Humor a medias

Un hombre lobo americano en Londres.Cuando vuelven a las pantallas de todo el mundo los viejos mitos del terror, componiendo incluso una moda que muchos consideran peligroso s¨ªntoma sociol¨®gico, es inevitable que algunos de esos mitos sean tomados a broma. Es tradicional que a una moda le surja el contrapunto de la risa; m¨¢s a¨²n en un g¨¦nero como ¨¦ste, donde las carcajadas salen a veces frente a pel¨ªculas rodadas con ¨¢nimos serios.John Landis ha querido jugar en Un hombre lobo americano en Londres (feo t¨ªtulo donde los haya) con los esquemas del mito, aderez¨¢ndolos con situaciones c¨®micas. Su resultado, sin embargo, no alcanza la grandeza del original al que se refiere, ni ofrece, por otra parte, una visi¨®n suficientemente desmitificadora. La ausencia de pretensiones hace salvable su trabajo, pero esa ausencia es tan notable que llega a no interesar. Demasiada modestia es peligrosa.

Que un hombre lobo deja en su ¨²ltima v¨ªctima un heredero y que ¨¦ste debe sufrir las tragedias de su condici¨®n es s¨®lo el planteamiento de una pel¨ªcula posible. Landis, sin embargo, deja en ese enunciado todo el desarrollo posterior. Durante la primera hora de proyecci¨®n lo repite incansablemente, anunciando lo que ocurrir¨¢ en la ¨²ltima media hora. Cuando todo acaba, el espectador puede tener la sensaci¨®n de que no ha conocido m¨¢s que el avance de una pel¨ªcula inexistente.

Cierto es que la transformaci¨®n del monstruo est¨¢ realizada con imaginaci¨®n. Los trucos, excelentes, hacen veros¨ªmil el conflicto. Quiz¨¢, por ese camino, como en las pel¨ªculas cl¨¢sicas, hubiera podido encontrar Landis un espect¨¢culo. Pero lo ha rechazado para inclinarse por ciertas caricaturas de la vida cotidiana inglesa que, para m¨¢s inri, pueden desinteresar a un espectador espa?ol.

No es, por tanto, Un hombre lobo americano en Londres la pel¨ªcula de g¨¦nero que se anuncia. Pero tampoco es. un producto que aburra o indigne. Da la impresi¨®n de que es una de esas obras cinematogr¨¢ficas que comienzan a olvidarse con facilidad en cuanto acaba la proyecci¨®n. Ni fr¨ªo ni calor.