Epoca de feliz futuro
Este es el texto ¨ªntegro que Jes¨²s Aguirre, duque de Alba, conde de Monterrey, ley¨® en la clausura de la III Academia Renacentista de Salamanca, celebrada en el palacio de Monterrey.
Es para nuestra casa un honor acoger a ustedes, esta tarde final de su cavilaciones renacentistas, en nuestro renacentista palacio de Monterrey. Estoy seguro de que no alimentan ustedes. en sus trabajos a?oranza alguna, que es actitud endeble, de lo pasado, y s¨ª, en cambio, nostalgia, dolor, por tanto, que procura la recuperaci¨®n de un pasado cuya serenidad no es sino la cifra de un vital¨ªsimo bullicio creativo.Jaspers exhortaba a ?no someterse a lo pasado ni a lo futuro, ya que se trata de ser enteramente presente?. En el presente se inscribe su Academia, puesto que es en el pasado, y no en lo pasado, en lo que empe?a su talento, averiguando el futuro ¨²nicamente a trav¨¦s de las consecuencias que la tradici¨®n sugiere a la actualidad. Recibimos a ustedes en una casa que hemos heredado del siglo XVI y mantenido hasta esta fecha, en la cual, para que se mantenga tarribi¨¦n en otras posteriores, est¨¢ en curso una obra de restauraci¨®n, patente en andamios y trebejos, obra que realiza en esfuerzo solitario este linaje de los Alba y Monterrey.
Si nuestro linaje se ha ennoblecido con virtudes culturales en el Renacimiento, el que estemos hoy aqu¨ª con ustedes es prueba de que no ha desmayado esa nobleza. Desde la relaci¨®n de los Alba con Bosc¨¢n y Garcilaso, con Passini y Navaggiero, con fray Luis de Granada y santa Teresa, con fray Severo, con De la Enzina y Diego Ortiz, hasta la que hoy nos enriquece con su compa?¨ªa, hay muy poco trecho. La distancia cronol¨®gica la acortan ustedes con los coturnos, que no botas, del ?amor intellectualis?. El orgullo de mi mujer y m¨ªo se apoya hoy en constituir un caso del todo contrario al de aquel Warburton, ingl¨¦s renacentista, a cuyo cuidado fueron encomendados m¨¢s de cuarenta manuscritos de teatro isabel¨ªno -doce obras de Massinger, cuatro del Ford, m¨¢s una de Webster, por citar algunas-, de los cuales su cocinero hizo un uso inquisitorial avant la lettre: envolver con ellos los pat¨¦s que engullir¨ªa su amo. En documentos, en cuadros y en edificios podemos hoy, se?ores, los Alba revivir nuestro renacimiento.
Si el nombre de una ¨¦poca tiene feliz futuro, es el de ¨¦sta que ustedes estudian. A cada d¨ªa, a cada hora, le acecha siempre un renacimiento.
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