Teresa Berganza vuelve al Real Coliseo de El Escorial para cantar m¨²sica espa?ola

Vuelve esta noche al Real Coliseo de Carlos III (San Lorenzo de El Escorial), la voz de Teresa Berganza, primera que sonara en la reinauguraci¨®n del bell¨ªsimo teatro de corte. Esta vez, Teresa Berganza, acompa?ada por el guitarrista y laudista Jos¨¦ Miguel Moreno, cantar¨¢ m¨²sica espa?ola: viejos autores renacentistas (Fuenllana, Mudarra, Valderr¨¢bano, Narv¨¢ez) que fueron capaces de sintetizar en la combinaci¨®n voz-vihuela toda la sustancia de la mejor polifon¨ªa.

Los m¨²sicos que va a interpretar hoy Teresa Berganza son antecedentes del dieciochesco Vicente Mart¨ªn y Soler, valenciano universal, poco menos que olvidado en nuestro tiempo y, sin embargo, protagonista de grandes exitos en la Viena de Mozart o la San Petesburgo de Catalina la Grande. Despu¨¦s, las voces familiares -mejor dir¨ªamos naturales- de Enrique Granados, Joaqu¨ªn Rodrigo y Federico Garc¨ªa Lorca.El coliseo escurialense es peque?o y muchos se quedar¨¢n sin poder escuchar a Teresa. Bueno ser¨¢ anunciar, entonces, que dentro de pocos d¨ªas la gran cantante espa?ola ofrecer¨¢ un recital en el teatro Real. Debe destacarse que, una vez m¨¢s, Berganza act¨²a desinteresadamente y en beneficio de la Asociaci¨®n Cultural Padre Soler, que tan interesante labor desarrolla en San Lorenzo, entre cuya poblaci¨®n ha adquirido carta de naturaleza. Se rendir¨¢ a Teresa Berganza homenaje por la reciente concesi¨®n de la Medalla de Oro al M¨¦rito en las Bellas Artes con la que ha sido distinguida por el Ministerio die Cultura.

Teresa Berganza, madrile?a, hab¨ªa estudiado m¨²sica con gran intensidad y amplitud (piano, ¨®rgano, armon¨ªa) cuando en los a?os cincuenta, fresco todav¨ªa su aprendizaje con Lola Rodr¨ªguez de Arag¨®n, que culmina en el Premio Lucrecia Arana, salta a la escena l¨ªrica internacional como gran sorpresa, a modo de inesperado descubrirniento. "Mi profesora", declara Teresa en Par¨ªs, "me hizo todo: la t¨¦cnica y el estilo".

Espa?a, una vez m¨¢s, daba al mundo una voz tan sensacional como distinta y una personalidad s¨®lo comparable consigo misma.. El arte de Teresa comenz¨® entre las notas de Falla y Turina, de Granados y Guridi, del Schumann de Amor y vida de mujer. La interpretaci¨®n de este ciclo, "que yo abord¨¦ tempranamente en Madrid con gran inconsciencia", dir¨¢ la cantante pasados unos a?os, "supuso un triunfo incre¨ªble".

Por entonces ya trabajaba Rossini -fue inolvidable su aria Una voce poco fa, en las pruebas para el Lucrecia Arana- y Mozart, cuyo Cherubino se hizo mod¨¦lico en Europa entera. Y Cenerentola y la Salud de La vida breve, y Monteverdi; cuando crey¨®, llegado el momento, una renovada visi¨®n de Carmen, limpia de toda adherencia pintoresca.

Hay en el color de la voz de Teresa un no s¨¦ qu¨¦ de melancol¨ªa que parece contradecir la alegr¨ªa espirituosa de la persona. Teresa es conmovedora, su manera tiende a ordenar las "pasiones" en el sentido monteverdiano del t¨¦rmino.

En cuanto hace Teresa asoma, con bien definido perfil, el genio de la raza, del que se deriva la asombrosa autenticidad de su Falla, su Lorca, su Turina o su Guridi.