La doctrina liberal
"Quienes sabemos econom¨ªa..."As¨ª irrumpe la proclama ideol¨®gica del profesor Schwartz en la edici¨®n del 21 de febrero de 1982, p¨¢gina 11. Su figura es bien conocida e incluso relevante en "el cotarro" de los economistas doctrinales del pa¨ªs; de ah¨ª que me ocupe brevemente de su escrito. Usted da a entender, amigo Schwartz, que pertenece a una eximia, e incluso incomprendida, minor¨ªa que realmente sabe econom¨ªa.' El argumento le sirve para descalificar "profesionalmente" a tantos v¨¢lidos economistas por no comulgar con sus principios, con sus axi¨®mas. Por cierto, ?qu¨¦ mal procedimiento cient¨ªfico y aun qu¨¦ poco ingl¨¦s, or¨ªgenes generales que yo le asignaba!
Sea dicho de paso, somos muchos los que le reconocemos un cierto oficio en el campo de la historia de ideas sociales y econ¨®micas -su buen estudio sobre Stuart Mill-, pero no la condici¨®n de economista medianamente completo y puesto al d¨ªa.
Por lo dem¨¢s, en el tema de fondo queda de nuevo patente de su mano un rasgo b¨¢sico de la pol¨ªtica econ¨®mica neoliberal: su indefinici¨®n temporal de resultados, lo que es aberrante para todo enfoque negativo. L. A. Rojo, en su buen art¨ªculo por muy matizado y rico, habla de "la mera probabilidad de procesos que son imprevisibles por naturaleza", refiri¨¦ndose a las nuevas omisiones.
Los h¨¢bitos de control democr¨¢tico, las pautas de la paciencia social al menos en Europa casan mal con estos experimentos. De ah¨ª lo improbable de que se asienten m¨¢s all¨¢ de un per¨ªodo electoral, como en el caso de Thatcher. Esperemos que no cunda la tentaci¨®n, ya en algunas latitudes, a experimentar las libertades econ¨®micas radicales -acracia de derechas para Buchanan- en sociedad cerrada./ Profesor agregado de Pol¨ªtica Econ¨®mica. Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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