Multas de 250.000 pesetas por "afeitado" de tres toros

Tres multas de 250.000 pesetas cada una han sido impuestas por la Direcci¨®n General de la Seguridad del Estado a los propietarios de las ganader¨ªas Joaqu¨ªn Buend¨ªa, hermanos Buend¨ªa y Felipe Bartolom¨¦, respectivamente, al haberse determinado que un toro de cada uno de estos hierros, lidiado los d¨ªas 22 y 23 de septiembre ¨²ltimos en Talavera de la Reina, estaba afeitado. La corrida del d¨ªa 22 la torearon D¨¢maso Gonz¨¢lez, Tom¨¢s Campuzano y Espartaco, y la del 23, Luis Francisco Espl¨¢, Nime?o II y Morenito de Maracay. Estas sanciones han sido dadas a conocer por el gobernador de Toledo.Seg¨²n informaciones recogidas en medios veterinarios, durante la temporada de 1981 se han remitido a la Escuela Nacional de Sanidad, para reconocimiento, astas de m¨¢s de 250 reses, con fundadas sospechas de haber sido afeitadas, de las cuales s¨®lo las tres antes mencionadas de Talavera de la Reina han dado lugar a sanci¨®n, y se especula con que puede haber otras tres, aunque no se ha dado informaci¨®n oficial alguna al respecto.

Hay un palpable malestar entre muchos de los veterinarios que se dedican al reconocimiento de los toros, y tambi¨¦n entre los presidentes de las corridas, pues no encuentran en la Administraci¨®n la adecuada respuesta a su labor de vigilancia y denuncia del fraude del afeitado. El mismo sistema de precintado y remisi¨®n de las astas no les ofrece garant¨ªas, al tiempo que les extra?a tanto el silencio de la Administraci¨®n en lo que se refiere a las sanciones como el rid¨ªculo porcentaje de toros que la Escuela Nacional de Sanidad dictamina como afeitados.

Un asunto turbio

Se sabe que, ante esta situaci¨®n, varios veterinarios se han negado a remitir a Madrid las astas de las reses, aunque las sospechas de manipulaci¨®n rocen casi la evidencia. Un veterinario manifestaba a EL PAIS: ?Muchos de nosotros tenemos la sensaci¨®n de que se nos toma el pelo. Lo que est¨¢ ocurriendo es una aut¨¦ntica burla al p¨²blico y a nuestra ¨¦tica profesional. Yo he remitido esta temporada a la Escuela Nacional de Sanidad las astas de dos corridas enteras y las de dos toros m¨¢s, ya que presentaban s¨ªntomas muy claros de manipulaci¨®n. Por si fuera poco, de una de esas corridas sab¨ªamos de antemano exactamente la finca, el d¨ªa y la hora en que se hab¨ªa efectuado el afeitado, y, el individuo que lo materializ¨®. Pues bien, no he vuelto a tener noticia alguna sobre el caso y, por averiguaciones que han hecho compa?eros m¨ªos, esas astas y las de los otros ocho toros que denunci¨¦ han dado negativo en el an¨¢lisis de laboratorio. Esta es la decepcionante respuesta que se da a nuestros esfuerzos por mantener la autenticidad del espect¨¢culo taurino y, en definitiva, por cumplir los preceptos reglamentarlos. No es de extra?ar, en consecuencia, que entre los veterinarios cunda la desmoralizaci¨®n.