Luis Romero, ganador del Espejo de Espa?a, habla de su trabajo sobre el asesinato de Jos¨¦ Calvo Sotelo
El premio Espejo de Espa?a, concedido al Por qu¨¦ y c¨®mo muri¨® Calvo Sotelo, de Romero, ha llegado, como casi siempre en los de Planeta, rodeado de esc¨¢ndalo. Por una parte, el historiador lan Gibson, autor de un texto a punto de aparecer titulado La noche en que mataron a Calvo Sotelo, asegura que Lara encarg¨® este libro tras fracasar las negociaciones para la publicaci¨®n del suyo. Ambos hablan en esta p¨¢gina de sus obras respectivas y, en cierto modo, rivales. Este hecho y otros de distinto car¨¢cter contribuyeron a dar una especial emoci¨®n al acto del fallo de este premio. El ganador Luis Romero ha obtenido dos millones de pesetas y la publicaci¨®n de la. obra. Mary M¨¦rida, finalista con Entrevista a la Iglesia, gan¨® medio mill¨®n de pesetas.
"Siempre hay un ¨²ltimo misterio que se escapa en el pasado", dice Luis Romero, el ganador del premio Espejo de Espa?a con un libro sobre el asesinato de Jos¨¦ Calvo Sotelo en 1936. "Pero ser novelista", sigue diciendo, "sirve para meterse en los dem¨¢s. Como novelista veo c¨®mo ocurrieron las cosas, que adem¨¢s yo viv¨ª. As¨ª que, desde dentro, trato de reconstruir esos momentos, sin condenas, tratando de comprender los motivos de todos".La generaci¨®n de Luis Rornero es una generaci¨®n t¨ªmida y generalmente poco agresiva. Seguramente tiene que ver con la experienc¨ªa traum¨¢tica de la guerra y tambi¨¦n con la escasa competitividad profesional que permit¨ªa el franquismo. Con cierto silencio obligado. "Yo no he sido nunca cle derechas", dice. "Desde los d¨ªecisiete a?os vivo de mi trabajo, y as¨ª no se puede ser de derechas... Yo siempre he sido pobre. Este premio no me saca de la pobreza: simplemente me permite vivir dos a?os. Y tampoco tengo una mentalidad conservadora. Pero yo hice la guerra, y ahora que se ve lo espantoso que fue, tengo que decir que no me arrepiento de nada... Yo fu¨ª m¨¢s yunque que martillo recib¨ª golpes y los encaj¨¦. Estuve en la c¨¢rcel, en el campo de concentraci¨®n y vi muy cerca la muerte..."
" Sin embargo, y pese a no ser de derechas, he tratado de comprender las razones de las derechas, que ahora son dificiles de entender, pero que dieron raz¨®n de lucha a media Espa?a. Estaban tan convencidos de que su posici¨®n, sus propiedades y su poder ten¨ªan origen divino, que lo que se les quebraba era algo m¨¢s que la materialidad de las cosas, que tambi¨¦n. Era todo un sistema de vida. Creo que eran de una sinceridad dram¨¢tica". "Por eso", contin¨²a, "soy optimista respecto a la democracia actual. La derecha tiene mala conciencia, y yo creo que est¨¢ dispuesta a ceder algunas cosas. Lo que m¨¢s me preocupa es la apetencia social de dinero y de poder, que va m¨¢s all¨¢ que las clases dominantes, y lo que me hace sentirme m¨¢s tranquilo es haber contribu¨ªdo un poco, con mis novelas de tema social, a despertar esa mala conciencia en la derecha que, al fin y al cabo, es la que me ha le¨ªdo".
El buen sentido del pueblo
Luis Romero entr¨® en el mundo de la historiografia de la guerra civil, seg¨²n ¨¦l mismo, "un poco por casualidad. La editorial Ariel me propuso escribir el 19 de julio de 1936 en Barcelona, que fue una jornada un poco agitada. Esto ocurr¨ªa el a?o 1964, y entonces era un poco dificil contar la verdad. Yo empec¨¦ a estudiarlo y a hablar con gente, y me apasion¨¦. Les llam¨¦ y les propuse hacer, en cambio, los d¨ªas 17, 18 y 19 de julio en toda Espa?a. Tres d¨ªas de julio es el resultado, y entonces novel¨¦ lo que era historia. Ahora no. La noche del 12 al 13 de julio, cuando mataron a Calvo Sotelo, est¨¢ contada con toda la sobriedad de los hechos".Seg¨²n Luis Romero, Ian Gibson y ¨¦l han llegado a la misma conclusi¨®n, la de que la muerte de Calvo Sotelo no result¨® de una decisi¨®n de Estado, "aunque", dice, "hab¨ªa habido amenazas que por otro lado eran moneda corriente: en el Parlamento de entonces". "Esa es otra diferencia", a?ade, "que mejora nuestro tiempo respecto a la Rep¨²blica: la misma vida parlamentaria es infinitamente m¨¢s suave, y eso para no hablar de algo que, tal vez influido por el presente, me horroriza, el terrorismo. Por eso me horrorizan todos los actos de este libro, empezando por la muerte de Calvo Sotelo, por la del teniente Castillo y por todas las que se desenvolvieron en cadena".
"Hacer el paralelo", dice, "es reconocer que en esto hemos mejorado: ahora el terrorismo tiene apoyo minoritario. Entonces se aceptaban los hechos sin condenarlos por mayor¨ªas de millones".
Babelia
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