100 especialistas debaten la procedencia jud¨ªa de santa Teresa
?Durante siglos, los estudios hist¨®ricos sobre la persona de santa Teresa han obedecido m¨¢s a intereses apolog¨¦ticos que al rigor de la investigaci¨®n; de ah¨ª las sucesivas manipulaciones biogr¨¢ficas haci¨¦ndola pasar de la santa doctora a la santa taumaturga, para acabar en la santa de la raza. Pero ?de qu¨¦ raza? Hoy los iniciados saben que santa Teresa era jud¨ªa?, dec¨ªa el historiador Te¨®fanes Egido en el ciclo de conferencias que sobre el tema se celebra en el Valle de los Ca¨ªdos.
Estas conferencias, organizadas desde el Ministerio de Cultura dirigidas por el teresianista V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha. abren el programa de actitudes organizado por la comisi¨®n oficial organizadora del IV centenario, que preside el ministro de Cultura y de la que forman parte cuatro subsecretarios. as¨ª como media docena de reconocidos especialistas, am¨¦n del obispo de Avila.La citada comisi¨®n, cuyo comit¨¦ permanente preside Eugenio Nasarre, va a convocar tres premios sobre poes¨ªa, investigaci¨®n literaria y m¨²sica. Est¨¢n previstas dos exposiciones itinerantes: una sobre santa Teresa y su tiempo, y la otra, bibliogr¨¢fica. Se aprovechar¨¢ el centenario para ediciones en facs¨ªmil, donde la Editora Nacional colaborar¨¢ con editoriales privadas. Para los responsables de la comisi¨®n gubernamental el tiempo fuerte del centenario ser¨¢ el oto?o de 1982. Entonces tendr¨¢ lugar un congreso internacional, organizado por la Universidad de Salamanca, en el que se abordar¨¢n aspectos hist¨®ricos, literarios y espirituales de santa Teresa.
El centenar de expertos reunidos en el Valle de los Ca¨ªdos pretende ?hacer un balance de la investigaci¨®n actual y proponer nuevos temas para el congreso del a?o pr¨®ximo?, dice V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha.
Efr¨¦n de la Madre de Dios, autoridad en la materia, inici¨® el repaso al estado de la cuesti¨®n, se?alando que santa Teresa representa una s¨ªntesis de las grandes corrientes doctrinales del tiempo. En base a la defensa de Teresa de Ahumida ante la Inquisici¨®n de Sevilla, se puede ver c¨®mo sus maestros fueron los dominicos y los jesuitas, a los que hay que a?adir la corriente franciscana en la que se hab¨ªa formado. Cuando de s¨ª dice que ?es mujer sin letras? hay que valorar su sentido ir¨®nico y cr¨ªtico respecto a los letrados censores del tiempo. El sentido humanista y encarnado de su espiritualidad, que llev¨® a Maritain a tratarla de ?practicona de la espiritualidad?, es hoy principio reconocido en las teor¨ªas m¨ªsticas, que consideran a santa Teresa cual fuente obligada.
Teresa, nieta de un converso
Fue, sin embargo, la ponencia de Te¨®fanes Egido la que provoc¨® mayor pol¨¦mica. El profesor de Valladolid constataba c¨®mo durante siglos el inter¨¦s de los historiadores se hab¨ªa centrado en los temas literarios y espirituales, en tanto que las consideraciones biogr¨¢ficas y ambientales hab¨ªan sido v¨ªctimas de intereses apolog¨¦ticos que acabaron en una cascada de manipulaciones.Las disputas dom¨¦sticas que se sucedieron a ra¨ªz de su muerte entre carmelitas pusieron el ¨¦nfasis ?en el car¨¢cter magisterial doctoral, en la seguridad doctrinal de la hero¨ªna?. Luego, cuando ya se brega por la canonizaci¨®n de Teresa de Ahumada, aparece una Teresa taumaturgia. Para que todo cuadre no falta quien dio que su nombre de pila ?es originario del griego taumaturga que quiere decir la milagrosa?. En el siglo XVII se la quiere hacer ?copatrona de todos los espa?oles?. t¨ªtulo que acarreaba sustanciosos beneficios econ¨®micos y sociales; pero el intento fracasa por la oposici¨®n de los can¨®nicos gallegos y los Caballeros de Santiago, que no est¨¢n dispuestos a repartir prebendas. La enemiga de Quevedo, caballero de la Orden Militar de Santiago, a santa Teresa tiene ese trasfondo interesado. Durante la Rep¨²blica y en los a?os cuarenta aparece como la santa de la raza. Pero ?de qu¨¦ raza?, se pregunta el historiador Egido. Porque resulta que el descubrimiento en 1946 de un pleito de la familia Cepeda acab¨® con la afirmaci¨®n de que ?santa Teresa tuvo en mucho ser nacida de padres hidalgos?. Al contrario, su abuelo y t¨ªos paternos fueron jud¨ªos, conversos en Toledo en 1485, y en la iglesia de Santa Leocadia, de Toledo, constan las penas consiguientes y los sambenitos delatores. Como tantos otros conversos, cambia el apellido S¨¢nchez por el de Ahumada, se va de Toledo a Avila, compra una ejecutoria falsifica de hidalgu¨ªa, abandona su indigno pero rentable trabajo de mercader y las sucesivas generaciones acaban arruinadas como todos los hidalgos. A los descendientos s¨®lo les queda la Igesia las lidias y la guerra.
Para Te¨®fanes Egido este fondo neoconverso explica buena parte la actitud de santa Teresa respecto a las clases sociales de su tiempo: gran simpat¨ªa por los burgueses de su tiempo a los que llama ?mis amigos?; ir¨®nica con la falsedad de los hidalgos, cr¨ªtica con las aristocracias de sangre: de sus conventos desaparecer¨¢n aquellas monjas do?as que viv¨ªan en el convento de la Encarnaci¨®n, de Avila, con una cohorte de esclavas. Todas las monjas ser¨¢n iguales. Y en los primeros textos legales que la Reforma desaparecer¨ªa el estatuto de limpieza de sangre, cesa habitual entre las ¨®rdenes religiosas.
Este centenario, el segundo que se celebra realmente, arranca sin las crispaciones que acompa?aron al celebrado en 1882. Entonces se cre¨® una junta nacional para el centenario, presidida por el presidente de Gobierno Sagasta, y de la que formaban parte los obispos y el nuncio. Los sectores integristas de la Iglesia, con Nodal y El Siglo Futuro en cabeza, trataron de boicotear "las actividades de la junta porque consideraban que la santa de Espa?a no pod¨ªa estar en boca de hombres tan contestados por los ultras cat¨®licos como Sagasta.
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