El poder civil
( ... ) Uno de los cronistas pol¨ªticos de este peri¨®dico ha hablado de "desprecio al poder civil", refiri¨¦ndose a la cadena de declaraciones de los encausados por los acontecimientos del 23 de febrero pasado, que continuamente se preguntan y se responden a s¨ª mismos por el responsable o el alto mando o el dirigente de la conspiraci¨®n, alegando que simplemente se pusieron a sus ¨®rdenes, pero sin que en ning¨²n caso aflorara en ellos la duda, al menos, de su conducta, pese a que era, obviamente, anticonstitucional e iba dirigida contra un Gobierno leg¨ªtimamente constituido. Pero quiz¨¢ no se pueda hablar de tal desprecio, sino de una ausencia total de conciencia moderna y democr¨¢tica y de una pervivencia de los conceptos de Estado del ancien r¨¦gime. Uno de los hombres del coronel Tejero dijo all¨ª mismo, en el Congreso, ante el Gobierno y la C¨¢mara, secuestrados y amenazados, que enseguida llegar¨ªa "la autoridad competente", y que ¨¦sta ser¨ªa "militar, por supuesto". Es decir, emple¨® con total convicci¨®n una expresi¨®n que indicaba ese viejo concepto carism¨¢tico del poder o poder legitimado por la fuerza y el ¨¦xito de una operaci¨®n material; pero no es preciso suponer siquiera que all¨ª hubiera desprecio subjetivo del poder civil, sino puro desconocimiento del mismo. Hist¨®ricamente, este poder civil se ha dado de tan escasa manera y en tan escasas proporciones entre nosotros que Eugenio Noel, visitando el cementerio civil de Sevilla y viendo con sus ojos cu¨¢n estrecho y miserable recinto era junto al cementerio eclesi¨¢stico, encontr¨® en esa peque?ez y algo as¨ª como vergonzante existencia el s¨ªmbolo mismo del poder civil en Espa?a. 25 de febrero
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