La firma japonesa Nissan Motors tomar¨¢ la pr¨®xima semana el control mayoritario de Motor Ib¨¦rica, SA
El sector espa?ol de automoci¨®n pesada, que hace dos a?os inici¨® un interesante proceso de reajuste interno, en respuesta a la crisis de demanda y sobrecapacidad que atravesaba, se encuentra a punto de culminarlo con un desenlace casi opuesto para dos de sus firmas m¨¢s importantes. Mientras la Empresa Nacional de Autocamiones SA (EN ASA) sufre la amenaza de una s¨²bita retirada de su nuevo socio -la multinacional norteamericana Internacional Harvester (IH)-, la privada Motor Ib¨¦rica pasar¨¢ este mismo mes a ser controlada mayoritariamente por la empresa japonesa Nissan Motors.
Seg¨²n fuentes solventes, el Consejo de Ministros del pr¨®ximo viernes autorizar¨¢ la compra por Nissan Motors, segunda firma automov¨ªlistica de Jap¨®n y tercera del mundo, de m¨¢s del 51% del capital social, adqusici¨®n que se materializar¨¢ por medio de una ampliaci¨®n del mismo. La aprobaci¨®n gubernamental es preceptiva, al ser una empresa extranjera la que pasa a controlar mayoritariamente la firma espa?ola. Nissan, que posee un 36% del capital de Motor Ib¨¦rica desde hace unos dos a?os, controlar¨¢ previsiblemente algo m¨¢s del 60%, aunque el porcentaje exacto depender¨¢, en ¨²ltimo extremo, del comportamiento del resto de los socios ante la ampliaci¨®n de capital.Esta ampliaci¨®n, anunciada ayer a la Prensa, es por importe de 2.196 millones de pesetas y se hace en una proporci¨®n de cuatro nuevas acciones por cada nueve en circulaci¨®n, con un desembolso efectivo del 60% de su valor. Aunque es dificil saber si los distintos socios de Motor Ib¨¦rica -Banco Urquijo, Banesto, Fundaci¨®n Roviralta, accionistas privados- acudir¨¢n a la ampliaci¨®n, la solicitud presentada por Nissan ante el Gobierno requiriendo autorizaci¨®n para una inversi¨®n superior al 50% hace suponer su deseo de quedarse completamente con la emisi¨®n.
Fuentes familiarizadas con la empresa se?alan que, una vez tomada la mayor¨ªa, la firma japonesa piensa relanzar su proyecto original de inversiones en Motor Ib¨¦rica con fabricaci¨®n de dos nuevos modelos de veh¨ªculos medios -el todo terreno Patrol y la furgoneta Vannette- y, muy posiblemente, la fabricaci¨®n y montaje futuro de un furg¨®n de dos toneladas. Asimismo, Nissan desea poder importar algunos veh¨ªculos con los que completar su gama de productos en Espa?a, entre ellos, algunos veh¨ªculos fabricados pr¨®ximamente en colaboraci¨®n con Alfa Romeo en Italia y una camioneta pick up montada por la subsidiaria mexicana de Nissan.
La inversi¨®n total que Nissan piensa realizar en el horizonte de los pr¨®ximos a?os, aparte de la compra de nuevas acciones, se eleva a m¨¢s de 10.000 millones de pesetas. La firma japonesa ha expresado varias veces su deseo de "tentar" el mercado espa?ol del autom¨®vil con veh¨ªculos de su propia l¨ªnea, en un claro intento de estimaci¨®n de una posible inversi¨®n en una planta de veh¨ªculos con tecnolog¨ªa japonesa en Espa?a. Estos planes, sin embargo, han chocado con ciertas reticencias en Madrid.
La situaci¨®n de ENASA
El caso de International Haverster (IH) y ENASA es muy diferente. Decidida su colaboraci¨®n hace unos dos a?os, con la firma a bombo y platillo de un acuerdo de compra del 35% de las acciones de la empresa espa?ola por parte de la multinacional estadounidense, la entrada en una fuerte crisis financiera de International Harvester ha resquebrajado casi definitivamente todos los planes futuros de ENASA y, muy particularmente, de la nueva sociedad mixta de fabricaci¨®n de motores, EIMSA.
Aunque, en opini¨®n de algunos expertos, la crisis financiera de IH era previsible desde hace varios a?os, lo cierto es que la empresa, con base en Chicago, se ha visto forzada a recortar todos sus planes de expansi¨®n por instrucciones directas del consorcio de 225 bancos acreedores, a los que IH adeuda unos 4.500 millones de d¨®lares. Entre los planes afectados se encuentran sus inversiones espa?olas.
Seg¨²n fuentes Internacionales, IH se encuentra en una situaci¨®n muy inc¨®moda en sus relaciones con su socio espa?ol, el Instituto Nacional de Industria (INI). Por un lado, IH desear¨ªa zanjar su "aventura espa?ola" con un pacto muy simple: una retirada con p¨¦rdida de los 700 millones de pesetas que, aproximadamente, ha invertido hasta la fecha. A cambio, ofrecer¨ªa a ENASA todo tipo de colaboraci¨®n t¨¦cnica, directiva y tecn¨®logica que necesitara.
Un portavoz autorizado de ENASA desminti¨®, sin embargo, a EL PAIS esta interpretaci¨®n. Seg¨²n su versi¨®n, IH no se marcha de Espa?a, como ha publicado alg¨²n peri¨®dico brit¨¢nico, sino que suspende sus inversiones en Espa?a. En estos momentos, Harvester carece de dinero efectivo y su objetivo es sanear su propia situaci¨®n interna. Pero dispone de otros recursos, tales como tecnolog¨ªa y t¨¦cnica empresarial, que son los que est¨¢ dispuesto a aportar en ENASA.
La veracidad de esta versi¨®n se ve apoyada, seg¨²n fuentes de la propia empresa, por la carta de intenciones que el presidente de IH remiti¨® a Carlos Bustelo, presidente del INI, el pasado 27 de enero. En ella, IH mostraba su deseo de continuar las conversaciones orientadas a encontrar un campo com¨²n de colaboraci¨®n, aunque s¨ª le expresaba que el objetivo ¨²nico de Harvester, en esta fase, era "actuar s¨®lo en aquellas ¨¢reas que produzcan dinero inmediato".
En cualquier caso, el futuro de ENASA a medio plazo est¨¢ garantizado, seg¨²n la empresa. A los planes de racionalizaci¨®n efectuados en la sociedad hay que unir el incremento de ciertos pedidos y la posible apertura de sus productos a otros mercados, algunos (como el caso del brit¨¢nico y el australiano) facilitados por la propia IH. Asimismo , ENASA ha obtenido un acuerdo importante para el suministro de material pesado a Egipto, que actualmente cubre la mitad de la producci¨®n de la sociedad para los pr¨®ximos tres a?os.
Otra ¨¢rea importante es el material militar, que ha permitido salvar la ocupaci¨®n de la planta de Valladolid.
Aparte de la introducci¨®n de mejoras de management y de las aportaciones tecn¨®logicas de IH (nueva caja de cambios -en colaboraci¨®n con una firma alemana-, motor de doce litros, etc.), en medios de la empresa se se?ala que no ser¨¢ necesaria una regulaci¨®n de empleo en la empresa.
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