Estados Unidos ha entrado en una ligera recesi¨®n econ¨®mica
"Creo que estamos en una ligera recesi¨®n, y conf¨ªo en que la recesi¨®n sea corta", declar¨® el presidente estadounidense, Ronald Reagan, momentos antes de salir, el pasado domingo, de la Casa Blanca para entrevistarse, en Yorktown (Virginia), con el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand.Por vez primera, el primer mandatario norteamericano reconoci¨® que la situaci¨®n econ¨®mica en EE UU es dif¨ªcil, confirmando al m¨¢s alto nivel las sombr¨ªas previsiones de los expertos. "La econom¨ªa ha entrado en lo que debemos llamar recesi¨®n", a?adi¨®, por su parte, Murray Weidenbaum, director del comit¨¦ de consejeros econ¨®micos del presidente.
Las cifras son preocupantes, con indicaciones de ca¨ªda de la producci¨®n industrial, aumento del paro y s¨®lo esperanzas para una reducci¨®n de la inflaci¨®n. La producci¨®n industrial disminuy¨® 0,8 puntos en septiembre, porcentaje s¨®lo superado en junio de 1980, cuando baj¨® 1,6 puntos. Los sectores del autom¨®vil y la construcci¨®n, v¨ªctimas de una pol¨ªtica de dinero escaso, destinada a combatir la inflaci¨®n, fueron los m¨¢s afectados por la recesi¨®n.
Ajustado a la inflaci¨®n, que para el a?o en curso se anuncia ligeramente superior al 10%, los expertos econ¨®micos norteamericanos predicen un crecimiento anual para 1981 del PNB entre el 1% y el 2% (1,6%, de acuerdo con las ¨²ltimas previsiones del pasado mes de agosto). Consecuencia de la recesi¨®n econ¨®mica, el ¨ªndice de desempleo pas¨® del 7,3% al 7,5%, y la mayor¨ªa de analistas esperan que supere el 8% a principios de 1982.
"Ligera" y "corta", dijo el presidente Reagan al reconocer oficialmente que la econom¨ªa estadounidense hab¨ªa entrado en un per¨ªodo de recesi¨®n. Sin embargo, la mayor¨ªa de gabinetes de inversiones de Wall Street (donde las cotizaciones burs¨¢tiles contin¨²an con movimientos err¨¢ticos) opina que la recesi¨®n puede durar entre seis y nueve meses.
Hay signos que no mienten. Durante los diez primeros d¨ªas de octubre, las ventas de autom¨®viles nuevos en Estados Unidos fueron el 35% inferior a igual per¨ªodo del pasado a?o, situ¨¢ndose en cifras an¨¢logas a las de 1957. Tampoco fueron estimuladoras las ventas de casas y apartamentos nuevos.
El promedio de utilizaci¨®n de la capacidad de producci¨®n industrial baj¨® del 80% (llegando al 78%), ¨ªndice considerado por los expertos como m¨ªnimo para mantener la inversi¨®n de capital.
Frente a tan problem¨¢tica previsi¨®n, la Administraci¨®n Reagan no espera anunciar nuevas medidas econ¨®micas. Espera que los efectos positivos de su programa, basado en la reducci¨®n del gasto p¨²blico y los impuestos directos, d¨¦ r¨¢pidamente sus frutos. Conf¨ªa en ganar la lucha contra la inflaci¨®n (que fue del 13,5% en 1980, se espera ligeramente superior al 10% en 1981 y se anuncia del 8% para 1982), considerada como el enemigo n¨²mero uno de la econom¨ªa norteamericana.
Para estimular el ahorro derivado de la reducci¨®n de impuestos directos, la Administraci¨®n autoriza a los bancos a conceder cr¨¦ditos superiores al 12% de inter¨¦s, libres de impuestos para el equivalente de las 100.000 pesetas iniciales de intereses.
Como beneficios de la situaci¨®n de recesi¨®n econ¨®mica, en EE UU comienza a experimentarse una baja del precio del dinero, con disminuciones de los tipos de inter¨¦s en los fondos federales del Fondo Federal de Reserva, que se sit¨²an alrededor del 15%. Los principales bancos privados se mueven tambi¨¦n en una disminuci¨®n de los tipos de inter¨¦s bancario, que se encuentra actualmente al 18%.
Ante tal situaci¨®n, la Administraci¨®n republicana del presidente Reagan recibe las cr¨ªticas del Partido Dem¨®crata, que, sin presentar alternativas concretas, esperan recoger los frutos del eventual fracaso de la estrategia econ¨®mica republicana durante las pr¨®ximas elecciones al Congreso de noviembre de 1982. Otro de los adversarios p¨²blicos de la doctrina econ¨®mica de los reaganistas, es el reciente premio Nobel de Econom¨ªa, el profesor de la Universidad de Yale James Tobin, que considera injusta la dr¨¢stica reducci¨®n de programas de ayuda social.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.