El PNV pedir¨¢ ma?ana al Parlamento vasco la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum sobre la central nuclear de Lem¨®niz.

El Gobierno vasco y el partido mayoritario que lo sustenta -PNV-, que han superado ya la primera prueba del Parlamento aut¨®nomo, consiguiendo descartar las objeciones expuestas por la izquierda que justificaban la no puesta en marcha de la central nuclear de Lem¨®niz, prepara el plato fuerte de la sesi¨®n plenaria la petici¨®n al Gobierno central -y posiblemente a las Cortes Generales- de un pronunciamiento acerca de la conveniencia o no de un refer¨¦ndum sobre la puesta en marcha de la mencionada central. Esta solicitud, junto a la disparidad de criterios en la mesa de negociaciones, es la causa principal que explica el "bloqueo" en el di¨¢logo mantenido entre las dos administraciones sobre Lem¨®niz.

A pesar de que el Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo ha manifestado p¨²blicamente su negativa a la celebraci¨®n del refer¨¦ndum, los nacionalistas vascos insisten en la necesidad de que Lem¨®niz s¨®lo puede funcionar despu¨¦s de que se haya sometido su puesta en marcha a consulta popular. En ese sentido se explicaban los portavoces del grupo parlamentario del partido mayoritario del Gobierno en la ¨²ltima sesi¨®n plenaria, diciendo que "Lem¨®niz se pondr¨¢ en marcha, despu¨¦s de un refer¨¦ndum, si el pueblo de Euskadi lo quiere".

Las dos f¨®rmulas

La f¨®rmula ofrecida por el PNV en el curso de su asamblea plenaria el pasado octubre-celebraci¨®n de una consulta popular y/o establecimiento de un control p¨²blico-, provoc¨® cierto optimismo en la Administraci¨®n central y en representantes del sector el¨¦ctrico, que cre¨ªan que el Gobierno vasco se inclinar¨ªa por la segunda opci¨®n, descartando el plebiscito.El ejecutivo de Carlos Garaikoetxea era consciente de la imposibilidad de que la consulta se lleve a efecto -fundamentalmente, porque depende de la decisi¨®n del presidente del Gobierno central, que ha manifestado en m¨¢s de una ocasi¨®n su oposici¨®n a ello-; pero tras el interregno de tres meses, en los que se intensificaron las negociaciones acerca del control p¨²blico, rompi¨® el silencio en el curso de la sesi¨®n plenaria del Parlamento vasco, celebrada el pasado mes de noviembre, para anunciar su intenci¨®n de emplazar p¨²blicamente al Gobierno espa?ol y a las Cortes Generales a un pronunciamiento acerca de la consulta popular sobre Lem¨®niz.

El refer¨¦ndum de la discordia

La segregaci¨®n de Lem¨®niz de la sociedad Iberduero para que un ente p¨²blico de la comunidad aut¨®noma -ejercite un control sobre la gesti¨®n, con existencia de honorarios y facultad para paralizar las obras en caso de que se presenten irregularidades, era la f¨®rmula que -a pesar de no conseguir hasta la fecha un consenso entre las partes negociadoras- se estaba discutiendo. Pero el di¨¢logo, a partir del momento en que el Gobierno vasco anunci¨® p¨²blicamente su emplazamiento al Gobierno central sobre el refer¨¦ndum, si no est¨¢ roto, se encuentra totalmente aparcado.

El pasado mes de abril, el Gobierno vasco se?alaba cuatro condiciones previas para poder hablar de producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica, que representar¨ªa en el a?o 1990 alrededor de un 75% del consumo energ¨¦tico de este sector en Euskadi. En opini¨®n del Ejecutivo aut¨®riorno, el funcionamiento definitivo de Lem¨®niz s¨®lo podr¨ªa llevarse a efecto despu¨¦s de la realizaci¨®n de los informes de la comisi¨®n parlamentaria de encuesta, que han resultado aprobados en el Parlamento; de la celebraci¨®n de la auditor¨ªa, que a¨²n tardar¨¢ m¨¢s de medio a?o en elevar sus conclusiones; de un plan de emergencia, que a¨²n se encuentra en estado embrionario, y de la convocatoria de una consulta popular, en una ¨²ltima Fase.

Es el ¨²ltimo punto el que ha provocado profundas tensiones entre las dos administraciones y serias discrepancias entre el Gobierno vasco y l¨ªderes significativos del PNV, que defienden, con mucho menos ¨¦nfasis que Carlos Garaikoetxea, la posibilidad de que el plebiscito se realice.

En la comunicaci¨®n del Gabinete vasco al Parlamento, que se debatir¨¢ el pr¨®ximo lunes en la cuarta sesi¨®n plenaria, se especifica que el Gobierno expresa, una vez m¨¢s, su voluntad de realizar una consulta popular sobre habida cuenta de las circunstancias de todo tipo que concurren en la misma. No obstante, teniendo en cuenta la negativa manifestada por el Gobierno central al respecto, el Ejecutivo aut¨®nomo se?ala en su documento que "impulsar¨¢ las iniciativas parlamentarias conducentes a posibilitar la celebraci¨®n de una consulta popular relativa a la central nuclear de Lem¨®niz".

La exigencia del Gobierno vasco en f¨®rmulas de control p¨²blico sobre Lem¨®niz ser¨ªa de mayor dimensi¨®n, seg¨²n explica el propio Ejecutivo, en el caso de que el plebiscito no se realice.

El inter¨¦s del Gobierno aut¨®nomo en el pronunciamiento popular -justificado en la petici¨®n del Consejo General Vasco, cuando Garaikoetxea era presidente del ¨®rgano aut¨®nomo provisional, y en la solicitud del propio Parlamento vasco en julio de 1980- reside en la necesidad de contar, por parte del Gobierno vasco, con un aval para acallar las sensibilidades antinucleares.