Inventario de problemas para la futura Xunta /1
Sustituir unos esquemas pol¨ªtico-administrativos altamente centralizados por otros articulados sobre el autogobierno de comunidades aut¨®nomas constitu¨ªa uno de los m¨¢s delicados y complejos problemas de la transici¨®n espa?ola.Por ello resulta especialmente sorprendente la tosquedad, insensatez y alegre irresponsabilidad con la que fue abordado desde sus primeros planteamientos. Entre las muchas consecuencias lamentables de un proceso caracterizado abundantemente por aquellas notas figura la frecuente identificaci¨®n entre autonom¨ªa y desarrollo econ¨®mico, creando expectativas que la irreversibilidad de algunos procesos de involuci¨®n econ¨®mica regional convierten en objetivamente irrealizables. La decepci¨®n y dolorosa frustraci¨®n coronar¨¢n, por ello, la historia de la autonom¨ªa de algunas comunidades espa?olas.
Afortunadamente para los, gallegos, Galicia se encuentra, sin embargo, entre las comunidades para las que la institucionalizaci¨®n auton¨®mica puede significar una potenciaci¨®n de su desarrollo econ¨®mico.
En efecto,prueba evidente de su capacidad de desarrollo es el parad¨®jico contraste entre, por una parte, la potencialidad derivada de su riqueza en recursos naturales y humanos y, por otra, su insatisfactoria realidad econ¨®mica presente, motivada por una estructura productiva inadecuada.
En casos como ¨¦ste no es dif¨ªcil probar que el acceso a la autonom¨ªa plena sienta las bases institucionales m¨¢s adecuadas para convertir en realidad toda su potencialidad econ¨®mica.
Pero afirmar que la institucionalizaci¨®n auton¨®mica permite alcanzar cotas de bienestar superiores a las asequibles bajo la organizaci¨®n centralizada tradicional no equivale a se?alar que esta posibilidad se realice por la mera existencia de los nuevos ¨®rganos auton¨®micos.
Tal ¨¦xito requiere que Parlamento y, Gobierno aut¨®nomos resuelvan y remuevan algunos importantes problemas y obst¨¢culos que, de otro modo, convertir¨ªan en est¨¦ril el nuevo marco, al menos desde la perspectiva del crecimiento econ¨®mico.
Presentar esquem¨¢ticamente las principales dificultades de esta naturaleza constituye el prop¨®sito de esta serie de tres art¨ªculos.
Actitud de la Administraci¨®n central
Si la Administraci¨®n central opone una resistencia contumaz al abandono de los viejos esquemas, paralizando al menos temporalmente, la generalizaci¨®n y profundizaci¨®n de las reformas, se anular¨ªan las posibilidades abiertas por el Estatuto de Autonom¨ªa. El penoso espect¨¢culo brindado por los entes preauton¨®micos a la opini¨®n p¨²blica espa?ola es la mejor advertencia del peligro cierto de que las autonom¨ªas pueden derivar en costosos aparatos burocr¨¢ticos no justificados econ¨®micamente al quedar ate nazados por una radical insuficiencia y/o incoherencia de competencias. Ciertamente, la proliferaci¨®n de consejeros o ministros regionales carentes de capacidad de decisi¨®n relevante ha hecho m¨¢s un favor del desencanto auton¨®mico general y del recelo de nuestros empresarios respecto del nuevo esquenla de organizaci¨®n estatal que todas las declaraciones antiautonomistas de ciertos segmentos de Ia clase pol¨ªtica y de concretos intereses econ¨®micos.
Pero no se trata s¨®lo de la condici¨®n obvia de que las comunidades aut¨®nomas sean titulares de las oportunas competencias. Otro requisito es tambi¨¦n necesario: un inteligente ejercicio de esas competencias por parte de las comunidades, seleccionando la estrategia adecuada, que, ciertamente, puede ser muy diferente de unas a otras regiones. Condici¨®n necesaria para ello es que el Gobierno regional adopte un modelo de direcci¨®n y decisi¨®n eficiente en la orientaci¨®n y potenciaci¨®n del desarrollo, a muchos grados de racionalidad por encima de la pr¨¢ctica habitual de los actuales entes de la Administraci¨®n local, cuyo conservadurismo es causa pr¨®xima de su ineficiencia social.
Por otra parte, los sistemas que un Gobierno regional pretende regular son extremadamente complejos, abiertos y en continua evoluci¨®n, estando ¨¦sta adem¨¢s sujeta a un notable grado de incertidumbre. Por tal motivo, las consideraciones anteriores deben complementarse con el reconocimiento de que las necesidtdes del Gobierno y sociedad gallegos s¨®lo se ver¨¢n eficientemente atendidas por las f¨®rmulas y estructuras asociadas a una planificaci¨®n entendida como un proceso continuo de toma de decisiones sobre problemas y conflictos reales o potenciales.
Juan R. Quint¨¢s es catedr¨¢tico de Teor¨ªa Econ¨®mica en la Universidad de Santiago de Compostela.
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