Signos de realismo pol¨ªtico a dos semanas del golpe
Dos semanas despu¨¦s de la declaraci¨®n de estado de guerra en Polonia, el presidente del Consejo Militar de Salvaci¨®n Nacional, general Wojciech Jaruzelski, insiste en la necesidad de un "entendimiento nacional", y se advierten signos de realismo Pol¨ªtico en la actitud del Consejo Militar y una intenci¨®n de renegociar con todas las fuerzas sociales.
El discurso navide?o de Jaruzelski, marcado claramente por una voluntad reconciliadora, y una entrevista con la televisi¨®n alemana del portavoz del Consej¨® Militar, el periodista militarizado, capit¨¢n Wieslaw Gornicki, ofrecen nuevas perspectivas de posible soluci¨®n.Gornicki asegur¨® que en breve los periodistas podr¨¢n visitar a los intemados, que no est¨¢n detenidos, sino que ser¨¢n puestos en libertad casi todos. Que son absurdas las afirmaciones de que algunos fueron llevados a otros pa¨ªses y que haya soldados sovi¨¦ticos con uniforme polaco, y que en Polonia las cifras de muertos que se manejan en Occidente son exageradas.
Al lado de estas informaciones m¨¢s o menos interesadas, Gornicki reconoci¨® que no hay posibilidad de someter militarmente al pueblo polaco, que tiene una fuerte componente anarquista. Este reconocimiento revela que los militares son conscientes de la necesidad de un entendimiento no por motivos ideol¨®gicos, sino impuesto por la misma realidad.
El futuro del partido comunista ser¨¢ la piedra de toque del nuevo r¨¦gimen militar polaco. Si Jaruzelski es capaz de reducir a la inoperancia al corrompido y fracasado Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) tendr¨ªa una posibilidad de sentarse a la mesa de negociaciones con un sindicato independiente, Solidaridad, depurado de sus elementos m¨¢s radicales, para buscar una soluci¨®n de la crisis, que podr¨ªa contar con el apoyo de la Iglesia cat¨®lica, el benepl¨¢cito de los, acreedores occidentales y hasta la tolerancia sovi¨¦tica.
El papel de la Iglesia desde el pasado 13 de diciembre fue de enorme moderaci¨®n, y las palabras del primado, arzobispo Jozef Glemp, y del Papa se repiten con frecuencia en los censurados medios de comunicaci¨®n polacos. La Iglesia polaca pod¨ªa jugar un papel importante de mediaci¨®n y moderaci¨®n.
Con el golpe militar, Jaruzelski ha recuperado el poder que el POUP hab¨ªa perdido y ahora puede iniciar la renegociaci¨®n de una especie de compromiso hist¨®rico o nuevo pacto social, en el que el Ej¨¦rcito polaco puede, desde una posici¨®n de fuerza, negociar en mejores condiciones.
Las bazas que puede ofrecer Jaruzelski son un comportamiento generoso, con renuncia a la represi¨®n, y devolver a Solidaridad la posibilidad de ejercer sus actividades sindicales, eliminadas las personas que en los ¨²ltimos meses olvidaron el lugar que ocupa Polonia en Europa..
La intervenci¨®n militar en Polonia, quiz¨¢ por lo dr¨¢stico de las medidas del estado de guerra, impidi¨® los enfrentamientos y no parece haber producido la temida cat¨¢strofe de enormes dimensiones. Los muertos causados, la dureza de las condiciones de detenci¨®n y algunas actuaciones brutales parecen m¨¢s bien producto de accidentes aislados e improvisaci¨®n que de una voluntad de liquidar al movimiento sindical.
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