Nuevo montaje de 'La gaviota", de Chejov
Un nuevo montaje de la obra La gaviota, del dramaturgo ruso Ant¨®n Chejov, se presentar¨¢ pr¨®ximamente en el teatro Bellas Artes, de Madrid, al aplazarse el estreno previsto para hoy por dificultades de ¨²ltima hora, en adaptaci¨®n de Enrique Llovet, escenograf¨ªa de Gerardo Vera y direcci¨®n esc¨¦nica de Manuel Collado. En el amplio reparto figuran Mar¨ªa Jos¨¦ Goyanes, Mar¨ªa Asquerino, Jos¨¦ Viv¨®, Elvira Quintill¨¢, Eduardo Calvo, Ana Mar¨ªa Barbany y Pedro Mar¨ªa S¨¢nchez. Del mismo autor se han representado en nuestros escenarios Las tres hermanas, El jard¨ªn de los cerezos, T¨ªo Vania y La gaviota, montada hace veinte a?os por Alberto Gonz¨¢lez Vergel.
El adaptador de la obra, Enrique Llovet, manifiesta sobre el texto de Chejov (1860-1904) que ?cada convulsi¨®n humana, cada generaci¨®n, cada temporada teatral, aumenta el n¨²mero de espectadores de La gaviota. Hace casi ochenta a?os que Chejov reposa junto a Stanislavsky, bajo una piedra en que est¨¢ tallada la temblorosa gaviota de las blancas y abiertas alas. Su fama sigue creciendo y una c¨¢lida oleada de compasi¨®n y ternura se alza una y otra vez frente a los escenarios en que los personajes chejovianos revelan ante nosotros sus alegr¨ªas y sus penas, tan menores como grandes y tan particulares como generales?.El primer estreno de La gaviota, en 1896, en el teatro Alejandro, de San Petersburgo, constituy¨® un fracaso. Dos a?os m¨¢s tarde, Danchenko y Stanislavsky, creadores del Teatro de Arte de Mosc¨², consiguen en este escenario un montaje que figura como modelo en la historia del teatro. Desde ese momento, el Teatro de Arte, hoy llamado Gorki, tiene como emblema una gaviota blanca con las alas desplegadas.
Chejov es el creador de una forma nueva dentro del teatro naturalista o realista. Llovet opina que su llegada a la inmortalidad se debe a ?su capacidad para hacernos entender la felicidad y la pena de los seres humanos. Eso lo hizo sin dividir a las gentes en buenos y malos, sin gritar, sin sermonear, con una ciega confianza en que reconocer¨ªamos a sus personajes y nuestro amor y nuestro juicio cr¨ªtico ser¨ªan actos de valor naturales y adultos. La primera percepci¨®n ante la obra de Chejov es la de sentirnos reclamados por una de las conciencias humanas m¨¢s transparentes de toda la hisotria de la literatura.
Manuel Collado, director de La gaviota, se?ala que ?Chejov, en su teatro, hace una descripci¨®n de un paisaje interior y exterior, como si estuviera mostrando lo que es la sociedad de su ¨¦poca, donde la revoluci¨®n llama a la puerta, una gran cr¨ªtica de la burgues¨ªa hecha de una manera aparentemente tenue por su lenguaje po¨¦tico. M¨¢s que reflejar el mundo de los artistas, a trav¨¦s del enfrentamiento de dos escritores, lo que importa en La gaviota es la vida, las cosas cotidianas. Creo que flota en el espacio un trozo de vida. Esto es lo que pretendo que reflejen los actores, en un montaje dif¨ªcil y delicado, parecido a una composici¨®n musical, donde nadie puede desafinar.
?El teatro de Chejov signific¨® una revoluci¨®n est¨¦tica?, a?ade Manuel Collado. ?Era un naturalismo que iba en contra de todos los modos de interpretaci¨®n anteriores, ya que est¨¢ te?ido de poes¨ªa, donde hace falta una interiorizaci¨®n enorme de cada personaje. Los estados de ¨¢nimo est¨¢n muy valorados y la palabra est¨¢ contrapuntada con la pausa, el silencio y el subtexto, lo que obliga a un estudio profundo de cada personaje?.
El trabajo de interpretaci¨®n de los actoies tuvo varias etapas su cesivas hasta producirse una especie de catarsis e identificaci¨®n con sus personajes. El m¨¦todo de Stanislavsky aplicado a la prepa raci¨®n del actor mediante la psicot¨¦cnica es la base del ¨¦xito de las obras de Chejov. Manuel Collado se?ala que hay que aplicar este tratamiento, convertido en escuela, junto con la experiencia personal y de los int¨¦rpretes, para conseguir una simbiosis del actor y su personaje.
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