Las relaciones Espa?a-EE UU "ser¨¢n a¨²n mejores" con la entrada en la OTAN, seg¨²n el Departamento de Estado
Con la entrada de Espa?a en la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN), las relaciones con Estados Unidos ?ser¨¢n a¨²n mejores?, han comentado a EL PAIS fuentes del Departamento de Estado, donde, por otra parte, negaron que en ning¨²n momento ?haya existido presi¨®n? para que Espa?a entre en la OTAN. Aunque, ?si Espa?a est¨¢ decidida a entrar, nosotros daremos, naturalmente, la bienvenida?.
Con la eventual entrada de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica, las relaciones bilaterales con EE UU adquirir¨¢n una nueva ¨®ptica. Deber¨ªa mejorar el intercambio comercial, sobre todo si prospera el proyecto de cooperaci¨®n industrial en el terreno militar, y podr¨ªan suavizarse las r¨ªgidas normas comerciales estadounidenses que hoy penalizan a los productos espa?oles.Con f¨®rmulas que quedan por definir, durante las pr¨®ximas sesiones negociadoras de renovaci¨®n del acuerdo bilateral Espa?a-EE UU, habr¨¢ cl¨¢usula de seguridad, que comportar¨¢ que ?un ataque a Espa?a sea considerado como un ataque a la OTAN?. Ceuta y Melilla quedar¨ªan tambi¨¦n virtualmente incluidas en tal f¨®rmula. Los intercambios culturales, cient¨ªficos y educativos tambi¨¦n adquirir¨¢n m¨¢s vigor.
Visto desde Washington, se opina que es ?una percepci¨®n equivocada considerar que el tratado bilateral Espa?a-EE UU ya no interesa, tras el casi seguro ingreso de Espa?a en la OTAN".
Los asuntos electores norteamericanos, el cambio de Administraci¨®n y tambi¨¦n los acontecimientos pol¨ªticos internos espa?oles (23 de febrero, crisis de Gobierno) fueron las circunstancias que frenaron el ritmo de las negociaciones para renovar el tratado. ?La pr¨®rroga de ocho meses queda cubierta por las mismas cl¨¢usulas y concesiones financieras que las existentes anteriormente?, comentan en Washington.
Ocho meses para buscar nuevas f¨®rmulas de cooperaci¨®n bilateral, a la luz de la adhesi¨®n espa?ola en la OTAN. ?El acuerdo ser¨¢ reajustado bajo la perspectiva de la OTAN?, afirm¨®, por su parte, Jos¨¦ Llad¨®, embajador de Espa?a en Washington. A?adi¨® que contin¨²an las reuniones en las comisiones negociadoras y que no hay congelaci¨®n en la negociaci¨®n.
Otra perspectiva para Gibraltar
Problemas candentes como Gibraltar hoy, o Ceuta y Melilla en un futuro m¨¢s o menos inmediato, adquieren otra perspectiva con la pertenencia de Espa?a en el club de la OTAN.El acuerdo bilateral continuar¨¢ en vigencia y ser¨¢ revitalizado, a juzgar por las opiniones espa?oles y norteamericanas, que insisten en el car¨¢cter ?circunstancial y coincidente? de la necesidad de renovar el acuerdo y la determinaci¨®n de Madrid de entrada en la Alianza Atl¨¢ntica.
Lo cierto es que, en la primavera ¨²ltima, Madrid present¨® un amplio memor¨¢ndum con nuevas peticiones a los norteamericanos. Iban, desde un mayor control espa?ol sobre la utilizaci¨®n de las bases militares norteamericanas establecidas en suelo espa?ol, hasta la solicitud de compensaciones en lo econ¨®mico y comercial, a la vista del preocupante deterioro de la balanza comercial entre los dos pa¨ªses, cuyo ¨ªndice de cobertura para Espa?a es s¨®lo del 25% y el d¨¦ficit de unos 3.000 millones de d¨®lares.
Con la decisi¨®n de entrar en la OTAN, sin presiones, EE UU garantiza la continuidad de sus bases militares en Espa?a -sin excluir posibilidades de ampliaci¨®n-, mientras contin¨²a quedando todav¨ªa en el aire cu¨¢l ser¨¢ el contenido espec¨ªfico de las relaciones bilaterales, ni en qu¨¦ medida ser¨¢n reequilibradas y mejoradas.
Cooperaci¨®n industrial y ampliaci¨®n de mercados
?No es correcto pensar que Estados Unidos retras¨® la revisi¨®n del tratado bilateral?, puntualizan en el Departamento de Estado. A?aden que las relaciones son excelentes y ser¨¢n a¨²n mucho mejor si Espa?a decide pasar a ser un aliado formal dentro de la Alianza, hecho que repercutir¨¢ en ventajas para participar en los foros de decisi¨®n de la OTAN, maniobras militares y accesos a los mercados norteamericanos.Estados Unidos mantiene acuerdos bilaterales con once de los actuales quince Estados miembros de la OTAN. En tales acuerdos, Washington concede, en general, posibilidades para que los productos fabricados en tales pa¨ªses, incluidos los militares, puedan ofertar sobre las demandas de compra de las fuerzas armadas estadounidenses. Un mercado nada despreciable, teniendo en cuenta que el presupuesto del Pent¨¢gono para 1982 es superior a los 220.000 millones de d¨®lares.
Se torea as¨ª el denominado buy american act, regla de oro que da preferencia a los productos norteamericanos por delante de los importados. Naturalmente ?pueden existir excepciones? por normas de calidad, homologaci¨®n y un sinf¨ªn de invisibles barreras comerciales.
En realidad se trata de la c¨¦lebre concepci¨®n de la doble v¨ªa exigida repetidas veces por los pa¨ªses europeos miembros de la OTAN, que se quejan de que Europa compra mucho m¨¢s material militar a Estados Unidos que el que EE UU podr¨ªa adquirir a los europeos.
La industria militar espa?ola, est¨¢ preparada para competir con la norteamericana O, en el mejor de los casos, ?venderemos zapatos de campa?a al Ej¨¦rcito de EE UU para compensar la compra de sofisticados aviones de caza F-16 a 15 millones de d¨®lares unidad?
?El tema de la cooperacion industrial est¨¢ muy trabajado?, afirm¨® el embajador Llad¨®, uno de los promotores de la idea de incluir tal aspecto en el nuevo tratado con EE UU. ?Facilitar¨¢ a las empresas espa?olas la posibilidad de ofertar o suministrar bienes de equipo para uso de defensa en EE UU?, a?adi¨® el embajador.
Pueden haber, tambi¨¦n, acuerdos de coproducci¨®n entre empresas espa?olas y norteamericanas, incluyendo productos de alta tecnolog¨ªa, vedados a pa¨ªses que no formen parte de la Alianza Atl¨¢ntica. Parte de las compras de material militar estadounidense para el Ej¨¦rcito espa?ol podr¨ªan ser fabricadas en Espa?a, aunque los factores de coste econ¨®mico ponen limitaciones obvias a muchos de tales proyectos. Fabricar en Espa?a, por ejemplo, reactores para los aviones F-16, para una serie de decenas o centenas de series, podr¨ªa salir a unos precios astron¨®micos, comparando con las series de miles de ejemplares que salen de las factor¨ªas norteamericanas.
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