La peseta esta triste, ?qu¨¦ tendr¨¢ la peseta?
La moneda espa?ola registr¨® ayer un nuevo m¨ªnimo hist¨®rico. El Banco de Espa?a marc¨® el cambio a 103,3 pesetas por d¨®lar, en un ambiente de ofensiva generaliza de la divisa norteamericana frente a las dem¨¢s.Hay m¨²ltiples y complejas razones t¨¦cnicas que los expertos cambistas manejan habitualmente, tales como el err¨¢tico comportamiento del prime rate (tipo de inter¨¦s preferente norteamericano), la aparente tendencia a la baja de los tipos de inter¨¦s europeos, las recientes devaluaciones del franco belga y luxemburgu¨¦s y de la corona danesa, o el nerviosismo de los mercados haciendo frente a las necesidades de balance de fin de mes -se?aladas en este caso por la agencia Comtelsa. Pero hay otras razones de fondo que ligan el tipo de cambio de cualquier pa¨ªs a la voluntad pol¨ªtica del Gobierno y al grado de salud de la econom¨ªa.
En el caso espa?ol, la tristeza de nuestra moneda de debate en torno a si seguimos o no perdiendo cuota de mercado en el exterior, lo que resulta ser un dato esencial para apoyar cualquier pol¨ªtica econ¨®mica, ya que la recuperaci¨®n de esa cuota es el ¨²nico camino para crear empleo estable y la lucha contra el paro sigue siendo el objetivo prioritario del Gobierno.
Fuentes monetarias oficiales comentan con satisfacci¨®n que los productos espa?oles est¨¢n recuperando en 1981 y 1982 los mercados perdidos en 1980, de modo que no consideran ninguna p¨¦rdida de mercado en la posici¨®n espa?ola con respecto a los dem¨¢s pa¨ªses industrializados. Todo lo contrario. Las exportaciones reales espa?olas crecieron en torno al 6% durante el a?o pasado mientras que la media de los pa¨ªses del ¨¢rea OCDE (Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico) lo hizo en un 3%. Las exportaciones espa?olas crecieron, pues, el doble que la media de los competidores, seg¨²n estimaciones que se sit¨²an entre las m¨¢s conservadoras del Banco de Espa?a o del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y las m¨¢s optimistas del Ministerio de Econom¨ªa o del Banco de Bilbao.
En 1980 las exportaciones de la OCDE crecieron en torno al 4% mientras que las espa?olas lo hicieron en el 3,2%, lo que supuso la mayor p¨¦rdida de cuota de mercado de todos los a?os de crisis. Seg¨²n fuentes oficiales, no hay raz¨®n para sostener artificialmente el tipo de cambio de la peseta ya que hemos recuperado la cuota de mercado del 1979 y aseguran que la moneda espa?ola flota libremente; tanto, al menos, como las dem¨¢s monedas europeas. Prueba de ello -dicen- es que se han perdido s¨®lo 700 millones de d¨®lares en reservas en 1981 con un d¨¦ficit de la balanza por cuenta corriente de 5.200 millones de d¨®lares.
Si hubiera existido sostenimiento sucio de la peseta, ello se hubiera reflejado inmediatamente en una mayor p¨¦rdida de divisas, insisten las mismas fuentes. Otro s¨ªntoma de recuperaci¨®n de las exportaciones es el fuerte incremento de los cr¨¦ditos a la exportaci¨®n.
La pol¨ªtica de tipo de cambio espa?ola podr¨ªa tratar, en todo caso, no de evitar una mayor depreciaci¨®n de la peseta sino procurar que no se aprecie de ninguna forma dado el nivel de paro actual en Espa?a. Si el dolar -"artificialmente alto", seg¨²n medios del Banco de Espa?a- comenzara a depreciarse con respecto a las monedas comunitarias, la peseta seguir¨ªa pegada a la moneda norteamericana para ganar competitividad con respecto a Europa. Nuestras exportaciones se reparten en un 50% en la CEE y otro 50% en el ¨¢rea del d¨®lar.
?Perdemos cuota de mercado?
Pero no todos opinan igual en este viejo debate. Ayer se hicieron p¨²blicas, en el informe sobre evoluci¨®n monetaria de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca Privada (AEB) unas cifras, elaboradas a partir de estimaciones del Fondo Monetario Internacional, seg¨²n las cuales nuestro pa¨ªs ha perdido persistentemente cuota de mercado exterior durante los dos ¨²ltimos a?os. La evoluci¨®n de la cuota de mercado de las exportaciones espa?olas, con respecto a los pa¨ªses industrializados, seg¨²n la AEB, es como sigue: 1,38 en 1976; 1,42, en 1977; 1,52 en 1978; 1,72 en 1979; 1,67 en 1980 y una media aproximada de 1,60 en 1981.
Si estas cifras de la Asociaci¨®n de la Banca Privada son correctas, el debate en tono a la pol¨ªtica de tipo de cambio aplicada a la peseta adquiere otros caracteres m¨¢s dram¨¢ticos, por lo que afecta al n¨²mero de parados.
Si a pesar de la lenta y persistente depreciaci¨®n de la peseta con respecto al d¨®lar y de la actual moderaci¨®n salarial, nuestra cuota de mercado ha decrecido habr¨ªa que prestar mas atenci¨®n a la pol¨¦mica, nunca bien resuelta por te¨®ricos y pol¨ªticos, entre los predicadores de un ajuste de nuestra econom¨ªa por v¨ªa de tipo de cambio, con efectos inflacionarios inmediatos, y los que mantienen que debe proseguirse por la v¨ªa de recortes salariales y desempleo, aguantando el tipo para no importar inflaci¨®n.
Una vez m¨¢s estamos ante el diab¨®lico y cl¨¢sico dilema de m¨¢s paro o m¨¢s inflaci¨®n.
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