Dos consultas populares
LAS CONSULTAS populares convocadas para el pr¨®ximo martes en Andaluc¨ªa y Galicia tienen en com¨²n la inc¨®gnita acerca de la participaci¨®n popular en las urnas. El aumento de la abstenci¨®n tras los comicios de junio de 1977 es una se?al de alerta respecto al alejamiento de los ciudadanos del ejercicio del sufragio, aunque a veces los partidos resten importancia a ese fen¨®meno, por el deseo de librarse de responsabilidades al respecto.La inmensa mayor¨ªa de los espa?oles que renuncian a ejercer su derecho al sufragio parecen aquellos que no terminan de comprender los nexos que unen su vida privada cotidiana con las decisiones pol¨ªtica. y con la designaci¨®n de los gobernantes. Tal actitud de marginaci¨®n respecto a la vida p¨²blica se dirige lo mismo contra un sistema dictatorial que contra un r¨¦gimen democr¨¢tico. Pero lo grave de esa indiferencia generalizada y global es que puede neutralizar amplios sectores sociales ante las vicisitudes de nuestra vida pol¨ªtica y permitir a la ultraderecha que usurpe la representaci¨®n de esa minor¨ªa silenciosa con el argumento de que quien calla ante las urnas otorga su mandato a los que quieren destruirlas.
Dejando aparte el abstencionismo artificialmente creado por los defectos del censo, existen, sin duda, electores potenciales que no ejercen su derecho al sufragio como una decisi¨®n pol¨ªtica negativa frente a la ausencia de opciones merecedoras de su respaldo. A estos abstencionistas habr¨ªa que recordarles que su protesta podr¨ªa adoptar la forma del voto en blanco precisamente para evitar que su actual manera de manifestar su rechazo pueda ser capitalizada por la ultraderecha.
Las consultas del martes tienen un significado y un alcance muy distintos en Andaluc¨ªa y en Galicia. El pueblo andaluz es llamado a las urnas para ratificar el Estatuto de Carmona, cuya tramitaci¨®n, a trav¨¦s de la v¨ªa del art¨ªcula 151, en pie de igualdad con las nacionalidades hist¨®ricas, con participaci¨®n del 64% de votantes del conjunto de las ocho provincias en el refer¨¦ndum del 28 de febrero de 1980. La abstenci¨®n en Andaluc¨ªa creci¨® desde junio de 1977 a marzo de 1979 en diez puntos (del 21,04% al 31,26%) y alcanz¨® su m¨¢xima cota en el refer¨¦ndum consultivo del 28 de febrero (35,82%), cuando UCD pidi¨® a sus electores, en aquella asombrosa pirueta que encon¨® definitivamente la cuesti¨®n auton¨®mica, que no acudiera a las urnas. Dado que la aprobaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa en este segundo refer¨¦ndum no exige mayor¨ªa cualificada de participaci¨®n, y dado tambi¨¦n que los grandes partidos con implantaci¨®n en el territorio han hecho campana en favor del s¨ª, el riesgo de que la abstenci¨®n aumente es grande.
La absoluta seguridad de que el Estatuto de Autonom¨ªa ser¨¢ aprobado, puesto que para ello bastar¨ªa con que los escasos votos negativos previsibles fueran superados por los sufragios afirmativos, cualquiera que sea el porcentaje de ¨¦stos respecto al censo, puede contribuir a que los deberes ciudadanos sean sacrificados en aras de la comodidad o de la pereza.
En Galicia, en cambio, los votantes son invitados a elegir diputados para el Parlamento gallego, en el marco del Estatuto de Autonom¨ªa aprobado con un alt¨ªsimo porcentaje de abstenci¨®n (71,82%) en diciembre de 1980. Aunque la escasa participaci¨®n en el refer¨¦ndum para votar el Estat¨¹to tuvo tambi¨¦n la disculpa de su segura aprobaci¨®n, la abstenci¨®n gallega se ha mantenido siempre en porcentajes preocupantes: el 38,78%, en junio de 1977; el 48,58%, en el refer¨¦ndum constitucional, y el 48,76% en marzo de 1979. Es cierto que el cens¨® gallego presenta defectos todav¨ªa superiores al resto de Espa?a y que pescadores y emigrantes no podr¨¢n ejercer el martes el derecho al sufragio por la incomprensible negligencia de la Administraci¨®n p¨²blica para organizar el voto por correo. Pero hay causas sociales y pol¨ªticas -el caciquismo gallego ha sido la mejor escuela de mu?idores electorales- y obst¨¢culos materiales -desde el desperdigamiento de los n¨²cleos ciudadanos hasta el p¨¦simo estado de las comunicaciones- que har¨¢n muy dif¨ªcil, a corto plazo, situar la participaci¨®n gallega ante las urnas en la media nacional.
Los partidos han realizado, en las cuatro provincias, una activa campa?a, que ha ocultado, tras la inconvincente afirmaci¨®n de que los comicios gallegos no deber¨ªan extrapolarse al resto de Espa?a, el obvio prop¨®sito de realizar esa operaci¨®n comparativa, en el caso de que los c¨®mputos electorales les sean favorables. Un gran avance de Alianza Popular (el 13,67% en marzo de 1979) y un marcado retroceso de UCD (el 47,52% en los mismos comicios) dar¨ªan a la obsesiva consigna de Fraga de la mayor¨ªa natural la posibilidad de convertirse en realidad, al menos en la composici¨®n de la Junta de Galicia. Si bien Galicia nunca ha sido un territorio especialmente favorable al PSOE (que obtuvo el 16,99% de los sufragios en marzo de 1979), un ¨¦xito de los socialistas confirmar¨ªa ese corrimiento de la opini¨®n en toda Espa?a, que podr¨ªa darles la victoria en las pr¨®ximas elecciones generales. En cuanto a UCD, tan abundante en notables gallegos como influyente en las cuatro provincias, le bastar¨ªa con conservar sus posiciones para darle al Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo un bal¨®n de ox¨ªgeno. Finalmente, los comicios del pr¨®ximo martes dir¨¢n si el nacionalismo radical gallego prosigue o no la tendencia moderadamente ascendente registrada en marzo de 1979 (5,85%).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.