Los dos socialismos
Se puede ser socialista de Fourier, o sea, socialista del derroche, el placer en la igualdad y el falansterio, y se puede ser socialista de Jaruzelski, o sea estrecho, borde y paliza. Incluso se puede ser socialista de M¨²gica, pero eso ya es otro rollo.El socialismo espa?ol de Felipe Gonz¨¢lez, si triunfa como si fracasa (aunque, si fracasa. me parece que habr¨ªa que buscarse otro moreno de verdeluna), tiene que optar va mismo, ahora, entre los dos socialismos posibles: ese socialismo economicista, sovietista, de la estrechez y la renunciaci¨®n, que no es sino el rev¨¦s del capitalismo tambi¨¦n economicista y puritano, o bien el socialismo foLirierista dentro de un orden, algo as¨ª como los falansterios gastron¨®micos de Fourier (comida variada y gratis para todos). corregido por el tipografismo austero de don Pablo Iglesias. Felipe parece que todav¨ªa no lo tiene claro y acaba de decir que, si triunfa, no har¨¢ nacionalizaciones (quiz¨¢ a la vista de que a Mitterrand, con ser Mitterrand, no le dejan hacerlas). Eso que ha dicho Felipe no lo debe decir un socialista ni siquiera cuando es verdad (sobre todo cuando es verdad), porque el anarcosocialismo juvenil se desencanta y, pasa del rollo y, sobre todo, por aquello que dec¨ªa Flaubert:
-No le demos al mundo armas contra nosotros. porque las utilizar¨¢.
Ferrer-Salat y la uced¨¦ ya llas han utilizado. Le est¨¢n llamando a Felipe ?estatalista? y hasta franquista.
Felipe no puede ofrecer a sus grandes movidas lo mismo que la uced¨¦, pero del otro lado. Hay un sobrante de imaginaci¨®n, de libertad, de alegr¨ªa, de juvenilidad, de invenci¨®n, de despilfarro, de fourierismo, que s¨®lo la econom¨ªa del derroche puede desplegar contra la econom¨ªa economicista del ahorro, a la manera patriarcalista, feudalista y paleocap¨ªtalista que se ha practicado sierripre en Espa?a.
-Es que mi marido est¨¢ en su despacho de gerente, en la f¨¢brica, a las ocho de la manana -me dec¨ªa anoche una clama en casa de los Segrelles.
-Pues peor para ¨¦l, se?ora.
Lo cual que la casa de los Sergrelles, puesta y, tenida por Paloma con un ,,usto suntuario y un poco como nocturno, se me antoja a m¨ª ahora met¨¢fora de lo que vengo diciendo (anoche com¨ª en esta casa). Los Barjola, los Preisler, los Gri?¨®n, Pitita, Juli¨¢n Lago, las Rubio Sacrist¨¢n, Mari Carmen sin mu?ecos, Vallejo-N¨¢jera, Paloma San Basilio, JIulio Ayesa, Inmaculada y Rafans¨®n, toda una magia de espejos y candelabros alzada sobre la provislorialidad, ya que la casa est¨¢ a monte abierto, laderas de la Dehesa de la Villa, y un d¨ªa les desahuciar¨¢n para meter la autopista. Todos, en fin, sin saberlo, sobre el temblor y la inseguridad, como yo sobre mi fiebre, como este pa¨ªs sobre su miedo, como el socialismo sobre sus dudas. Pero hay que decidirse a vivir peligrosamente, Felipe, olvid¨¢ndose de la autopista y las apisonadoras de Ferrer Salat y levantar la fantas¨ªa de un socialismo creativo, vender libertad al personal -todav¨ªa, ay ?la imaginaci¨®n del poder?-. para no estar vendiendo lo misino que los otros: previsi¨®n, cauci¨®n, represi¨®n. prevenci¨®n, colusi¨®n e involuci¨®n.
Felipe, de entrada, no puede renunciar a ciertas nacionalizaciones, porque esto se vuelve contra ¨¦l flaubertianamente. El socialismo no burocr¨¢tico tiene que alzar. como la casa de Paloma Segrelles, sus cornucopias populares y sus chimeneas, sus Barjolas y sus candelabros, toda su imaginaci¨®n, contra la inminencia de una autopista multinacional, una invasi¨®n o un desahucio. El riesgo, Felipe, te prometo que vende.
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