El "Guernica" para Gernika
Con la llegada del Guernica a Madrid se ha recuperado uno de los m¨¢s preciados galardones que pod¨ªa conquistar nuestra joven y a¨²n inacabada democracia. De todos es conocido que la voluntad de su autor, Pablo Picasso, fue que el Guernica volviese al Estado espa?ol cuando en ¨¦ste se instaurara un r¨¦gimen democr¨¢tico. En este sentido, desde Euskadi queremos manifestar nuestra alegr¨ªa por el cumplimiento de la voluntad de ese gran maestro de la pintura universal y dem¨®crata convencido que fue Pablo Picasso.Como es habitual en todo sistema democr¨¢tico, durante los ¨²ltimos a?os se ha producido en nuestro pa¨ªs un amplio debate sobre la posible ubicaci¨®n del Guernica, en el cual los vascos hemos manifestado las razones en que apoyamos nuestra reclamaci¨®n de que sea instalado en la villa de Gernika, cuyo bombardeo fue la tr¨¢gica materia prima que inspir¨® la obra.
Desde la Administraci¨®n central se ha argumentado que el Guernica era patrimonio de todos los espa?oles y que, como tal, su residencia adecuada deb¨ªa de ser la capital del Estado.
Los vascos hemos defendido siempre que en un Estado que se pretende Estado de las autonom¨ªas, el que una obra pertenezca al patrimonio art¨ªstico del Estado no implica que su localizaci¨®n forzosa sea la capital.
Todo este debate que, a lo largo de estos ¨²ltimos a?os, se ha venido reproduciendo en la Prensa, radio, televisi¨®n, etc¨¦tera, ha sido ignorado por las autoridades del Gobierno central tras la reciente recuperaci¨®n del cuadro.
Nosotros ¨¦ramos plenamente conscientes de hasta d¨®nde pod¨ªamos llevar este debate cuando el Guernica estaba a¨²n en Nueva York. Hubi¨¦ramos dado un espect¨¢culo lamentable, y hecho pocos merecimientos para la obtenci¨®n del cuadro, si antes de haberse producido este hecho las instancias pol¨ªticas e instituciones de este pa¨ªs se hubieran enzarzado en una disputa a fondo sobre la localizaci¨®n del cuadro. Por razones obvias, el tema de la ubicaci¨®n no pod¨ªa plantearse en toda su dimensi¨®n hasta que la obra no fuera patrimonio del Estado.
Por esto, vaya por delante nuestra m¨¢s profunda indignaci¨®n por el procedimiento utilizado para decidir lo que se pretende sea la definitiva localizaci¨®n del Guernica.
A nuestro entender, el tema de la ubicaci¨®n del Guernica es una cuesti¨®n de Estado y en ning¨²n caso puede ser tratada y decidida por el solo Gobierno de UCD, hurtando al pa¨ªs en su conjunto el derecho a un amplio debate. Esta decisi¨®n no podemos menos que calificarla de antidemocr¨¢tica.
Los vascos creemos que en este tema nuestras voces deben ser escuchadas, pues hay razones morales, hist¨®ricas y art¨ªsticas que legitiman nuestro derecho a reclamar la instalaci¨®n del cuadro en Gernika.
Cuando en un pa¨ªs el centralismo pol¨ªtico ha estado presente durante siglos, hasta las mentes m¨¢s l¨²cidas y democr¨¢ticas reaccionan en ocasiones dej¨¢ndose llevar por ?reflejos integradores? que no son sino subproductos de esa versi¨®n unilateral de la historia que se nos ha dado. Por eso, nosotros proponemos a quienes lean estas l¨ªneas un peque?o ejercicio mental. ?Cu¨¢l ser¨ªa su reacci¨®n ante una reivindicaci¨®n del siguiente tipo?: ? La ciudad de Hiroshima reivindica el cuadro Hiroshima, obra maestra del arte contempor¨¢neo, inspirada en el bombardeo de la misma. La obra, hasta ahora instalada en un museo de Nueva York, ser¨¢ exhibida en el futuro en el museo de Tokio, por decisi¨®n del Gobierno nip¨®n?.
Nuestra intenci¨®n al reivindicar el Guernica es ligar el cuadro con la villa cuya destrucci¨®n lo inspir¨®, y proyectarlo en el futuro como uno de los ejes de lo que Gernika pretende significar y quiere seguir significando.
Dos grandes ense?anzas nos leg¨® Picasso en su obra: la atrocidad que est¨¢ impl¨ªcita en toda guerra y, por oposici¨®n, lo importante que resulta el combate permanente por la democracia. De esas dos ense?anzas quiere ser heredera la villa de Gernika y convertirse as¨ª en emblema vivo de una democracia que tiene una larga historia en Euskadi y cuyo s¨ªmbolo es el ¨¢rbol de Gernika.
Ser¨ªa un gran error pol¨ªtico y cultural de quienes estamos empe?ados en la construcci¨®n de la democracia olvidar ese grito de denuncia de las guerras y de la tiran¨ªa que est¨¢ impreso en el Guernica y que fue un testimonio permanente en la vida de Picasso.
En Euskadi, y, m¨¢s concretamente, en la Diputaci¨®n de Vizcaya y en el Ayuntamiento de Gernika, se est¨¢ trabajando la idea de convertir a Gernika en capital cultural y s¨ªmbolo de la democracia, compaginando as¨ª dos aspectos de la vida social que siempre han ido de la mano: la cultura y la democracia. En ese marco, el cuadro, adem¨¢s de estar instalado en el pueblo donde viven las v¨ªctimas vivas del bombardeo y sus hijos, aportar¨ªa una dimensi¨®n universal a la cultura que hacemos y haremos los vascos.
No nos parece atrevido pensar que este proyecto coincide m¨¢s con el mensaje de la vida y la obra de Pablo Picasso que la simple ubicaci¨®n del cuadro en el Cas¨®n del Buen Retiro.
En esta l¨ªnea de identificaci¨®n, el pueblo de Gernika tributar¨¢ a Pablo Picasso un homenaje con motivo de la conmemoraci¨®n de su nacimiento hoy, 25 de octubre. En este d¨ªa se bautizar¨¢ a una de las calles m¨¢s c¨¦ntricas de la villa con el nombre de Pablo Picasso.
Este proyecto de universalizar el testimonio de una ciudad m¨¢rtir como Gernika est¨¢ recibiendo el apoyo de numerosos hombres del arte y la cultura de diversas nacionalidades del Estado.
Estimamos que las razones aqu¨ª expuestas son suficientes para que el tema de ?el Guernica a Gernika? sea reconsiderado no s¨®lo por el Gobierno de UCD, sino tambi¨¦n por todos aquellos partidos e instituciones que a¨²n no han expresado su opini¨®n.
Por las razones que hemos expuesto en estas l¨ªneas, creemos que el pueblo de Gernika y el pueblo vasco gozan de la legitimidad suficiente para realizar una petici¨®n formal del Guernica, de Pablo Picasso, la cual ser¨¢ presentada por las autoridades competentes de Euskadi al rey Juan Carlos, al Gobierno y al Parlamento espa?ol.
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