La Polic¨ªa Militar de La Coru?a recibi¨® ordenes de una segunda persona armada y de paisano

Una segunda persona vestida de paisano dirigi¨®, en las ausencias del hombre de gabardina y gafas negras que empu?aba una pistola, a las dos secciones de la Polic¨ªa Militar que el pasado domingo cargaron contra una manifestaci¨®n anti OTAN en La Coru?a, seg¨²n las declaraciones de Juan Manuel Serantes, marinero de 38 a?os, que sufri¨® doble fractura de huesos en la nariz, una lesi¨®n ocular, la p¨¦rdida de tres dientes y magulladuras generalizadas al ser detenido, junto a otras seis personas, por los soldados. Un diputado socialista visit¨® ayer a Serantes en la residencia sanitaria de la Seguridad Social de La Coru?a, para estudiar la presentaci¨®n de una interpelaci¨®n parlamentaria al Gobierno en torno a los hechos.

Serantes, afiliado a la Uni¨®n General de Trabajadores -central que no figuraba entre las organizaciones que convocaron la manifestaci¨®n-, asegura que se hab¨ªa citado con su esposa en un lugar pr¨®ximo a la plaza de Mar¨ªa Pita y acudi¨® a escuchar los discursos finales para entretener la espera. ? De repente o¨ª gritos y al darme la vuelta v¨ª a un individuo de paisano, con gabardina y gafas negras, armado con una pistola, que le pegaba a un chaval. D¨ª un paso y se me echaron encima cuatro o cinco polic¨ªas militares y otra persona, tambi¨¦n de'paisano, con una cazadora de pana, que empezaron a darme golpes?,Fue en este primer momento, seg¨²n sus declaraciones, cuando Juan Manuel Serantes sufri¨® las lesiones de mayor importancia. ?Me dieron?, asegura, ?una patada en la boca y otra en un ceja que me hizo perder las gafas de oro que llevaba y a¨²n no he recuperado. Entonces, ya con la cara cubierta de sangre, me llevaron a golpes y arrastr¨¢ndome desde la plaza donde se celebraba el mitin hasta una plazoleta pr¨®xima?.

Los malos tratos continuaron, seg¨²n la versi¨®n de Serantes, en las dependencias militares a las que fueron trasladados inicialmente los siete detenidos. El penoso estado fisico en que se encontraba el marinero, que lleg¨® a perder el conocimiento por dos veces, hizo desistir a los polic¨ªas militares de maniatarle como a los dem¨¢s con cuerdas y correas, aunque, de acuerdo con sus declaraciones, fue obligado a tenderse en el suelo y boca abajo.

Serantes contrasta este comportamiento con el de la Polic¨ªa Nacional y los funcionarios de la Jefatura Superior, a donde fueron conducidos los detenidos. ?Tengo que decir que se portaron estupendamente conmigo. Un comisario y un agente de la Polic¨ªa Nacional, al verme tendido en medio de un charco de sangre en el suelo, donde me hab¨ªan dejado los soldados, ordenaron que fuese llevado inmediatamente a la casa de socorro.

Hac¨ªa s¨®lo cuarenta d¨ªas que Juan Manuel Serantes abandonara precisamente este centro sanitario, en el que hab¨ªa permanecido alg¨²n tiempo como consecuencia de una pancreatitis. Los m¨¦dicos que le atienden especuljan ahora, seg¨²n le comunicaron, con la posibilidad de que alguno de los golpes recibidos por el marinero hayan reavivado la antigua dolencia, produci¨¦ndole la retenci¨®n de orina que se.le present¨® ayer. Al margen de esta complicaci¨®n, Serantes no conoce a¨²n el diagn¨®stico sobre la lesi¨®n que le produjo la patada recibida en el ojo derecho.

Europa Press inform¨®, por otra parte, que el Grupo Parlamentario Socialista se reuni¨® ayer en Madrid para estudiar estos sucesos. Juan Jos¨¦ Laborda, ,portavoz del grupo, manifest¨® al t¨¦rmino de la reuni¨®n que los senadores socialistas han entendido que la respuesta del Gobierno ante estos sucesos ha sido r¨¢pida, normal y adecuada. Laborda a?adi¨® que el Grupo Socialista ha considerado que hay que evitar dejarse arrastrar por los rumores sobre las Fuerzas Armadas que se difunden de cuando en cuando para no provocar el enfrentamiento entre Ej¨¦rcito y pueblo.