?Puede la OPEP seguir fijando los precios?
Pregunt¨¦monos por un momento si la OPEP (Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo) es un "cartel" o ha actuado como un "cartel". La respuesta, ahora, es que no, y esta negativa puede ser f¨¢cilmente sustentada.La situaci¨®n actual, de desorden, en que se encuentra el mercado petrolero mundial, con variables pol¨ªticas ex¨®genas y variables comerciales propias de la industria petrolera, jugando oportun¨ªsticamente en una situaci¨®n de saturaci¨®n, nos lleva a meditar profundamente sobre la estructura de la industria del petr¨®leo y la necesidad de buscar un deseable equilibrio entre la oferta y la demanda.
Lo cierto es que, tradicionalmente, el mercado de productos y su comercio mundial han fluctuado con demasiada frecuencia, y a veces hasta extremos alarmantemente peligrosos, para quienes, en el juego econ¨®mico-pol¨ªtico, tienen poca o ninguna flexibilidad, debido a su dependencia de uno o dos productos primarios de exportaci¨®n.
Este estado de cosas se quiere repetir, como lecci¨®n de escuela nunca aprendida, en la industria del petr¨®leo.
En 1973-1974 el mercado petrolero se encontraba en una situaci¨®n conocida corno "mercado de vendedores", en el que una supuesta y temible escasez y, sobre todo, el miedo pol¨ªtico, hicieron elevar los precios del petr¨®leo de un nivel de 3,06 d¨®lares por barril del "ar¨¢bigo ligero", de 34 grados API, a un nivel de 11,65 d¨®lares por barril. En aquel momento el vendedor impon¨ªa el precio que el consumidor ten¨ªa que pagar por el crudo que compraba.
Durante el per¨ªodo que va de 1975 a 1978 se invierten los t¨¦rminos y el mercado petrolero cambi¨® de comportamiento hacia lo que se conoce como "mercado de compradores", y la estructura de precios de la OPEP, l¨ªder y fijador del precio en el mercado, se vio amenazada y debilitada por la contracci¨®n de la demanda, que oblig¨® a algunos pa¨ªses miembros a emplear mecanismos de ajuste del precio que, aunque leg¨ªtimos, redundaron en perjuicio de la OPEP en su poder para fijar y mantener los precios de su tan preciado producto.
En 1979-1980, la revoluci¨®n isl¨¢mica en Ir¨¢n, uno de los pa¨ªses m¨¢s fuertes de la OPEP, provoc¨® otra vez un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Aun cuando la aparente escasez, que cre¨® un caos en el mercado petrolero mundial, fue corregida oportunamente por algunos productores de la OPEP, el desorden producido llev¨® nuevamente al mercado petrolero a la situaci¨®n de "mercado de vendedores".
Los precios del crudo marcador, el "ar¨¢bigo ligero", de 34 grados API, cambiaron de 12,70 d¨®lares a 18, y luego, a 30 d¨®lares por barril. Los precios de los crudos ligeros de Africa pasaron de 14,05 a 42 d¨®lares por barril.
En el mercado prevalec¨ªa, pues, un fen¨®meno de "salto de rana" ascendente.
En 1981, y ahora en 1982, estamos otra vez en el otro lado del p¨¦ndulo de este inmanejable mercado petrolero. Esta vez la situaci¨®n de "mercado de compradores" est¨¢ apoyada por un buen n¨²mero de variables pol¨ªtico-econ¨®micas que, combinadas magistralmente por los estrategas de los pa¨ªses del Norte, han hecho disminuir la demanda de la energ¨ªa y de crudo de la OPEP hasta tal punto que, de los 31 millones de barriles diarios que produc¨ªa el conjunto de pa¨ªses de la OPEP en 1979, se ha pasado a un nivel sin precedentes hist¨®ricos de menos de veinte millones de barriles por d¨ªa en la primera quincena de febrero de 1982.
Ante estas circunstancias, el precio del crudo se ha venido debilitando paulatinamente, sin visos claros de encontrar el fondo, particularmente en el mercado spot de productos y petr¨®leo.
A todo este panorama sombr¨ªo para los pa¨ªses productores y exportadores tenemos que agregar la ruptura del compromiso con la OPEP por parte de Ir¨¢n, que p¨²blicamente anunci¨® recientemente la reducci¨®n del precio de su crudo, primero, en un d¨®lar por barril, y luego, en otro d¨®lar por barril. Y esto es s¨®lo lo oficialmente declarado. En su desesperada situaci¨®n de necesidad de divisas, Ir¨¢n ha introducido un elemento gravemente peligroso en el sistema de decisiones de la OPEP.
Sin embargo, el mayor peligro que acecha a la Organizaci¨®n en esta especial situaci¨®n de "mercado de vendedores" son las acciones y decisiones que pa¨ªses productores y exportadores de petr¨®leo no miembros de la OPEP, como M¨¦xico y el Reino Unido, toman en su af¨¢n de mantener el reparto del mercado. Este fen¨®meno de "salto de rana" de precios del petr¨®leo, de tendencia a la baja, acentuado por la decisi¨®n adoptada a primeros de mes por la British National Oil Company (BNOC) de reducir sus precios en 1,75 d¨®lares por barril, que afecta notablemente el balance de los productores del mar del Norte, est¨¢ produciendo argumentos que crean dudas sobre el poder de la OPEP para fijar los precios del crudo y liderar o ejercer influencia en un mercado de situaciones r¨¢pidamente cambiantes.
De todas maneras, las consecuencias de estos fen¨®menos pendulares de mercado las pagan los pa¨ªses y las econom¨ªas que dependen de una sola fuente de generaci¨®n de divisas. Sus presupuestos se ver¨¢n cortos y los planes de desarrollo seriamente afectados, cuando no frustrados.
Sin embargo, la OPEP ha sabido salir adelante, a lo largo de susveinte a?os de existencia, cada vez que se ha tratado de solucionar problemas dif¨ªciles.
El gran interrogante es si, en las actuales circunstancias, con una demanda tan baja y su participaci¨®n en el mercado mundial reducida a un 32%, conjuntamente con una creciente producci¨®n no proveniente de la OPEP y, por tanto, libre de fijar sus precios de acuerdo con sus propios intereses, la OPEP es capaz de recuperar el control y poder para fijar precios a sus crudos.
La respuesta a este interrogante yace en el convencimiento de que cada situaci¨®n es diferente y ¨¦sta va a requerir de una habilidad extraordinaria.
Como se ve, la OPEP no se cre¨® para fijar precios de los crudos y s¨®lo hacia arriba. Si ha llegado el momento de que la OPEP opte por tomar decisiones en materia de precios y producci¨®n que mantengan firmes e ¨ªntegros los intereses individuales y colectivos de sus miembros y que tengan que ser, moment¨¢neamente, de naturaleza bajista, con el fin de recuperar su papel y su participaci¨®n en el mercado de la energ¨ªa, sus trece miembros nunca se arrepentir¨¢n de dichas decisiones.
Que no se permita que la combinaci¨®n estrat¨¦gica de variables pol¨ªticas y econ¨®micas aplicada por los pa¨ªses industrializados en esta batalla de la energ¨ªa haga perder de vista el pragmatismo del que deben estar revestidas las decisiones de la OPEP, a fin de que siga liderando, aun cuando no le haya sido oficialmente asignada, la b¨²squeda de unas relaciones econ¨®mico-pol¨ªticas internacionales equitativas e interdependientes.
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