Pol¨¦mica visita a Polonia del l¨ªder parlamentario de la socialdemocracia alemana
El jefe de la fracci¨®n parlamentaria socialdem¨®crata, Herbert Wehner, inform¨® ayer durante una hora al canciller federal, Helmut Schmidt, de sus conversaciones en Polonia. El canciller socialdem¨®crata considera interesantes las informaciones de primera mano de Wehner, que sirven para completar la visi¨®n del Gobierno federal alem¨¢n sobre la situaci¨®n polaca.La figura de Wehner, el patriarca de la socialdemocracia alemana, que a los 75 a?os todav¨ªa hace temblar a los diputados de su partido, despierta inevitablemente recelos en un pa¨ªs donde todav¨ªa no se le ha perdonado su pasado comunista hasta el final de la guerra mundial, con a?os de estancia en Mosc¨².
Wehner se fue a Polonia sin encomendarse a nadie. Schmidt reconoci¨® que no sab¨ªa nada de sus planes de viaje y Wehner se limit¨® a decir que se hab¨ªa pagado el billete de su propio bolsillo para una visita privada a Polonia.
El anciano pol¨ªtico lleg¨® a Varsovia en el expreso Berl¨ªn-Leningrado, ech¨® pestes de la porquer¨ªa acumulada en el coche-cama y grit¨® repetidas veces a los periodistas alemanes que le preguntaron por su viaje, con su boca torcida y gesto malhumorado.
Wehner se entrevist¨® en Polonia con todos los dirigentes pol¨ªticos de importancia, incluidas tres horas con el general Jaruzelski, y tuvo la precauci¨®n de llevar al embajador de la RFA a la entrevista par evitar la acusaci¨®n de realizar diplomacia secreta. Esto no ha bastado, y en Bonn la oposici¨®n democristiana y la Prensa derechista de la RFA acusan a Wehner de hacer el j uego al r¨¦gimen polaco y poco menos que insin¨²an de nuevo al pol¨ªtico socialdem¨®crata de agente moscovita. La escapada de Wehner provoca sin duda irritaci¨®n, sobre todo en el desconfiado ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans Dietrich Genscher, que se apresur¨® a declarar que hay que tomar las cosas de forma m¨¢s relajada.
Genscher dijo ayer que en otros pa¨ªses democr¨¢ticos los viajes de parlamentarios son algo normal. Su intento no convence, porque Wehner es un hombre con un peso pol¨ªtico enorme.
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