Cinco capitanes firmantes del "manifiesto de los cien", privados del mando

El despacho del ministro de Defensa con el Rey, el cese en sus destinos de cinco capitanes firmantes del manifiesto de los cien, la insistencia en que han sido cursadas por reglamentario conducto nuevas adhesiones y la indignaci¨®n causada entre los oficiales que acatan la Constituci¨®n por la actitud de ciertos mandos en relaci¨®n con el escrito que la Junta de Jefes de Estado Mayor calific¨® de acto de indisciplina, son algunas de las notas m¨¢s destacadas de la actualidad militar.

A las 13.30 horas de ayer, el ministro de Defensa, Alberto Oliart, acudi¨® al palacio de la Zarzuela para mantener un despacho con el rey Juan Carlos, que hab¨ªa llegado la noche anterior de su viaje por los Emiratos Arabes Unidos. El ministro, seg¨²n se?ala Europa Press, lleg¨® a palacio despu¨¦s de asistir en el Cuartel General del Aire a los actos en honor de Nuestra Se?ora de Loreto, patrona del Ej¨¦rcito del Aire. Se tiene entendido que Alberto Oliart inform¨® al Rey de los ¨²ltimos acontecimientos, especialmente de cuanto se refiere al manifiesto de los cien, hecho p¨²blico en su ausencia, y a las medidas del mando militar en relaci¨®n con el mismo. Antes de este despacho, el Rey hab¨ªa recibido al presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo.Una orden firmada por el teniente general Jos¨¦ Gabeiras Montero, jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito de Tierra, publicada ayer en el Bolet¨ªn Oficial del Ej¨¦rcito, dispone el cese en sus actuales destinos de cinco de los capitanes firmantes del manifiesto, de la escala activa, grupo de mando de armas, en aplicaci¨®n del art¨ªculo 55 del vigente reglamento sobre provisi¨®n de vacantes. La orden lleva fecha del d¨ªa 7 de diciembre, primer d¨ªa h¨¢bil tras la difusi¨®n del manifiesto.

El ¨²ltimo p¨¢rrafo del mencionado art¨ªculo dispone que ?por necesidades del servicio el ministro podr¨¢ disponer el cese en un destino de aquel que lo ocupa, o la no adjudicaci¨®n del que pueda corresponderle con car¨¢cter voluntario o forzoso, debiendo en este caso comunicarle al interesado que se le ha aplicado el contenido de este art¨ªculo?. En el Bolet¨ªn Oficial la orden aparece firmada por el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, porque tiene delegadas por el ministro actual esas atribuciones.

Los cinco capitanes que quedan disponibles dentro de la I Regi¨®n Militar son los siguientes: Rogelio Gonz¨¢lez Andrada, destinado hasta ahora en el regimiento Alc¨¢zar de Toledo n¨²mero 61; Blas Pi?ar Guti¨¦rrez, en la I Zona de la Instrucci¨®n Militar Escala de Complemento (IMEC, Gobierno Militar); Enrique Gonz¨¢lez Mateos, en el Cuartel General del Ej¨¦rcito; Juan Ca?adas Lorenzo, en la Brigada Paracaidista, y Jos¨¦ Lorenzo Esperante, en el Regimiento de Artiller¨ªa de Campa?a n¨²mero 11, de Vic¨¢lvaro, al que pertenec¨ªan los asaltantes de la discoteca Barrab¨¢s.

Posibles promotores

Observadores militares se?alan que, al no ser estos capitanes los primeros firmantes ni los m¨¢s caracterizados por su antig¨¹edad en el empleo, es probable que la orden de ayer se les haya aplicado porque el mando tenga elementos de juicio, tras las indagaciones del juez instructor, para suponer que fueron ellos los promotores de la recogida de firmas en cada una de las unidadesa que pertenec¨ªan.

Informaciones que no han podido ser confirmadas insisten en se?alar que a la mesa del teniente general Gabeiras habr¨ªan podido llegar algunas adhesiones al escrito cursadas por el conducto reglamentario. Otras fuentes aseguran que en las plazas de Sevilla y de Algeciras se hab¨ªan recogido ya el pasado s¨¢bado adhesiones que tal vez no llegaron a enviarse, vista la reacci¨®n de la Junta de Jefes de Estado Mayor.

Por ¨²ltimo, un capit¨¢n de la base a¨¦rea de Getafe expres¨® ayer a EL PAIS su indignaci¨®n por la actitud del coronel al mando de la misma, Fernando Alc¨¢zar de Sotoca, que reuni¨® a los oficiales y manifest¨® rotundamente que asum¨ªa el contenido del manifiesto de los cien, pero era contrario a la forma en que se hab¨ªa cursado. Especialmente hizo hincapi¨¦ en su coincidencia respecto a lo afirmado sobre los medios de comunicaci¨®n social.