El deterioro econ¨®mico de Sud¨¢n pone en peligro su estabilidad pol¨ªtica
El grave deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica en Sud¨¢n y las dr¨¢sticas medidas decididas por el presidente Gaafar el Numeiri han provocado una oleada de descontento que pone en peligro la estabilidad pol¨ªtica de un pa¨ªs situado en una estrat¨¦gica y convulsionada zona mientras aumenta la tensi¨®n entre el Gobierno central de Jartum y la regi¨®n aut¨®noma del sur.Este panorama inquieta a los pa¨ªses occidentales, conscientes de la importancia estrat¨¦gica de un Estado africano como Sud¨¢n que tiene como vecinos dos reg¨ªmenes estrechamente vinculados a la URSS: Libia y Etiop¨ªa. Estos temores por la estabilidad sudanesa se hicieron patentes tras el asesinato del presidente egipcio Anuar el Sadat, en octubre del pasado a?o.
En esta ocasi¨®n, Numeiri denunci¨® un proyecto libio de invasi¨®n, y aunque Estados Unidos no crey¨® demasiado en ello, incluy¨® a Sud¨¢n en las importantes maniobras celebradas en la zona en noviembre pasado y concedi¨® al r¨¦gimen de Jartum una ayuda militar para este a?o que se eleva a cien millones de d¨®lares (cerca de 10.000 millones de pesetas).
Los grandes proyectos de desarrollo elaborados hace diez a?os han sido abandonados en su mayor parte o revisados profundamente.
Para colmo, el pa¨ªs sufre los errores de un plan de desarrollo que fue mal planteado en sus or¨ªgenes y que, a partir de 1973, se ha visto socavado por el aumento de los precios petroleros. Los transportes, fundamentales en un pa¨ªs de las enormes dimensiones de Sud¨¢n, se encuentran en un lamentable estado. Los cuadros formados en el pa¨ªs han emigrado a los Estados cercanos, especialmente a los productores de petr¨®leo, en b¨²squeda de mejores salarios. Lo mismo han hecho 800.000 trabajadores.
Como contrapartida de esta sangr¨ªa, Sud¨¢n recibe oleadas sucesivas de refugiados que huyen de los conflictos de pa¨ªses vecinos (Chad, Uganda, Etiop¨ªa).
Para tratar de remediar la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, Numeiri recurri¨® a dr¨¢sticas soluciones a finales del pasado a?o: cambio de Gobierno en noviembre, aumento progresivo de los precios petroleros y de los alimentos de primera necesidad y devaluaci¨®n de la libra sudanesa.
Estas subidas provocaron manifestaciones en la ciudades m¨¢s importantes. En Jartum, la represi¨®n de estas protestas cost¨® la vida a tres personas.
Los disturbios provocados por estas medidas de relanzamiento econ¨®mico han colocado a los dirigentes del pa¨ªs en una situaci¨®n delicada. Al inaugurar a mediados de enero una reuni¨®n en la que participaron jefes militares, el Gobierno y el Bur¨® Pol¨ªtico de la Uni¨®n Socialista sudanesa, Numein volvi¨® a plantear su dimisi¨®n, que fue nuevamente rechaza da. Por primera vez en Sud¨¢n, unos disturbios eran provocados por una crisis econ¨®mica, y no por rivalidades pol¨ªticas.
Estas dificultades para el r¨¦gimen sudan¨¦s se producen cuando las relaciones entre Jartum y la regi¨®n aut¨®noma del Sur atraviesan una nueva fase de tensi¨®n. En un pa¨ªs de mayor¨ªa musulmana, el sur est¨¢ habitado predominantemente por etnias negras de religi¨®n animista y cristiana.
Esta regi¨®n conoci¨® una rebeli¨®n armada contra Jartum, que concluy¨® con los acuerdos de Addis Abeba de 1972, por los que el Gobierno central concedi¨® una amplia autonom¨ªa al Sur. Pero la divisi¨®n de la zona en tres provincias y la disoluci¨®n del Gobierno regional, decidida en noviembre por Numeiri, han dado pie a la corriente autonomista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.