Una estrategia truncada

Fernando Castedo, el reci¨¦n dimitido director general del Ente P¨²blico Radiotelevisi¨®n Espa?ola, inici¨® su carrera pol¨ªtica en las postrimer¨ªas del franquismo, como secretario general t¨¦cnico del Ministerio de Informaci¨®n y Turismo.Castedo, un lucense de cuarenta a?eis, goza fama de hombre cauto, pero abierto y dialogante. Su trayectoria de nueve meses al frente de la complicada casa situada en el predio que se llama Prado del Rey demuestra que las especificaciones del cat¨¢logo corresponden a la realidad de la mercanc¨ªa. Aun sus detractores admiten que la radio y Ja televisi¨®n, durante este tiempo, se ha hecho m¨¢s dialogante, m¨¢s participativa, m¨¢s viva.

Castedo ten¨ªa treinta a?os cuando ocup¨® su primer cargo en la Administraci¨®n central. Antes hab¨ªa ejercido su profesi¨®n en las delegaciones de Hacienda en Santander y en Madrid. De siempre se le consider¨® persona pr¨®xima a los presupuestos pol¨ªticos de P¨ªo Cabanillas, que le nombr¨® subsecre tario del departamento cuando aqu¨¦l fue designado ministro de Cultura. Con P¨ªo Cabanillas fund¨® y alent¨® el, Partido Popular, que acabar¨ªa integr¨¢ndose en Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, que gan¨® las primeras elecciones generales. Del Ministerio de Cultura sali¨® catapultado hacia el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana, organismo de reciente creaci¨®n, con el que se pretend¨ªa sustituir a la actividad puramente ret¨®rica del Instituto de Cultura Hisp¨¢nica.