La resistencia se radicaliza en Polonia, pero no se extiende
La v¨ªspera de Nochebuena, la oposici¨®n activa polaca al golpe militar del general Wojciech Jaruzelski tend¨ªa a radicalizarse en los principales focos de resistencia, aunque no consigue extenderse, seg¨²n informaciones recogidas a bordo del transbordador que enlaza los puertos sueco y polaco de Ystad y Swinopjscie. Ciudadanos polacos residentes en el extranjero y responsables de organizaciones humanitarias que transportan v¨ªveres a Polonia confirmaron ayer el endurecimiento de la resistencia en Silesia y algunos puertos del mar B¨¢ltico, al tiempo que se?alaron el inicio de la represi¨®n contra la Iglesia cat¨®lica.
Sorprendentemente, la agencia de noticias sovi¨¦tica Tass confirm¨® el lunes y el martes la intransigencia de la resistencia en Silesia y algunos puertos.Fuentes oficiosas suecas apuntan la posibilidad de que el Kremlin empiece a desconfiar del general Jaruzelski, quien doce d¨ªas despu¨¦s de promulgar el estado de emergencia sigue sin controlar el pa¨ªs. En el mismo sentido, algunas informaciones sin confirmar parecen indicar que la URSS se esfuerza por resucitar r¨¢pidamente al partido comunista polaco (POUP) y a su aparato de seguridad, que, seg¨²n la BBC brit¨¢nica, relegar¨ªa al Ej¨¦rcito a funciones subalternas y en algunos casos habr¨ªa tenido roces con las fuerzas armadas.
La celebraci¨®n, ayer y el martes, de la primera reuni¨®n del bur¨® pol¨ªtico del POUP desde el golpe militar refuerza esta hip¨®tesis. Un hombre de negocios de Francfort, de regreso de Gdansk, donde tiene numerosos familiares, explic¨® que el primer ministro JaruzeIski y el aparato del POUP discrepan sobre el papel que deber¨¢ desempe?ar Solidaridad. Mientras los militares son partidarios de su mantenimiento como mera central sindical -expurgada de sus elementos extremistas (los ex militantes del grupo disidente KOR)-, el partido la quiere prohibir.
En el B¨¢ltico, la mayor¨ªa de los 15.000 trabajadores de los astilleros Warski, de Szczecin, distante 130 kil¨®metros del puerto en huelga de Swinoujscie, segu¨ªa ocupando ayer de madrugada su lugar de trabajo, a pesar de que el diario local Wiadomsci Szcecinskie titulara el martes, en primera p¨¢gina: "Paulatina vuelta a la normalidad en la regi¨®n de Szczecin".
El rotativo publicaba tambi¨¦n en portada un comunicado del director de los astilleros, en el que ped¨ªa a los trabajadores, por segunda vez en tres d¨ªas, que renunciasen a la ocupaci¨®n y acudiesen ayer a los locales administrativos de la empresa para obtener un nuevo "permiso de trabajo", cobrar la.paga de diciembre y recibir un carn¨¦ de racionamiento alimenticio, con el que podr¨¢n adquirir comida.
La entrega de carn¨¦s de racionamiento alimenticio a cambio del cese de una acci¨®n de protesta es frecuentemente propuesta por las autoridades, seg¨²n afirmaron varios polacos a bordo del transbordador Wawel. De ah¨ª la importancia que reviste para la resistencia la donaci¨®n a la Iglesia -y no a las autoridades- de la ayuda alimenticia internacional.
Ofensiva contra la Iglesia
La ofensiva desencadenada contra la Iglesia, principal instituci¨®n de ayuda material y moral a las v¨ªctimas de la represi¨®n, fue, al parecer, intensificada a ra¨ªz de la difusi¨®n por fuentes religiosas de la cifra de doscientos muertos en enfrentamientos con la milicia al t¨¦rmino de la primera semana de estado de emergencia.
Esta cifra, desmentida el lunes por el portavoz del Gobierno, que se ratific¨® en la de siete muertos, fue obtenida -en un pa¨ªs donde el tel¨¦fono y el t¨¦lex fueron cortados hace once d¨ªas- sumando los casos de muertes violentas comunicados por p¨¢rrocos de distintas regiones que enviaron emisarios en tren hasta Varsovia. Como detalle anecd¨®tico cabe se?alar que la oraci¨®n "Se?or: bendice nuestra patria libre", ha sido sustituida durante la misa por "Se?or: devuelve la libertad a nuestra patria".
El jueves pasado, por primera vez, la milicia penetr¨® en las iglesias de Varsovia persiguiendo a estudiantes que se refugiaron en ellas tras intentar manifestarse por el centro de la capital. Desde entonces, los casos de malos tratos a fieles y p¨¢rrocos -las parroquias se han convertido en el lugar privilegiado de reuni¨®n al que acude la gente para recopilar las detenciones y saqueos- han ido multiplic¨¢ndose.
Se sabe, aunque nadie parece por ahora en condiciones de evaluar su n¨²mero, que algunos curas acusados de complicidad con la resistencia sindical han sido trasladados a campos de detenci¨®n, donde las p¨¦simas condiciones higi¨¦nicas y la ola de fr¨ªo que padece el pa¨ªs -las temperaturas, anormalmente bajas, oscilan entre cinco grados y veinte grados bajo cero- provocan enfermedades.
Miembros de organizaciones humanitarias que tuvieron la oportunidad de entrar en contacto con responsables sanitarios polacos para informarse sobre sus necesidades m¨¦dicas aseguraron que en los campos se produc¨ªan casos de congelaci¨®n de miembros y de gangrena.
Un testimonio directo de la situaci¨®n en las ciudades b¨¢lticas de Gdynia y Sopot -donde la resistencia no resulta ser especialmente activa- fue recibido a principios de semana por un radioaficionado sueco de Ystad. El mensaje fue enviado en ingl¨¦s por una persona poco acostumbrada al manejo de un transmisor de radio.
"Este no es un mensaje destinado a hablarles del sindicato y de pol¨ªtica", reza el texto captado; "s¨®lo queremos informar de la situaci¨®n de los polacos y solicitar ayuda. Ayer, un beb¨¦ de tres semanas de edad muri¨® por falta de leche y medicinas. Otros morir¨¢n si el mundo no entiende esto. Tenemos hambre", prosigue el mensaje, "nuestros hijos carecen de todo, casi no nos queda combustible. Les suplicamos que no olviden esto y nos condenen a una muerte lenta en pleno invierno. Pueden estar seguros de que no exageramos y que nos avergonzamos de solicitar la caridad de los pueblos, pero dentro de poco es Navidad. Que los pueblos que antes se interesaron por nosotros se imaginen lo que ser¨¢ nuestra Navidad".
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