250.000 personas visitar¨¢n el Sal¨®n N¨¢utico de Barcelona
El Sal¨®n N¨¢utico de Barcelona, que ayer fue visitado de forma oficial por Su Majestad el Rey, acompa?ado por su padre el conde de Barcelona, su cu?ado Constantino y el Aga Khan, es una especie de enorme muestrario de todas las embarcaciones que pueden comprarse en Espa?a. Desde los yates lujos¨ªsimos hasta las m¨¢s modestas tablas de windsurf, los 250.000 espectadores que los organizadores esperan que visiten el certamen tienen un ampl¨ªsimo abanico de posibilidades, complementadas con el sector de las caravanas. Aunque, dada la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, no parece el momento id¨®neo para lanzarse a estas aventuras marineras.
Pese a que Espa?a es un pa¨ªs netamente marinero, el n¨²mero de embarcaciones (650 por cada mil habitantes) es muy inferior al de la mayor¨ªa de los pa¨ªses del Mercado Com¨²n, que a su vez se encuentran muy lejos de las cifras de Estados Unidos y Canad¨¢. Mientras en los dos pa¨ªses norteamericanos existen, seg¨²n datos estad¨ªsticos, una embarcaci¨®n por cada veinticinco habitantes, en Suecia, el pa¨ªs europeo m¨¢s marinero, son cuarenta habitantes por cada barco. En el Reino Unido, la Rep¨²blica Federal de Alemania y Holanda la cifra sueca se multiplica casi por cuatro, y son necesarios ya 150 habitantes por embarcaci¨®n.
Pol¨ªtica fiscal
Para los responsables de la organizaci¨®n del Sal¨®n Na¨²tico, esta cifra es consecuencia fundamentalmente de la mala pol¨ªtica fiscal que mantiene la Administraci¨®n en el caso de las embarcaciones. Porque mientras en la Europa comunitaria el impuesto medio para art¨ªculos na¨²ticos se sit¨²a en torno al 15%, en Espa?a esta cifra llega hasta el 50%.Asimismo, fuentes pr¨®ximas al sector consultadas por EL PA?S se quejan de la pol¨ªtica proteccionista que aplica la Administraci¨®n en materia de importaci¨®n de art¨ªculos na¨²ticos, que, a su juicio, tampoco cumplen con sus objetivos de forma global.
Sin embargo, como dato positivo, en ambos casos se?alan que el mercado est¨¢ muy lejos de la saturaci¨®n y que, pese a la crisis, las cifras de ventas van en aumento en los ¨²ltimos a?os, con incrementos superiores al 10% anuales. Sin tener a¨²n datos del a?o recien terminado, se calcula que en dicho per¨ªodo se vendieron en Espa?a casi 3.500 embarcaciones, de las que algo m¨¢s de la mitad fueron de motor y las restantes de vela. Pero en el mismo per¨ªodo se registr¨® una aut¨¦ntica eclosi¨®n de ventas de tablas de windsurf, sistema m¨¢s barato de navegar a vela.
La m¨¢s barata de dichas tablas, con la vela correspondiente, tiene un precio no inferior a 50.000 pesetas, cantidad ya considerable para hacerse a la mar con una peque?a tabla bajo los pies y una peque?a vela como todo elemento propulsor. Sin embargo, eso no ha impedido que las ventas en el pasado a?o superaran las 15.000 unidades y que, junto a ella, se desarrollara todo un mercado de accesorios, unos mas ¨²tiles y otros casi exclusivamente de moda, para equipar a los ansiosos de toma contacto en solitario con el mar sin tener que depender de las muchas servidumbres que acarre cualquier otro tipo de embar caci¨®n.
De 300 pesetas a 35 millones
En la presente edici¨®n del Sal¨®n Na¨²tico, que estar¨¢ abierto hasta el pr¨®ximo domingo, d¨ªa 24, de este mes de enero, existen productos en venta que van desde 300 pesetas hasta 35 millones.Aunque bien es verdad que por 300 pesetas el visitante no puede comprarse m¨¢s que una camiseta con alg¨²n motivo marinero o alg¨²n p¨®ster, que, colgado en alguna pared, le recuerde una vista de mar.
Las embarcaciones est¨¢n a precios muy superiores. En este sentido, lo m¨¢s barato para echarse al mar es una tabla, que, en el caso m¨¢s sencillo, para un aprendiz, no cuesta menos de 50.000 pesetas. Aunque, una vez con la vela y la tabla dominados, los m¨¢s caprichosos puedan llegar a pagar hasta 200.000 pesetas por la misma tabla y la misma vela, pero que, por ser de mejor material, por deslizarse mejor en el agua, puede multiplicar su precio por cuatro.
Entre los barcos m¨¢s grandes y m¨¢s caros est¨¢ el Aresa 16, con sus casi 35 millones de precio de venta al p¨²blico. En estos barcos sorprende que, en los de fabricaci¨®n espa?ola -Aresa, Gallart, Astondea, etc¨¦tera-, los dise?os y los acabados nada tiene que envidiar a los de importaci¨®n, entre los que los italianos parecen llevarse la palma. Aunque debido a la recesion por parte de los fabricantes e importadores, los barcos de gran lujo, que sirven al menos para alegrar el ojo de cualquier visitante, no est¨¢n presentes en esta vig¨¦sima edici¨®n del Sal¨®n Na¨²tico tanto como en otras anteriores.
L¨¢stima, porque con ello parece que se pierde un poco esa costumbre que ten¨ªan algunos compradores de barcos grandes, lujosos y car¨ªsimos, que, una vez comprados en el sal¨®n, en uno de los primeros d¨ªas de exposici¨®n, recib¨ªan a sus amistades en el nuevo barco.
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