Jacques Fauvet: "La garant¨ªa del pluralismo corresponde a la Prensa escrita m¨¢s que a otros medios"
Jacques Fauvet, 67 a?os, periodista, es franc¨¦s, nacido en Par¨ªs. Desde hace once a?os es el director de la m¨¢s prestigiosa instituci¨®n francesa de la Prensa escrita, Le Monde, diario en el que ingres¨®, como jefe de pol¨ªtica nacional, en 1945, pocos meses despu¨¦s de la fundaci¨®n del rotativo por Hubert Beuve-Mey. Fauvet se retirar¨¢ al final del a?o 1982, tras la elecci¨®n de su sucesor por la redacci¨®n del peri¨®dico, que posee el 40%, y con ello una minor¨ªa de bloqueo. Fauvet dar¨¢ el s¨¢bado en Zaragoza una conferencia, junto al director de EL PAIS, sobre la Prensa en Europa, dentro de la III Jornada de Medios de comunicaci¨®n Social. Hoy llega a Madrid y mantendr¨¢ contactos con medios pol¨ªticos y profesionales espa?oles.
Con motivo de su viaje a Espa?a para intervenir en un coloquio, en Zaragoza, Fauvet le ha manifestado a EL PAIS algunas reflexiones sobre los medios de comunicaci¨®n. Fauvet ha escrito varios libros sobre la vida pol¨ªtica de su pa¨ªs: los dos tomos de la Historia del Partido Comunista franc¨¦s y Las fuerzas pol¨ªticas en Francia son una referencia. Como su antecesor y creador de Le Monde, Fauvet s¨®lo coge la pluma en las grandes ocasiones, para, en la primera p¨¢gina, revelarles a Francia y al mundo su pensamiento. Es su fuerza, y su riesgo.Tras la victoria de Fran?ois Mitterrand en las elecciones presidenciales de mayo pasado, Fauvet sentenci¨®: ?Es el triunfo de una cierta moral?.
Pregunta. La informaci¨®n, los problemas econ¨®micos y tambi¨¦n, y sobre todo, la media tonelada de explosivos que le corresponde a cada uno de los habitantes del planeta, determinan y dramatizan el mundo de hoy. ?Cu¨¢l es, en una democracia de ese mundo, el papel de los medios de comunicaci¨®n?
Respuesta. Ser la garant¨ªa del pluralismo. Y la Prensa escrita m¨¢s a¨²n que los otros medios d e comunicaci¨®n, porque la radio y televisi¨®n, en muchos casos, est¨¢n controlados por el Estado o por grupos econ¨®micos y financieros. S¨®lo la Prensa escrita garantiza la expresi¨®n de todas las familias pol¨ªticas. Y, sobre todo, garantiza una informaci¨®n honesta; es decir, completa.
P. ?Qu¨¦ es hoy un periodista independiente?
R. Un periodista no puede ser independiente en el sentido profundo del t¨¦rmino, porque pertenece a un medio de comunicaci¨®n. La independencia no se concibe m¨¢s que en un marco determinado. No es igual un peri¨®dico que otro. De todas maneras, yo dir¨ªa que hoy el periodista manifiesta independencia abandonando su peri¨®dico cuando no est¨¢ de acuerdo con ¨¦l en lo fundamentaI.
P. ?Qu¨¦ es un peri¨®dico independiente?
R. En primer lugar, es independiente el peri¨®dico que equilibra sus cuentas. En caso contrario tiene que depender del exterior, es decir, de ayudas del Estado o de un grupo econ¨®mico. En segundo lugar, su independencia depende de su actitud frente al poder pol¨ªtico. Creo que el problema consiste en intentar mantenerse a medio camino entre la cr¨ªtica excesiva y la complacencia. Se trata, en definitiva, de conseguir una independencia de juicio.
P. ?Cu¨¢l es la salud de la Prensa occidental?
R. No es buena. Las condiciones de explotaci¨®n son dif¨ªciles en casi todos los pa¨ªses. La competencia del audiovisual es cierta. La crisis econ¨®mica condena a los lectores a no leer con asiduidad y a conformarse con la televisi¨®n o la radio. A pesar de todo, si mantiene su independencia econ¨®mica, la Prensa seguir¨¢ jugando un papel importante en las democracias. Por ello, el Estado debe ayudar a la Prensa, como ayuda a la cultura.
P. ?Es posible esa ayuda sin alienar la libertad informativa?
R. S¨ª, es posible, si se hace por igual, sin discriminaci¨®n de ninguna clase. La independencia de la Prensa francesa, por ejemplo, no ha sufrido del Estado, sino de los poderes econ¨®micos.
P. ?Qu¨¦ peligros amenazan hoy a la Prensa libre?
R. La desafecci¨®n del p¨²blico respecto a la informaci¨®n. Como ¨¦sta es cara, el lector potencial se considera informado con el audiovisual, y eso es poco por el poco espacio que esos medios dedican a informar y porque s¨®lo la Prensa escrita ofrece elementos de reflexi¨®n. Como el libro es indispensable a la cultura, la Prensa escrita es indispensable a la informaci¨®n.
P. De sus razonamientos se deduce que la Prensa no es una mercanc¨ªa como las otras.
R. Desgraciadamente, tiende a convertirse en eso, pero no lo es. La Prensa es un medio de educaci¨®n a trav¨¦s de la informaci¨®n. Toda la Prensa, la escrita y la hablada, es una escuela paralela.
P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre la televisi¨®n y la radio estatales?
R. Todo depende del estatuto y de la mentalidad del periodista, de su coraje profesional. Hoy los medios modernos de comunicaci¨®n son muy caros, y s¨®lo el Estado o los grupos econ¨®micos pueden explotarlos. Estos ¨²ltimos, ya se sabe, hacen prevalecer sus intereses. El problema es complejo y, de hecho, las posibilidades de elecci¨®n son dif¨ªciles y delicadas. Entiendo que el Estado, como se ocupa del teatro, de la cultura, del cine, del libro, puede participar tambi¨¦n en esa informaci¨®n. Pero, repito, todo depende del estatuto; y, como siempre, es un problema de hombres, de periodistas en este caso.
P. ?C¨®mo ve usted las relaciones entre el poder pol¨ªtico y la Prensa?
R. Esas relaciones son siempre malas, porque cada una de las partes desconf¨ªa de la otra. Pero la Prensa debe y puede hacerle frente al poder pol¨ªtico. Giscard dijo un d¨ªa que la Prensa es un contrapoder, y es una buena definici¨®n. Ese contrapoder es imprescindible para el buen funcionamiento de la democracia.
P. A un periodista libre, ?le es posible ser amigo de un ministro?
R. S¨ª, aunque el problema es dif¨ªcil. El ministro tiene la informaci¨®n, pero le tienta la utilizaci¨®n del periodista. Es un equilibrio dificil, y, una vez m¨¢s, es un problema de hombres.
P. El periodista, en general, es m¨¢s temido que respetado, y ello quiz¨¢ porque no son tangibles los l¨ªmites de su poder. ?Cu¨¢l es el contrapoder de la Prensa?
R. En primer lugar existen los l¨ªmites legales. Hay una ley a la que hay que atenerse. En segundo lugar existe la limitaci¨®n del lector, que no acepta todo. Y la limitaci¨®n esencial es la conciencia profesional. No se puede escribir sin ton ni son. Por lo dem¨¢s es cierto que la Prensa no es estimada, y eso por que no es conocida. La Prensa habla de todo menos de s¨ª misma.
P. En un mundo que, parad¨®jicamente, vive gracias al terror at¨®mico, ?no es una ilusi¨®n hablar de la independencia de la Prensa?
R. Es cierto, s¨ª. La primera v¨ªctima de cualquier tipo de revoluci¨®n es la Prensa. Cuando la represi¨®n se abate, el primer ca¨ªdo es la Prensa. Esto es hist¨®rico. Y es que, para un hombre pol¨ªtico, la Prensa es un espejo que devuelve su imagen. Cuando esa imagen no le gusta, rompe el espejo. Es el honor y el riesgo de esta profesi¨®n.
P. Se desprende un cierto pesimismo de sus palabras.
R. Lo que pienso es que hoy la crisis econ¨®mica ha provocado una reacci¨®n nacionalista, de miedo, de intolerancia. Y si Occidente no supera esa crisis, ese miedo al futuro, a la vida en suma, la Prensa, naturalmente, ser¨¢ afectada.
P. Cambiando de tema, ?convertirse en una instituci¨®n, para un diario como el suyo, no es antiperiod¨ªstico?
R. Depende de lo que se entienda por instituci¨®n. Una instituci¨®n es tambi¨¦n tradici¨®n. Y se trata de ser fiel a una tradici¨®n que evoluciona con la historia.
P. Podemos terminar con la actualidad de su pa¨ªs. Hoy, con el mitterrandismo, ?es libre la Prensa, como en tiempos del giscardismo?
R. Tanto, por lo menos, s¨ª. Incluso es mucho m¨¢s critica para el poder. La Prensa de Par¨ªs, como la de provincias, lo atestiguan.
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