Reconstrucci¨®n

Teresa de Avila.El oratorio llamado Teresa de Avila es sobre todo un relato tomado de los propios textos del extraordinario personaje de la extraordinaria Espa?a del siglo XVI. La riqueza del castellano de Teresa, el acierto de las descripciones de lo humano -hombres, paisajes, situaciones- que la rodeaba, la capacidad de aplicar un lenguaje popular y cotidiano para reflejar lo mir¨ªfico, se han conservado en la selecci¨®n de textos que ha hecho Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez M¨¦ndez, con un gran sentido de la responsabilidad y de la medida de la restauraci¨®n, a pesar de que el tiempo del mon¨®logo es necesariamente breve para contener el esfuerzo de la actriz y el de los espectadores.Autor y actriz han elegido el camino de la representaci¨®n, en lugar del de la interpretaci¨®n: es decir, conservar una especie de distanciaci¨®n o de neutralidad, dentro, naturalmente, de la subjetividad inevitable al seleccionar p¨¢rrafos y al acentuar, subrayar o enfatizar frases o palabras. Ning¨²n p¨²blico podr¨¢ quedar herido por una versi¨®n determinada, por un ensayismo teatral. Probablemente, el tema de Santa Teresa queda intacto para el teatro actual, que trata de ahondar con m¨¢s decisi¨®n y con mayores audacias lo que fueron esta mujer y su tiempo.

La palabra oratorio para definir este mon¨®logo no parece convenirle enteramente. La parte musical grabada, con m¨²sica de Ernesto Halffter y de otras inspiraciones, las voces que hay sobre ella, no llegan nunca a entablar el di¨¢logo con la solista. Una y otros se encuentran en este caso con la dificultad de la Capilla del Obispo en que se hace la representaci¨®n. Ya se vi¨® en La vida es sue?o que no es un buen local para teatro; la belleza de su retablo y sobre todo de los m¨¢rmoles funerarios no compensa por los quiebros y resonancias que hace con voz y m¨²sica: la mayor parte del texto grabado es incomprensible, y tambi¨¦n parte del mon¨®logo de Mar¨ªa Paz Ballesteros, pese a la potencia de su voz y a su sabidur¨ªa para colocarla.

No es tampoco un lugar c¨®modo para el p¨²blico. Podr¨ªa ser bueno que se diera otra oportunidad a todos -artistas y espectadores- en otro lugar m¨¢s adecuado. El esfuerzo de Mar¨ªa Paz Ballesteros lo merece, y la pulcritud del texto de la santa y de la forma en que lo ha tratado Rodr¨ªguez M¨¦ndez tambi¨¦n.

A¨²n con estas dificultades, el p¨²blico de la noche del estreno aplaudi¨® con vigor y comprendi¨® bien el esfuerzo de la actriz, que recogi¨® sola las ovaciones, aunque haya que a?adir a su m¨¦rito el de Rodr¨ªguez M¨¦ndez y el del director de escena, Pedro Carvajal.