Los cinco goles en la primera parte
El encuentro result¨® muy disputado, con marcajes estrechos y dominio de uno de los equipos por tiempo. En el primero, presion¨® el Zaragoza, que pareci¨® asegurarse el triunfo con sus dos goles iniciales. La Real reaccion¨® y logr¨® igualar a dos. Antes del descanso, cuando Valdano estableci¨® el 3-2, se pens¨® que en la continuaci¨®n la cifra de goles podr¨ªa aumentar. No los hubo, sin embargo, y el dominio ahora fue para la Real, que a los once minutos dio la impresi¨®n de marcar, pero el bal¨®n fue despejado en la misma l¨ªnea. La Real acus¨® la falta de su ariete internacional, Satr¨²stegui, y lo m¨¢s digno de destacarse fueron los fallos defensivos en ambos bandos y el tes¨®n de todos.No hubo concesiones y se jug¨® siempre con fuerza, empuje y muchos deseos de ganar. Los zaragocistas atacaron m¨¢s en la primera parte, en la que supieron crear varias ocasiones de gol, como lo prueban los tres tantos logrados, bien es verdad que favorecidos por la inseguridad de la zaga donostiarra, desorientada en los momentos claves. Ni siquiera el meta Arconada se mostr¨® tan seguro como otras veces. Con el 2-0 en contra, la Real demostr¨® su capacidad de reacci¨®n y sus contraataques, llevados casi siempre por el peque?o pero peligroso L¨®pez Ufarte, constituyeron buen motivo de inquietud para el meta Irazusta. En honor a la verdad tambi¨¦n debe decirse que en los dos tantos donostiarras contribuy¨® bastante la inseguridad de la zaga contraria.
La abundancia de tantos en la primera mitad contrast¨® con la sequ¨ªa de la continuaci¨®n. Pero es que en la segunda mitad los marcajes fueron m¨¢s severos todav¨ªa, a lo que contribuy¨® el mayor dominio de la Real, que buscaba el empate a tres, sin conseguirlo. En dos ocasiones estuvo a punto de lograr su prop¨®sito, especialmente en el enorme barullo que se produjo a los once minutos, cuando el bal¨®n di¨® la impresi¨®n de haber traspasado la l¨ªnea de gol, una jugada pol¨¦mica.
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