Espa?a-CEE: la situaci¨®n tiende a pudrirse
La sucesiva serie de obst¨¢culos que entorpecen las negociaciones Espa?a-Mercado Com¨²n est¨¢n creando en la opini¨®n p¨²blica espa?ola un ¨¢nimo pr¨®ximo a la decepci¨®n o el distanciamiento. Lo que eran claras expectativas de acuerdo en los albores de la transici¨®n pol¨ªtica se han mudado en ristras de nuevos problemas y aplazamientos. Ni para la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) existe el concepto solidaridad que invocan ingenuamente algunos miembros del PSOE, ni, en consecuencia, la CEE parece dispuesta a modular sus requerimientos. En esta atm¨®sfera, las peticiones por parte de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE) reflejan una negaci¨®n a la posibilidad de entendimiento. Finalmente -seg¨²n indica el autor de este art¨ªculo-, la decisi¨®n de someter el tratado de adhesi¨®n a refer¨¦ndum nacional comienza a planear en el ambiente.
La conferencia celebrada a finales del mes de noviembre en Madrid acerca de la ampliaci¨®n de la Comunidad Econ¨®mica Europea, organizada por la Uni¨®n de Partidos Socialistas de los diez, ha ratificado el apoyo pol¨ªtico a la adhesi¨®n de los Estados candidatos (Portugal y Espa?a) y reiterado los problemas pendientes de ¨ªndole econ¨®mico-social que se derivan de la adhesi¨®n. Enumerados los dos planos eje -pol¨ªtico, econ¨®mico-social- (que enmarcan la negociaci¨®n y la van a condicionar hasta la firma del acta del tratado de adhesi¨®n), se produce, a continuaci¨®n, el conflicto de prioridades entre ambas partes contratantes. Por parte espa?ola prevalece la naturaleza pol¨ªtica de la adhesi¨®n; por la comunitaria, la filosof¨ªa de Giscard d'Estaing se ha impuesto hasta la fecha en las capitales de los diez, incluso en Par¨ªs, donde el ciclo de la ampliaci¨®n ha rebasado ya dos estadios: primero, heredando la teor¨ªa de Giscard; segundo, al asumirla, y se encuentra en el umbral del tercero, defenderla. Los indicios, algunos objetivamente claros, indican que se defiende con similar ¨¦nfasis que con el Gobierno Giscard.Al determinar la prelaci¨®n econ¨®mico-social sobre la pol¨ªtica, la opci¨®n comunitaria sit¨²a la adhesi¨®n sin calendario ni fecha. De esta manera se establecen dos circuitos de velocidad distinta. En el primero se imprime la mayor urgencia (que hasta hoy ha sido m¨¢s bien escasa) a las reestructuraciones comunitarias: pol¨ªticas nuevas, pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n, pol¨ªtica presupuestaria. En el segundo, pendiente de la conclusi¨®n del primero, se aparca la adhesi¨®n de los pa¨ªses candidatos. As¨ª pues, la Comunidad afronta la ampliaci¨®n con la asunci¨®n de la filosof¨ªa giscardiana: la ampliaci¨®n representa la construcci¨®n de un nuevo edificio de la construcci¨®n europea, construcci¨®n inacabada que sufre una crisis aguda de identidad, econ¨®mica y laboral. Reconstruyamos el edificio comunitario y despu¨¦s llevemos a cabo la ampliaci¨®n. Giscard conclu¨ªa manifestando: no a?adamos m¨¢s problemas a la Comunidad.
A mi juicio la posici¨®n francesa es la expresi¨®n magnificada de una dimensi¨®n err¨®nea global de la adhesi¨®n de Espa?a y Portugal. Los indicadores estrictamente na cionales envuelven a la posici¨®n de Par¨ªs, vehiculizados por la espiral creciente de proteccionismo que paulatinamente invade a Europa. Corriente que, de proseguir su avence, terminar¨ªa por enfrentar a unos contra otros y propiciar¨ªa la autofagia de la Comunidad Europea. Las cautelas por las conse cuencias de la ampliaci¨®n tienen una panor¨¢mica roma que borra del diccionario el t¨¦rmino solidaridad. Pero, alej¨¢ndome deliberada mente de la concepci¨®n solidaria, de la que ulteriormente apuntar¨¦ una opini¨®n, la filosof¨ªa giscardia na posee varios errores que denuncio. Estimo que la adhesi¨®n de Espa?a y Portugal no constituye la construcci¨®n de un nuevo edificio comunitario por pasar la Comunidad de diez a doce miembros.
Considero que la adhesi¨®n representa la ampliaci¨®n de una nueva ala del mismo edificio europeo que en una fase de crisis colectiva propiciar¨¢ algunos problemas. Aqu¨ª se encierra el aut¨¦ntico nudo gordiano, nadie quiere un problema extra. Este es el gran error. La interdependencia, la intraconexi¨®n de los pa¨ªses europeos es una constante europea que repercute y se reparte entre todos los Estados europeos con variantes que est¨¢n en relaci¨®n directa a la gesti¨®n de los Gobiernos nacionales. Otro elemento de importancia capital para contrarrestar un vector de la teor¨ªa giscardiana, asumida hasta ahora por el actual Gobierno franc¨¦s, es que las reestructuraciones de la Comunidad van a afectar en su globalidad a los nuevos pa¨ªses miembros, Espa?a y Portugal. La l¨®gica m¨¢s cartesiana aconsejar¨ªa que ambos pa¨ªses negociaran simult¨¢neamente los resultados de las reestructuraciones intracomunitarias que deben valorar y tener en cuenta la especificidad de los candidatos a fin de suprimir, en la mayor medida de lo posible, conflictos, negociaciones intolerables o renegociaciones.
Finalmente, el obligado cumplimiento de asumir los tratados de Par¨ªs y Roma y el acervo comunitario por parte de cualquier Estado candidato a la adhesi¨®n faculta a la Comunidad (si hubiera voluntad pol¨ªtica) a desarrollar las negociaciones a ritmo molto vivace, supuesto que se da, pero en sentido contrario, en la tercera ampliaci¨®n.
Un sentimiento de frustraci¨®n
Es el momento oportuno para que la Comunidad Europea sepa que en Espa?a la adhesi¨®n comienza a concitar a nivel de opini¨®n p¨²blica, aparte de los lobbies contrarios, cada vez m¨¢s agresivos, un sentimiento de frustraci¨®n que podr¨ªa desembocar a corto plazo en una situaci¨®n de pudrimiento. Adem¨¢s, subrayo los calendarios en curso: cuatro a?os y medio de la solicitud de adhesi¨®n (28 de julio de 1977) y 34 meses de negociaciones que todav¨ªa se asientan en la denominada visi¨®n de conjunto, ya que el fondo de la negociaci¨®n a¨²n no se ha iniciado en cinco cap¨ªtulos primordiales: agr¨ªcola, uni¨®n aduanera, pesca, libre circulaci¨®n de trabajadores, Canarias, y en menor medida, aunque tambi¨¦n importante un sexto de car¨¢cter administrativo, el n¨²mero y cargos de primera fila que ocupar¨¢n los funcionarios espa?oles en las instituciones comunitarias. Asimismo, la Comunidad debe meditar que el ¨²nico acuerdo favorable que Espa?a ha obtenido de Bruselas es el comercial de 1970, suscrito por el Gobierno del general Franco. A?os despu¨¦s, la "generosa" y democr¨¢tica Comunidad es incapaz -tras desparecer la justificada cl¨¢usula pol¨ªtica- de incorporar Espa?a a las Comunidades. Obviamente, los franquistas alegan que el club de Bruselas ha sido m¨¢s generoso con la dictadura que con la democracia espa?ola. La historia juzgar¨¢ por los hechos.
Referente a la concepci¨®n de solidaridad, t¨¦rmino dirigido por el Sur al Norte, por el pobre al rico, por el candidato al pa¨ªs,miembro, la pr¨¢ctica ofrece el balance para la solidaridad (y los ejemplos ilustran las p¨¢ginas diarias del mundo) de una rara perfecci¨®n negativa. Solidaridad equivale a papel mojado. Ninguna canciller¨ªa regala una coma de un texto en base al principio de solidaridad, y las pruebas est¨¢n en los documentos. Felipe Gonz¨¢lez se equivoca al alegar el t¨¦rmino solidaridad como factor potencial para la adhesi¨®n de Espa?a a las Comunidades. Actualmente, la solidaridad no desempe?a funci¨®n activa alguna porque carece de rol.
Utilizar¨¦ tres ejemplos. El primero es Turqu¨ªa, pa¨ªs asociado desde hace veinte a?os a la CEE. Pues bien, la Turqu¨ªa putschista del general Evren, que fusila a la oposici¨®n al r¨¦gimen, tortura a sindicalistas, encarcela a dirigentes pol¨ªticos, sigue recibiendo de la Comunidad el trato de pa¨ªs democr¨¢tico que respeta los derechos humanos y las libertades fundamentales de los ciudadanos. La Comunidad no denuncia el acuerdo, e incluso acaba de autorizar la concesi¨®n del tercer protocolo financiero y congelado, in extremis, el cuarto. El segundo caso pertenece a Espa?a. Y pregunto: ?Es que las graves dificultades socioecon¨®micas, pol¨ªticas y el fallido intento militar de golpe de Estado han coadyuvado para que la solidaridad europea interviniera decididamente en apoyo de la democracia?, ?es que las negociaciones, a partir del 23 de febrero, se han acelerado? El tercero es la posici¨®n adoptada por Lionel Jospin, secretario general del PSF, durante la conferencia celebrada en Madrid en torno a la ampliaci¨®n. Respondiendo como un alumno que ignora el cat¨®n de la asignatura, Jospin recurri¨® al tono mayest¨¢tico digno de ser representado por la m¨¢s pura escuela giscardiana. Para no responder a una pregunta pretendi¨® abrumar a su ¨ªnterlocutor recitando la saga de sus t¨ªtulos, sali¨¦ndose del contexto de la pregunta, que cualquier escolar aventajado de COU podr¨ªa haber respondido. Formas aparte, y las francesas son conocidas generalmente por la prepotencia de algunos que enturbia el sentido pragm¨¢tico de la mayor¨ªa, el secretario general del PSF, por sus omisiones, indicaba que las reestructuraciones comunitarias tienen prioridad absoluta respecto a las negociaciones de adhesi¨®n. Al no precisar ning¨²n calendario ni fecha de adhesi¨®n complet¨® la posici¨®n socialista de Par¨ªs, que ser¨ªa dif¨ªcil de diferenciar de la de Giscard d'Estaing.
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