Big John embarc¨® en Rotterdam, en seis meses, cuatro millones de kilos de aceites para L¨ªpidos Ib¨¦ricos

Big John (el Gran John), empresa o persona que carg¨® en Rotterdam, el pasado 12 de mayo, un mill¨®n de kilos de colza bajo licencia de aceites ¨¢cidos, con destino a L¨ªpidos Ib¨¦ricos, ha embarcado, en seis meses, cuatro millones de kilos de distintos aceites para la misma empresa espa?ola. Tres millones de kilos fueron embarcados en el puerto holand¨¦s, desde finales de 1980 hasta junio de 1981, bajo cuatro licencias de ?aceite de nuez de nogal ingl¨¦s?, de 500.000 kilos y un mill¨®n de kilos bajo dos de ?aceite de pie de buey?.

Cada cargamento de ?aceite de nuez de nogal ingl¨¦s?, de quinientas toneladas, costaba aproximadamente, seg¨²n los datos rastreados en la relaci¨®n de importaciones que publica semanalmente Informaci¨®n Comercial Espa?ola, del Ministerio de Econom¨ªa y Comercio, unos 500.000 d¨®lares, es decir, a d¨®lar por kilo de aceite importado. El aceite de nuez se obtiene para uso industrial y se utiliza como aceite secante en la industria qu¨ªmica. Todas estas licencias han sido concedidas por el Ministerio de Comercio por tratarse de productos liberalizados que s¨®lo precisan legalmente la declaraci¨®n de importaci¨®n para mercanc¨ªas liberadas?.La importaci¨®n de aceites vegetales para uso industrial es libre, desde la publicaci¨®n en el Bolet¨ªn Oficial del Estado de una resoluci¨®n de la Direcci¨®n General de Comercio Exterior, de 30 de marzo de 1960. Y, en virtud del Decreto-Ley 19/1959, sobre ordenaci¨®n econ¨®mica, el famoso decreto de liberalizaci¨®n de Alberto Ullastres, ?las mercanc¨ªas ( ... ) que sean declaradas de libre importaci¨®n quedar¨¢n igualmente liberalizadas en el interior del pa¨ªs?.

Seg¨²n esta legislaci¨®n, los funcionarios del Ministerio de Comercio est¨¢n obligados a autorizar todas las importaciones que se soliciten para aceites de uso industrial.

Debido a un mayor control, funcionarios del Ministerio de Comercio pudieron detectar la entrada sospechosa de cargamentos con licencia perfectamente legal, pero conteniendo otros productos cuya importaci¨®n estaba prohibida a los particulares, como ocurri¨® con el caso de la colza, sometida a comercio de Estado. As¨ª detectaron la entrada de la cisterna de la empresa Derivan por la Junquera bajo licencia de aceite de colza desnaturalizado. Una vez analizadas las pruebas en los laboratorios de Aduanas se descubri¨® que se trataba de colza comestible no desnaturalizada.. De la misma forma, se ha detectado un importante incremento de las importaciones de aceite de palma, seg¨²n las licencias, que responden en realidad a importaciones de colza comestible. En estos momentos, la Direcci¨®n General de Aduanas est¨¢ investigando una partida de aceite de colza que entr¨® camuflada bajo licencia de palma.

Pero donde m¨¢s se han detectado sospechas de importaciones infladas que podr¨ªan encubrir la entrada masiva de aceite de colza, desde noviembre de 1980 a junio de 1981, ha sido en las partidas arancelarias correspondientes a sebos y otras grasas y aceites animales, aceites vegetales y ¨¢cidos grasos procedentes del refinado. Seg¨²n puede observarse en el cuadro adjunto, el incremento m¨¢s sorprendente corresponde a la partida de ¨¢cidos -rasos, a la que pertenec¨ªa precisamente la licencia del buque Toltek, que trajo el. mill¨®n de kilos de colza al puerto de Barcelona. Esta partida pas¨® de 19.683 toneladas en 1980, a 53.690 en 1981 (multiplicando por dos la cifra del primer semestre). Los aceites vegetales pasaron de 74.385 en 1980, a 100.910 toneladas en 1981; los sebos animales, de 53.720 en 1979, a 77.700 en 1980 y a 84.600 en 1981, y otras grasas y aceites animales, de 4.441 en 1980, a 10.076 en 1981.

Teniendo en cuenta que, con los avances alcanzados en materia de qu¨ªmica de grasas, se puede transformar cualquier aceite en cualquier otro, no cabe duda que la explicaci¨®n de estos incrementos fort¨ªsimos en plena crisis industrial reside b¨¢sicamente en la adulteraci¨®n de los aceites comestibles mediante mezclas de aceites baratos vendidas a precios de oliva puro.

Alto precio del aceite de cachalote

La ¨²nica justificaci¨®n coherente para explicar el incremento de solicitud de licencias de importaci¨®n de colza desnaturalizada fue la relativa a la escasez y altos precios del aceite procedente del cachalote que los hermanos Bengoechea, propietarios de RAPSA, dieron al Ministerio de Comercio. Por un lado comunicaron que algunos de sus clientes -Sidegasa, que luego suspender¨ªa pagos, Aceriasa, Orbegozo y Torras Herrer¨ªas y Construcciones- duplicaron sus pedidos a! sustituir el aceite de cachalote por el de colza.

Las importaciones de aceite de cachalote en 1978 fueron de 446 toneladas, a cincuenta pesetas el kilo: de 66 toneladas en 1979, a setenta pesetas el kilo, de ochenta toneladas, a setenta pesetas el kilo, de enero a septiembre de 1980; de cero toneladas en el ¨²ltimo trimestre de 1980 y una cifra escas¨ªsima durante lo que va de 1981, ya que el precio en este a?o ha subido a 120 pesetas el kilo.

Este coladero de productos clandestinos bajo licencia impecablemente otorgada para importar otra mercanc¨ªa se ampara en las irregularidades que rodean, por un lado, al comercio ilegal de licencias realizado por redes a¨²n no descubiertas por la polic¨ªa y, por otro, a la complicidad y/o ineficacia de algunos funcionarios de aduanas que dejan pasar las mercanc¨ªas sin comprobar si corresponden o no a la especificada en la licencia. Precisamente, la funci¨®n del c¨¦lebre vista de Aduanas consiste en eso, en tener vista, en ver qu¨¦ es lo que entra por las fronteras.

Una de las quejas m¨¢s generalizadas por los empresarios que sufren la competencia de los productos importados clandestinamente es que los funcionarios de aduanas tienen complejo recaudatorio y no prestan atenci¨®n a la mercanc¨ªa,

El comercio ilegal de licencias y al posible cohecho ya publicado por EL PAIS tiene tambi¨¦n profundas ra¨ªces en el pasado comercial espa?ol, especialmente desde los a?os de autarqu¨ªa, cambios m¨²ltiples y licencias y cupos de mercado negro. El 22 de agosto de 1980, el entonces ministro de Comercio, Luis G¨¢mir, envi¨® una carta al ministro del Interior, Juan Jos¨¦ Ros¨®n. comunic¨¢ndole su preocupaci¨®n acerca del posible cohecho en torno a la concesi¨®n de licencias de importaci¨®n, debido a las denuncias an¨®nimas que recib¨ªan de los administrados que nunca se atrevieron a dar pruebas del delito. En septiembre del a?o pasado, el entonces subsecretario de Comercio, Agust¨ªn Hidalgo de la Quintana, present¨® una denuncia sobre el caso ante el juzgado de guardia. Dos polic¨ªas investigaron durante seis meses en Comercio y simularon peticiones de licencias para conectar con el aparato clandestino, sin ¨¦xito hasta ahora.

Las irregularidades encontradas en las licencias se basaban en signos extra?os situados en algunas esquinas y f¨¢cilmente reconocibles.