Deberes escolares en casa

Le escribo esta carta para dejar constancia de algo que nos ocurre a todos los escolares y en se?al de protesta por lo que supone estar todo el d¨ªa y toda la semana con los cl¨¢sicos deberes metidos en la cabeza. Uno se levanta a las ocho de la ma?ana y se va al instituto, en mi caso, donde se pasa de seis a siete horas. Naturalmente, uno llega a su casa agotado y harto de tantas y demasiadas horas all¨ª; pero aqu¨ª no termina la cosa, sino que inmediatamente uno ha de ponerse a hacer las tareas para el d¨ªa siguiente. Se podr¨ªa plantear la pregunta de ?para qu¨¦ nos pasamos todo el d¨ªa en la escuela? Muy sencillo, para culturizarnos y para adquirir sabidur¨ªa. Y la de ?para qu¨¦ tenemos que emplear un tiempo que deber¨ªa ser libre en hacer los deberes para el d¨ªa siguienW Pues, para lo mismo. Pero da la casualidad de que toda persona, y m¨¢s un escolar, tiene derecho a divertirse y a adquirir cultura de much¨ªsimas otras formas, quiz¨¢ bastante m¨¢s provechosas, para lo que se necesita mucho m¨¢s tiempo del disponible. Pero existe una esperanza: la del fin de semana, esos dos d¨ªas tan preciados en los que uno tiene la oportunidad de olvidarse un poco de todo el ¨¢mbito escolar. Pero resulta que esto no es as¨ª, sino que ya se ocupan de mandarnos los suficientes deberes para que no nos podamos desatar de ellos en estos d¨ªas. Hay que acostumbrarse al hecho de que no estamos hechos ¨²nicamente para dedicar todo nuestro tiempo a la escuela. Hay much¨ªsimos pa¨ªses donde existe un nivel cultural general mucho m¨¢s alto que en Espa?a y, sin embargo, son muchas menos las horas de clase. Tambi¨¦n est¨¢ el problema de tener un profesor para cada asignatura, con lo cual cada uno manda sus deberes sin contar mucho con que hay tambi¨¦n otros que los han mandado. Deber¨ªamos tener derecho a m¨¢s tiempo libre para cosas tambi¨¦n de mucha importancia./ catorce a?os, 1?