La desaparici¨®n de Anuar el Sadat refuerza el deseo de liderazgo ¨¢rabe de Gadafi
"El heredero de Nasser es Gadafi, no Sadat". Esta frase lanzada por la televisi¨®n libia en un informe sobre la situaci¨®n pol¨ªtica de Egipto, resume la actitud de Tr¨ªpoli ante los acontecimientos del vecino pa¨ªs y su ambici¨®n de liderazgo del mundo ¨¢rabe. Los dirigentes libios no disimulan su satisfacci¨®n por la desaparici¨®n del rais y el aislamiento de su r¨¦gimen dentro del mundo ¨¢rabe, puesto de manifiesto en el entierro de El Cairo. Pero tampoco ocultan cier ta inquietud ante las maniobras internacionales en torno a la zona y el reforzamiento de la presencia de Estados Unidos.
El coronel Gadafi declar¨® festivo el pasado domingo,"para que el pueblo pueda regocijarse por la desaparici¨®n del s¨ªmbolo de la traici¨®n". En las calles de Tr¨ªpoll abundan los carteles de dibujo ingenuo en el que presentan un Sadat degollado o aplastado por representaciones simb¨®licas del pueblo ¨¢rabe. Las im¨¢genes del citado reportaje televisivo eran igualmente ingenuas: las fotografias del rais aparec¨ªan con una sobreimpresi¨®n de rayas negras horizontales y verticales, para presentarle como si fuese un presidiario."El heredero de Nasser es Gadafi". A continuaci¨®n de esta frase sale en pantall,a el gu¨ªa de la revoluci¨®n libia pronunciando un discurso reciente: "Egipto es un pa¨ªs ¨¢rabe traicionado por Sadat, y s¨®lo volver¨¢ a ser ¨¢rabe cuando recupere su libertad". Retratos de Nasser alternan con desfiles militares libios, inanifestaciones presididas por Muamar, el Gadafi e im¨¢genes a c¨¢mara lenta del atentado, contra el desaparecido presidente egipcio. Cuando el soldado con el kalashnikov en mano avanza hacia la tribuna de Sadat, una voz en off sentencia: "He aqu¨ª un heroico soldado, digno y noble heredero de Nasser".
Sin embargo, el bombardeo ideol¨®gico, las apelaciones a la movilizaci¨®n, a la vigilancia y los mensajes militaristas de los medios de comunicaci¨®n no parecen haber alterado la vida de los habitantes de Tr¨ªpoli, una ciudad de enorme y enloquecida circulaci¨®n, donde da la impresi¨®n de que hay m¨¢s autom¨®viles que habitantes.
En una breve conversaci¨®n con un ciudadano de a pie, "¨¦ste se qued¨® poco menos que perplejo cuando le preguntamos si cre¨ªa posible una guerra entre Libia y Egipto: "El enemigo de Gadafi no es Egipto, sino Sadat. Su sucesor (Hosni Mubarak) es distinto; bueno, s¨®lo un poco; es algo menos malo".
Sud¨¢n es la clave
La preocupaci¨®n fundamental libia se centra ahora en la decisi¨®n norteamericana de reforzar su presencia en la zona y extender su protecci¨®n al Estado que era el m¨¢s fiel amigo del r¨¦gimen de Sadat- Sud¨¢n, que tambi¨¦n es vecino de Libia.
El r¨¦gimen de Numeiri en Sud¨¢n se ha quedado sin su principal defensor, el rais desaparecido. Tiene demasiados problemas pendientes con Gadafi, agudizados por la guerra de Chad, pa¨ªs fronterizo de ambos. Entre ellos, las medidas adoptadas recientemente por el Gobierno de Jartum contra la autonom¨ªa del Sur, regi¨®n muy sensible, que ha estado a punto de provocar la ca¨ªda de Numeiri en varias ocasiones.
Para colmo, a Ojos de Libia, Numeiri ha tenido la osad¨ªa de entrevistarse con Men¨¢jem Beguin en El Cairo con ocasi¨®n del entierro de Sadat. Sud¨¢n no mantiene relaciones con Israel, pero es pr¨¢cticamente el ¨²nico pa¨ªs ¨¢rabe que apoya los acuerdos de Camp David.
Para Tr¨ªpoli, adem¨¢s, la reciente decisi¨®n norteamericana de volcar su ayuda militar en Sad¨¢n constituye un intento de desestabilizar a los pa¨ªses ¨¢rabes radicales de Orlente Pr¨®ximo. As¨ª lo ha manifestado el ministro del Exterior libio, Ali Triki, que en las u Itimas horas se entrevist¨® en Damasco con el presidente sirio, Hafez el Assad, para examinar la nueva situaci¨®n en la zona.
Para Triki, Numeiri seguir¨¢ la misma suerte que Sadat, "cuya ejecuci¨®n debe hacer pensar a sus sucesores en la necesidad de cambiar el rumbo y, cuando esto ocurra, reintegrarse en la naci¨®n ¨¢rabe". Desde el punto de vista libio, este es el principal camino para devolver la paz a Oriente Pr¨®ximo.
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