Antimilitarismo y pacifismo
Hab¨ªa cogido la pluma para felicitarle por su art¨ªculo "Elogio del pacifismo", aparecido el 3 de enero en EL PAIS SEMANAL, cuando encuentro en EL PAIS del jueves 7 de enero un editorial ("Un gran discurso") donde se dice que el antimilitarismo "s¨®lo existe en las manipuladas tergiversaciones de quienes para derribar la monarqu¨ªa parlamentaria no tienen m¨¢s recurso posible, dada su orfandad electoral, que un acto de fuerza". Aceptando que, dada "la ola de pacifismo que nos invade", ciertos grupos ahora se autocalifiquen antimilitaristas, igual que pasado ma?ana se pueden calificar de otra manera seg¨²n los vientos que soplen con m¨¢s fuerza, no es menos cierto que quienes nos sentimos y somos antimilitaristas ni pretendemos derribar la monarqu¨ªa, ni tenemos mucha o poca orfandad electoral, pues hasta ahora ning¨²n grupo se ha presentado a unas elecciones como antimilitarista (no existe en Espa?a un equivalente al Partido Radical Italiano, o al Partido Socialista Pacifista holand¨¦s).Simplemente, los antimilitaristas, al menos los no violentos, partiendo de un an¨¢lisis del militarismo, imposible de realizar aqu¨ª, pero del que destacamos:
- La situaci¨®n escandalosa de la carrera de armamentos y la capacidad destructora del armamento moderno, que necesita para mantenerse provocar la muerte por el hambre y la guerra en el Tercer Mundo.
- La funci¨®n real que los ej¨¦rcitos cumplen de estar al servicio de una minor¨ªa y su intervenci¨®n en los asuntos internos de los pa¨ªses, impidiendo un avance social.
- El trasvase que se da de los valores militares a la vida civil.
- La antropolog¨ªa que subyace al militarismo, cuyo m¨¢ximo exponente es el desprecio por la vida humana...
Partiendo de ese an¨¢lisis, digo, proponemos avanzar en el sentido de un desarme unilateral (que se desarme el enemigo, eso lo piden todos) lo que implica el desarrollo de formas de defensa no armada (ll¨¢mese defensa popular no violenta o defensa civil) y la reconversi¨®n de la industria de armamento. Por ello no nos parece "necio discutir o dudar de la necesidad de unas Fuerzas Armadas eficaces", como dice el editorial aludido. Pero somos conscientes de que el camino es' largo, y, por acabar con sus propias palabras, se?or Cebri¨¢n, "ya s¨¦ que para algunos esto sonar¨¢ a simple ejercicio de demagogia barata y para otros a simple consolaci¨®n..., pero el derecho a la vida sigue siendo el primero a respetar por todos cuantos la disfrutamos. Y all¨ª donde hay una m¨¢quina de matar, ese derecho comienza a estar seriamente amenazado". /
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