada y de diversos movimientos clandestinos. En d¨ªas sucesivos la ola de arrestos se elevar¨ªa a 1.536 personas, seg¨²n la versi¨®n oficial, y a cerca de 5.000, seg¨²n la oposici¨®n. Esta afirmaba que la raz¨®n que hab¨ªa inspirado las detenciones resid¨ªa en la proliferaci¨®n de octavillas y editoriales en los que se criticaba la normalizaci¨®n con Israel y se condenaban los acuerdos de Camp David. El rais aparec¨ªa demacrado y nervioso ante las c¨¢maras de la televisi¨®n, dos d¨ªas m¨¢s tarde, para denunciar la existencia de una conspiraci¨®n y acusar a integristas musulmanes y coptos de haber minado la unidad nacional. Sadat calificaba la situaci¨®n de muy peligrosa y aseguraba que las medidas coercitivas tend¨ªan a proteger a las j¨®venes generaciones contra todo lo que amenaza las tradiciones y valores del pueblo egipcio. Ese mismo d¨ªa, el papa Chenuda III, jefe espiritual de la minor¨ªa copta, integrada por cinco millones de personas (10% de la poblaci¨®n egipcia), era destituido y confinado a un monasterio perdido en el norte del pa¨ªs, acusado de haber desafiado pol¨ªticamente al r¨¦gimen.
Rigor y disciplina
El balance de la operaci¨®n rigor y disciplina, seg¨²n el calificativo dado por la Prensa oficialista cairota, no deja de ser impresionante: m¨¢s de mil integristas detenidos, entre los que figuran treinta emires de las llamadas cofrad¨ªas isl¨¢micas y su dirigente espiritual, Helmi el Jezzar, coordinador de las actividades de decenas de miles de estudiantes jomeinistas; el gu¨ªa de los hermanos musulmanes, Ornar Telmessani, abogado de setenta a?os y redactor jefe de la revista integrista El Dauda, suspendida al igual que una decena de otras publicaciones religiosas y laicas; 150 dirigentes coptos, entre los que figuran doce obispos, y otras 350 personalidades.
Entre estas ¨²ltimas se hallan los n¨²meros dos de los partidos de la oposici¨®n legal: Ismail Sabri, del Movimiento de la Uni¨®n Progresista (izquierda no comunista), y Helmi Murad, del Partido Social Laborista. Tambi¨¦n figuran el jefe del Partido Nacionalista Wafd, Fuad Seragueddin; el periodista y ex confidente de Nasser Mohamed Heikal, y varios abogados y profesores.
La politizaci¨®n creciente de las asociaciones isl¨¢micas (Gaamat Islamiya) creadas tras el desastre de la guerra de 1967, aunque existentes de forma embrionaria desde el principio de los a?os cincuenta, habr¨ªa justificado las medidas dictadas por Sadat, quien, no contento con golpear al principal de sus enemigos interiores, habr¨ªa aprovechado la ocasi¨®n para llevar a cabo una verdadera operaci¨®n quir¨²rgica en el seno de los partidos pol¨ªticos, los medios intelectuales y la propia minor¨ªa copta. Esta ¨²ltima aparece no tanto como una v¨ªctima de la represi¨®n, s¨ªno como una especie de coartada destinada a demostrar el car¨¢cter fara¨®nico de las medidas dictadas por el pa¨ªs.
"Compl¨® sovi¨¦tico"
Nabani Ismail, ministro del Interior, evoca en duros t¨¦rminos la violencia de los integristas que, no contentos con haberse apoderado literalmente de las principales un¨ªversidades egipcias, hab¨ªan establecido en las mismas un reinado del terror arengando a los estudiantes y denunciando el r¨¦gimen de corrupci¨®n de Sadat, predicando el exterminio de los dirigentes y abogando por el est¨¢blecimiento de una rep¨²blica isl¨¢mica. Seg¨²n el ministro egipcio, los integristas llegaban a molestar a los turistas, detruir los establecimientos propiedad de los coptos y expulsar a los imanes de las mezquitas, para convertir ¨¦stas en centros pol¨ªticos.
Los grupos isl¨¢micos -seg¨²n el propio Sadat- explotaban el Islam, se desviaban de sus objetivos religiosos y organizaban una conspiraci¨®n contra las instituciones del r¨¦gimen, apoyados financiera Y. materialmente por pa¨ªses socialistas europeos y radicales ¨¢rabes. El rais no ha vacilado en referirse a la existencia de un compl¨® sovi¨¦tico, acusando al embajador de la URSS, Vladimir Poliakov, de constituir la cabeza dirigente. El funcionario sovi¨¦tico, al igual que otros seis diplom¨¢ticos y cerca de un millar de cooperantes de esa nacionalidad, han sido expulsados de Egipto. Las tesis oficiales se?alan que los sovi¨¦ticos intentaban reclutar a los integristas y pol¨ªticos de la oposici¨®n para reunir informaciones de car¨¢cter pol¨ªtico, religioso, econ¨®mico y militar, susceptibles de minar la seguridad del pa¨ªs.
La caza, de brujas decretada por el rais no parece tener limitaciones. Si los dos principales dirigentes de la oposici¨®n legalizada, Khaled Mohieddine e Ibrahim Chucri, se hallan en libertad, toda tentativa de acceder a ellos es desaconsejada por la guardia pretoriana que permanece vigil,ante ante sus domicilios. Por tel¨¦fono, los dos pol¨ªticos declaran que la situaci¨®n es realmente confusa y niegan las acusaciones de Sadat en torno a la existencia de un compl¨® financiado por el extranjero. "La verdadera raz¨®n de esta crisis", subraya Chucri, "es la hostilidad creciente del pueblo egipcio a la normalizaci¨®n con Israel y el aislamiento del resto de la naci¨®n ¨¢rabe".
La tesis de una guerra de religi¨®n embrionaria, a la que han aludido los dirigentes del partido oficialista, Partido Nacional Democr¨¢tico (PND), es rechazada por los raros dirigentes de las asociaciones isl¨¢micas que aceptan recibir a los periodistas occidentales en domicilios an¨®nimos de las barriadas populares cairotas de El Gamaliya y Bab el Khalq. Dos miembros de una asociaci¨®n clandestina, la Al Takfir Wal Hijrat, conocida por la solidez de su implantamiento en la Universidad de El Cairo y en centros isl¨¢micos oficialistas, como el de El Azhar, reprochan a la polic¨ªa pol¨ªtica del r¨¦gimen el haber infiltrado univers¨ªdades, escuelas, liceos y barrios populares, en los que la delaci¨®n es cotidiana. Este grupo estima que la violenc¨ªa f¨ªsica desatada por el rais puede volverse contra ¨¦l, como ocurriera con un ministro de Asuntos Religiosos, secuestrado y asesinado por los integristas en 1977 por haber criticado el extremismo de su doctrina.
La mayor parte de los miembros de las asociaciones isl¨¢micas reconocen que la ola represiva iniciada a comienzos de septiembre les ha obligado a adoptar medidas de defensa, tales como abandonar el uso de la ghalobia (especie de t¨²nica blanca) y el de la barba, signos por los que se reconocer¨ªan y que, seg¨²n ellos, bastar¨ªan para ser detenidos por el Mukhabarat.
La religi¨®n, nacionalizada
La nacionalizaci¨®n de las 40.000 mezquitas, dictada por el Gobierno egipcio el 7 de septiembre, se ha visto acompa?ada de un reforzamiento del control estatal sobre la emisi¨®n de los sermones trad¨ªcionales del viernes. S¨®lo aquellos imanes autorizados por la Universidad isl¨¢mica de El Azhar, dependiente del Ministerio de Asuntos. Religiosos, pueden hacer uso de la palabra durante el d¨ªa santo musulm¨¢n. Para paliar la penuria de imanes autorizados, diversos profesores de las instituciones isl¨¢micas del pa¨ªs han sido nombrados de oficio por el Gobierno.
La prohibici¨®n de celebrar reuniones pol¨ªticas en las mezquitas, la disoluci¨®n de veinte asociaciones integristas calificadas de sediciosas, el traslado de cerca de sesenta profesores acusados de fo mentar la tensi¨®n confesional, y las suspensiones de publicaciones perniciosas forman parte de la operaci¨®n quir¨²rgica a que ha hecho referencia Sadat, quien se propone organizar un nuevo refer¨¦ndum sobre la democracia y los partidos pol¨ªticos. La fundaci¨®n de partidos pol¨ªticos o de peri¨®dicos ha sido suspendida hasta la aprobaci¨®n de un documento que debe definir los criterios de una sana democracia a la egipcia. El rais afirma que en adelante no debe existir "religi¨®n en la pol¨ªtica" ni "pol¨ªtica en la religi¨®n", pero sus argumentos parecen menos eficaces que las medidas represivas. La restauraci¨®n del orden y la disciplina "se realizar¨¢ al precio que sea" promete el ministro del Interior, Nabani Ismail, palabras premonitorias de tiempos dif¨ªciles para los egipcios.
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