Diestros veteranos y toros en puntas, buena oferta para la temporada 1982
La temporada taurina 1982 se presenta entre azarosa y esperanzadora, porque a estas alturas nadie sabe si los toros saldr¨¢n en puntas ni si los espadas veteranos van a repetir las exquisitas calidades con que animaron el a?o taurino anterior. Y, sin embargo, esta es la oferta actual de la fiesta a la avidez de espect¨¢culo aut¨¦ntico que tienen los aficionados.Algo es algo, o quiz¨¢ sea mucho. Por primera vez en varias d¨¦cadas, la temporada no se presenta oscura y dif¨ªcil, como aquel inefable texto de historia dec¨ªa del reinado de Witiza. La misma fiesta vuelve a atraer a los j¨®venes y recupera el inter¨¦s de los intelectuales. La ministra de Cultura hace el inteligente acto pol¨ªtico de asistir a una "corrida del arte", lo cual tiene amplio significado, del que tomamos nota. Las actuaciones en 1981 de diestros reaparecidos o "resucitados", con Anto?ete en cabeza; el inter¨¦s permanente que tienen los nada nuevos artistas Curro Romero y Rafael de Paula, con Ord¨®?ez, que desea volver, y la posibilidad de que los j¨®venes e inexpertos matadores cuajen en s¨®lidas figuras, alcanza y quiz¨¢ colma la ilusi¨®n de ver toreo bueno.
Pero estas aspiraciones, tan justas, no tienen comparaci¨®n con las de presenciar un espect¨¢culo taurino en l¨ªnea de pureza, que ha de empezar por la total erradicaci¨®n del afeitado, y precisamente es ahora cuando parece que se ha dado el gran paso para conseguirlo, con la inhabilitaci¨®n de ganaderos. La situaci¨®n, no obstante, es de incertidumbre, pues no se sabe si el Ministerio del Interior se mantendr¨¢ firme en su postura de eliminar con sanciones ejemplazadoras este fraude o ser¨¢ verdad el convencimiento de los taurinos de que con ellos no hay quien pueda. (Y, en cierto modo, tienen raz¨®n: durante cuarenta a?os, nadie ha podido eliminar sus manejos y corruptelas.)
La temporada tradicional empieza con las ferias de Castell¨®n y fallas de Valencia, pero de unos a?os ac¨¢ hay otras tradiciones, seg¨²n las cuales, ya ha empezado. Fue con las primarias de Valdemorillo, de mucha emoci¨®n y gustoso recuerdo, ya que en ellas sali¨® el serio-toro-coco que aborrecen las figuras. Tambi¨¦n podr¨ªa decirse que, para el ¨¢rea de Madrid, empez¨® el s¨¢bado ¨²ltimo en San Sebasti¨¢n de los Reyes, y se dir¨¢ que empieza de verdad el pr¨®ximo domingo, que es cuando abre sus puertas Las Ventas. Aunque tambi¨¦n ese ser¨¢ un relativo empezar, dado que, seg¨²n otra tradici¨®n, la temporada oficial madrile?a es a partir del domingo de Ramos.
Ferias de Sevilla y San Isidro
Demasiados principios, si bien responden al prop¨®sito de solemnizar todo un calendario fijo, que marca sus m¨¢s relevantes acontecimientos en la feria de abril de Sevilla y en la de San Isidro, para el mes de mayo. Castell¨®n y fallas tienen unos carteles discretamente rematados. Sevilla puede ofrecer unas combinaciones de extraordinario inter¨¦s si alternan todos los toreros artistas que deber¨ªan estar en ese ciclo, pero quiz¨¢ falten puestos, pues s¨®lo Curro copa cinco, y muchos m¨¢s las figuras que imponen los exclusivistas y los compromisos. Las Ventas est¨¢ obligada a dar la gran feria con lo mejor de lo mejor, y ese es el ineludible reto que tiene Manolo Chopera en su segundo a?o de empresario de la "primera plaza del mundo".Junio es mes de ferias de mediano y peque?o corte y de corridas extraordinarias en Madrid, pero este a?o se va a enriquecer con un sensible aumento de festejos con motivo del Mundial de F¨²tbol * Los del bal¨®n y los del cuerno van a intercambiar sus aficiones, que en modo alguno son excluyentes. Mandan los sanfermines y la feria valenciana de San Jaime, en julio, y en ellas deber¨ªan tener cabida los que hasta esas fechas sean triunfadores. Sin embargo, lo m¨¢s probable ser¨¢ que ambos abonos re¨²nan principalmente a los toreros que imponen los grandes empresarios, como siempre. Bilbao, en agosto, en cambio, posiblemente acoger¨¢ a espadas y ganader¨ªas que hayan respondido adecuadamente en Madrid, ya que el coso vizca¨ªno tambi¨¦n es feudo de Chopera. De aqu¨ª en adelante todo vaticinio entrar¨ªa en el ¨¢mbito de la ficci¨®n cient¨ªfica, si no fuera porque la experiencia dicta (y la afici¨®n sabe) que, mientras unos pocos empresarios manden en el espect¨¢culo, las figuras de sus exclusivas torear¨¢n a su acomodo.
El toro en puntas, sin embargo, podr¨ªa desbaratar estos prop¨®sitos y conmover las monol¨ªticas estructuras. El toro en puntas, si finalmente sale con asiduidad, har¨¢ mudar de puesto adem¨¢s de la color- a muchos de los espadas que durante a?os han usurpado la cabecera del escalaf¨®n.
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