La polic¨ªa francesa, sin pistas sobre el asesinato del "rey del juego"
Ning¨²n indicio permit¨ªa ayer a la polic¨ªa francesa, adelantar alg¨²n dato veros¨ªmil sobre los autores del asesinato de Marcel Francesci, pol¨ªtico corso gaullista-giscardiano, pero conocido sobre todo como el rey del juego, por las numerosas salas con que contaba. Los norteamericanos le consideraban uno de los grandes traficantes mundiales de droga. Tampoco se conocen los m¨®viles del crimen, pero la polic¨ªa no cree que se deba a razones pol¨ªticas. No se excluye que esta muerte sea la primera de una nueva guerra de los juegos entre los diversos clanes del sector.Anteanoche, en su garaje del distrito diecis¨¦is, el barrio residencial parisiense, cuando abandonaba su coche Jaguar, Francesci result¨® muerto al serle disparados tres balazos por alguien que le esperaba escondido. Y nada m¨¢s. Las pesquisas policiales, hasta la fecha, no han dado resultado alguno. ?Qui¨¦n y por qu¨¦ se ha suprimido al llamado rey de los juegos de azar?
Trancesci era la encarnaci¨®n perfecta de ese tipo de personajes cuya vida es un milagro permanente. Y lo que ahora se preguntan quienes le conoc¨ªan es c¨®mo hab¨ªa conducido tan pulcramente su aventura. La polic¨ªa estima que en su profesi¨®n de hombre de la droga y del juego es donde hay que buscar a los asesinos y el m¨®vil del crimen. Corso, beligerante en la ¨²ltima guerra mundial, cruz de guerra, cruz de Combatiente Voluntario de la Resistencia, Francesci fue gaullista desde los primeros tiempos, aunque el a?o pasado se pronunci¨® a favor del ex presidente Val¨¦ry Giscard d'Estaing. Lleg¨® a ser alcalde de su pueblo, Ciamannacce, y consejero delegado chiraquista. Pero la pol¨ªtica para ¨¦l no era m¨¢s que un instrumento para avalar su imagen p¨²blica.
El Padrino corso, como le llamaban algunos, cultivaba otras facetas m¨¢s provechosas y que le apasionaban m¨¢s: el juego y la droga. En Par¨ªs era due?o del Cercle Haussman, la sala de juego m¨¢s importante de la capital, al lado de la que se llama Grand Cercle, que era su rival. En 1971, la polic¨ªa, norteamericana, afirm¨® que Francesci era uno de los cinco grandes traficantes de droga en el mundo, y esto lo hizo para reprocharle su pasividad a la polic¨ªa francesa. Francesci se sospecha que gozaba de favores especiales en tiempos de la mayor¨ªa gubernamental que perdi¨® el poder en mayo pasado.
En Francia se conoc¨ªan sus actividades, pero nunca se consigui¨® condenarle por falta de pruebas. En la d¨¦cada de los a?os sesenta, entre los hombres de sus salas de juego y los de su rival del Gran Cercle se desencaden¨® una guerra sin cuartel. Los muertos se suced¨ªan, pero nunca se esclareci¨® nada. El propio Francesci fue v¨ªctima de dos atentados con las peores intenciones, pero se salv¨®.
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