Diecisiete millones de ni?os muertos por desatenci¨®n social, balance del a?o que termina
Apenas uno de cada diez ni?os de los diecisiete millones de ni?os muertos durante 1981 estaba inmunizado contra una de las seis enfermedades m¨¢s comunes de la infancia. El coste de inmunizaci¨®n de todos los ni?os del Tercer Mundo, se?ala Unicef en su balance ya aludido, habr¨ªa sido de cinco d¨®lares por ni?o. La carencia de esta inmunizaci¨®n cuesta al a?o cinco millones de vidas humanas. Esta mortandad infantil no muestra signos de remitir en los pr¨®ximos a?os. Seg¨²n el informe que James P. Grant leer¨¢ hoy en Nueva York, ?en muchos pa¨ªses pobres las tendencias econ¨®micas en curso indican que los avances contra la pobreza no s¨®lo se hacen cada vez m¨¢s lentamente, sino que existen indicios de un aut¨¦ntico retroceso?.La ayuda para el desarrollo ha decrecido en los ¨²ltimos quince a?os desde un promedio del 0,49% del patrimonio nacional bruto de los pa¨ªses ricos hasta el 0,37% en la actualidad. ?Existe un clima de duda y pesimismo?, dice Grant, ?sobre el desarrollo; en el per¨ªodo de una generaci¨®n nunca ha sido tan baja la esperanza de poner fin a la pobreza masiva que niega la vida?. La realidad actual es enormemente sombr¨ªa, incluso con respecto a las previsiones internacionales de finales de 1980. El informe del a?o pasado sobre el estado mundial de la infancia se?alaba que los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo podr¨ªan conseguir hacia finales del presente siglo que sus tasas de mortalidad infantil se reduzcan hasta una cifra que oscilar¨ªa en torno a los cincuenta ni?os muertos por cada mil nacidos vivos, que su esperanza media de vida se centrara en torno a los sesenta a?os y que todos los ni?os tengan garant¨ªas de ense?anza primaria durante cuatro a?os al menos. ?Esas cifras?, dice el informe, ?presupon¨ªan que el ritmo de desarrollo mundial deber¨ªa duplicarse o triplicarse, y eso, en las presentes circunstancias econ¨®micas, podr¨ªa ser tildado de ingenuo?.
La mayor generaci¨®n de j¨®venes de toda la historia
La estructura generacional de la sociedad mundial est¨¢ cambiando de forma acelerada. El 40% de la poblaci¨®n mundial tiene en la actualidad menos de quince a?os. Esto supone que hoy existe la mayor generaci¨®n de j¨®venes de toda la historia y el fracaso del intento por cubrir las necesidades de la infancia actual puede frustrar la tendencia a la disminuci¨®n de las tasas de crecimiento de la poblaci¨®n en el futuro. Est¨¢ comprobado que la aceptaci¨®n de la planificaci¨®n familiar depende estrechamente de una serie de cambios, como la mejora de la asistencia sanitaria, la reducci¨®n de la mortalidad infantil y Ia extensi¨®n de la educaci¨®n infantil. Los pasos necesarios para reducir la mortalidad infantil al 50% ya indicado conllevar¨ªan la disminuci¨®n de la tasa de naci mientos en doce a veinte millones de seres humanos cada a?o.James P. Grant dice a este respecto: ?O bien permitimos que la generaci¨®n m¨¢s numerosa de la historia de la humanidad crezca desnutrida, enferma e ignorante y se convierta en progenitora de otra generaci¨®n de ni?os desnutrios, enfermos e ignorantes, o concedemos a nuestros hijos la prioridad que merecen e invertimos para mejorar su capacidad de ser padres en el ma?ana. Resulta ya inevitable optar entre la espiral del vicio o por la de la virtud. Si los recursos disponibles?, a?ade, ?tanto a escala nacional como internacional para atender las necesidades de la infancia van a permanecer al nivel presente, la ¨²nica respuesta eficaz es encontrar m¨¦todos para incrementar la relaci¨®n entre recursos disponibles y beneficios obtenidos para la infancia?.
M¨¢ximo rendimiento por unidad invertida
La experiencia acumulada por Unicef en materia de desarrollo le indujo a estimar en el informe precitado que uno de los m¨¦todos m¨¢s eficaces para obtener m¨¢s rendimiento por unidad invertida es promover la formaci¨®n de asistentes para profesionales de desarrollo, del tipo de los m¨¦dicos descalzos, que han logrado extender la asistencia sanitaria b¨¢sica a mil millones de chinos a un coste aproximado de siete d¨®lares anuales. Otro procedimiento es el de la participaci¨®n popular: ?Si entre los restos del naufragio?, dice Unicef, ?de los planes de desarrollo fallidos quedase una peque?a caja negra para registrar los errores cometidos, constatar¨ªamos que en un momento dado del proceso la gente supuestamente beneficiada consider¨® que ten¨ªa otras cosas m¨¢s importantes que hacer?. A este respecto, el informe cita el caso de Malawi, donde la participaci¨®n popular ha conseguido un sistema de conducci¨®n de agua gracias a los esfuerzos de 150.000 aldeanos que excavaron zanjas, colocaron tuber¨ªas y abrieron pozos de desag¨¹e a un coste de tres d¨®lares por persona.Seg¨²n el informe de Unicef, la asignaci¨®n de recursos para satisfacer las necesidades b¨¢sicas de la infancia es considerada a menudo por los pa¨ªses en desarrollo como un aumento del consumo, en detrimento de la inversi¨®n y, en definitiva, del proceso de crecimiento econ¨®mico. este argumento es rebatido por James P. Grant en los siguientes t¨¦rminos: ?El trabajo es tan importante como el capital para incrementar la productividad; una fuerza de trabajo desnutrida, enferma o analfabeta es un serio obst¨¢culo para la mejora de la productividad?. El argumento del director ejecutivo de Unicef se basa en las consecuencias pr¨¢cticas de la l¨ªnea seguida por este organismo, que ha contribuido a la formaci¨®n de m¨¢s de 750.000 asistentes para profesionales de desarrollo en los ¨²ltimos doce meses, ha cooperado en la instalaci¨®n de 100.000 sistemas de conducci¨®n de agua y m¨¢s de 250.000 servicios de saneamiento.
125 millones de ni?os nacer¨¢n en 1982
James P. Grant se?ala finalmente que una de las principales aportaciones que puede hacer una organizaci¨®n como Unicef es abrir nuevas v¨ªas en el intento por lograr el m¨¢ximo beneficio para la infancia por unidad invertida, en tiempos de graves dificultades econ¨®micas.De los 125 millones de ni?os que nacer¨¢n durante 1982, doce millonel de ellos habr¨¢n muerto antes de que termine el a?o y cinco millones m¨¢s morir¨¢n antes de cumplir cinco a?os. Unicef estima que la tasa anual de fallecimientos infantiles debe reducirse a la mitad antes de finalizar el siglo, pese a la recesi¨®n econ¨®mica mundial, que ha frenado el progreso social en muchos pa¨ªses de bajo nivel de renta. Frente a este hecho, Unicef propone considerar la ayuda al Tercer Mundo y sus necesidades como una aut¨¦ntica inversi¨®n a corto plazo. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha comprobado que por cada d¨®lar invertido en la recuperaci¨®n de minusv¨¢lidos el erario recupera nueve d¨®lares en impuestos pagados por las personas impedidas que consiguen empleo gracias a dicha iniciativa.
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