Amancio Prada, en el Espa?ol: idioma y canci¨®n
Amancio Prada mantiene una buena y dif¨ªcil lucha: restituir el valor de la canci¨®n po¨¦tica en idioma castellano. Se sabe que en la canci¨®n la m¨²sica, la cadencia, el ritmo, dependen originariamente del idioma en cuyo ¨¢mbito se inventan. Est¨¢ sucediendo aqu¨ª, y desde hace tiempo, que a m¨²sicas importadas, universalizadas muchas de ellas, se les pone letra castellana, con una torsi¨®n insoportable para el Idioma: desplazamiento de acentos, fragmentaci¨®n de la oraci¨®n sint¨¢ctica, supresi¨®n de finales e incluso, por parte de los cantantes, una cierta imitaci¨®n de la prosodia y la tonalidad del idioma original para producir una imitaci¨®n mejor y para ajustarse a la composici¨®n.Se puede a?adir otro vicio creciente: el de las "letras" no pol¨ªticas, ni siquiera correctas, que inventan algunos m¨²sicos j¨®venes para evitar el pago de derechos de autor a un "letrista" con mejores dotes.
El efecto de todo esto es demoledor para el idioma en este medio, que es el que recibe y repite una parte muy considerable de la juventud. La introducci¨®n de nuestro vocabulario en moldes r¨ªtmicos hechos para idiomas de palabras generalmente monos¨ªlabas, que quedan rotas y descoyuntadas, la falta de atenci¨®n al discurso po¨¦tico mediante letras que son poco m¨¢s que "monstruos", est¨¢n creando una situaci¨®n dif¨ªcil.
En este tipo de canciones, la voz se ha convertido en poco m¨¢s que un sonido; pero como, al mismo tiempo, es portadora inevitable de palabras y esas palabras a su vez de un pensamiento, por rudimentario que sea, la deformaci¨®n final en el oyente termina perjudicando al lenguaje -ya tan vulnerado- y la coherencia del pensamiento.
Amancio Prada va por el camino inverso. Arranca de la poes¨ªa, cl¨¢sica o contempor¨¢nea: vocaliza, pronuncia, interpreta en el sentido m¨¢s profundo de esta palabra. No se pierde una s¨ªlaba; sostiene el discurso l¨ªrico, lo expresa. La m¨²sica que compone para esta poes¨ªa tiene la virtud de recoger las esencias tradicionales y no rehuir la contemporaneidad en la composici¨®n. Muchas veces sacrifica incluso el brillo musical para mayor gloria del verso; sobre todo, en el C¨¢ntico espiritual, de san Juan de la Cruz, en el que su m¨²sica -su guitarra y su voz, el viol¨ªn de Rafael Villanueva, el violoncello de Tom¨¢s Garrido- se convierte en una base, un cont¨ªnuo, un subrayado y a veces un comentario entre dos estrofas. M¨¢s libre est¨¢ su inspiraci¨®n en el grupo de canciones que forman la primera parte de su recitan en el teatro Espa?ol (la segunda est¨¢ dedicada ¨ªntegramente a san Juan de la Cruz), acompa?ado por el viol¨ªn de Ferm¨ªn Aldaz y el acorde¨®n de Cuco P¨¦rez: de Juan del Enzina a Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo, este cancionero supone una continuidad en la tradici¨®n de una amplia zona geogr¨¢fica, de Castilla y Le¨®n a Galicia.
Amancio Prada y sus m¨²sicos impresionaron mucho al auditorio, que escolt¨® su recital con "bravos" y ovaciones.
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