"Ya est¨¢ bien de aplazar el juicio", dicen las once mujeres acusadas de pr¨¢cticas abortivas
Algo, sin duda, ha cambiado desde que, en octubre de 1979, comparecieron ante un tribunal en Bilbao las once mujeres implicadas en los abortos practicados a ocho de ellas en Basauri hace aproximadamente diez a?os. En 1979 costaba Dios y ayuda que estas mujeres, cargadas de hijos, enfermedades y problemas econ¨®micos, comparecieran en una conferencia de Prensa. El domingo, sin embargo, se presentaron en un cine de Bilbao, ante m¨¢s de mil personas, en un acto organizado por su causa, "porque nos sentimos apoyadas", y contaban a la entrada que "eran ellas" y que ya estaba bien de aplazar el juicio, que se celebrara y que durara s¨®lo una jornada, "porque si no los maridos tienen que dejar dos d¨ªas de trabajar".
Josefa, Juana, Anuncia, Covadonga y Faustina ya no lloran cuando pasan revista a su historia y, aunque en alg¨²n momento se escape un retazo de culpabilidad moral de alguna de ellas, desde el punto de vista del C¨®digo Penal creen tener sus casos claros como la luz y no se les pasa por la cabeza que un juez pudiera separarlas del marido o de los ni?os, y piden abiertamente que se legalice el aborto y "que se consiga algo con este juicio, por lo menos unas cl¨ªnicas en regla".Las mujeres que van a comparecer hoy ante la secci¨®n segunda de la Audiencia Provincial de Bilbao tienen m¨¢s conciencia que hace dos a?os de que su caso desborda las calles estrechas de Basauri. La necesidad de mover su propio pasado y darse cuenta de que ese pasado tiene ya m¨¢s de colectivo que de estrictamente personal de cada una de ellas, las hace repetir que "por favor, ten¨¦is que contar todo lo que est¨¢n haciendo ¨¦stas, que es tan importante" y "¨¦stas" es, por extensi¨®n, una componente de la Asamblea de Mujeres de Vizcaya que nos ha acompa?ado a verlas a sus casas. Las muestras de solidaridad que vienen recibiendo desde hace a?os han influido indiscutiblemente en sus planteamientos y no dudan en pedir que se sigan produciendo. Anuncia, que es gallega, quiere que "se muevan las de La Coru?a, que son de mi pueblo".
Dos de las mujeres juzgadas por aborto se han hecho ligadura de trompas y el resto toma anticonceptivos, "cosa que hace diez a?os no nos daban". No obstante, siguen teniendo dificultades, porque "en Cruces el aparatito se cobra a cinco mil pesetas y a una amiga m¨ªa le ha costado diez mil".
Los hijos no saben nada
Las mujeres de Basauri siguen sin querer que se les hagan fotos. Dicen que es por los hijos. "Los ni?os no saben nada, ni se imaginan", comenta Faustina. "El otro d¨ªa, cuando las de Gij¨®n pidieron por la radio que se aplazara el juicio, me pregunt¨® uno: 'ama, ?qu¨¦ es el aborto?'. Y yo le dije pues no s¨¦, hijo".Dicen las procesadas que el hecho de que sus maridos las apoyen es muy importante. No obstante, ni la solidaridad ni el tiempo transcurrido hacen olvidar los momentos por los que pasaron tras su detenci¨®n. "Me dijo el marido que lo negar¨ªa, dice Covadonga, que cambia el tiempo verbal por mor de esa media vida que lleva en Vizcaya "pero eran cuatro o cinco los que me subieron del calabozo, me aturdieron y me dijeron que si el marido me pegaba. Yo les tuve que decir que ¨¦l no lo sab¨ªa".
Una de ellas, Julia, la mujer que les hizo los abortos y a la que piden sesenta a?os de prisi¨®n, es, simplemente, "la de la tienda". Ya no vive en Basauri, sino en una zona modesta de Bilbao, pero Covadonga recuerda su estancia en el barrio. "Una ma?ana le dije a la de la tienda que igual estaba en estado", recuerda. "A la tarde me fue ella a casa. Yo estaba animada y ella me animaba m¨¢s. Quise consultar con el marido y ¨¦l me dijo que si yo estaba conforme y no me pasaba nada, que s¨ª, que lo hiciera. Pagu¨¦ tres mil pesetas".
Faustina tiene ahora tres cr¨ªos y los puede mantener -"claro, porque tu marido te gana un sueldo m¨¢s alto", interviene Juana-, pero dice que toma anticonceptivos, "porque si no, trece a?os casada, trece hijos". Cuando Juana comenta "?qu¨¦ currel¨®n!", ella a?ade: "Si se llevan once meses...".
El m¨¦dico le neg¨® anticonceptivos a Faustina hace doce a?os y ahora ella los toma, "pero no me hago an¨¢lisis, soy una dejada. Cuando estoy mal de perras, voy por la receta. S¨ª no, me los compro yo".
Anuncia tiene la cabeza "muy vac¨ªa" y teme quedarse callada por los nervios ante el tribunal. "Las chicas", cuenta, "nacieron ya mal. Luego, entre ellas vino un chico subnormal y, me dijeron en Basurto, donde muri¨® el chaval despu¨¦s de tres transfusiones, que yo ten¨ªa la sangre mal. La primera ni?a tambi¨¦n tuve que ingresarla pero se salv¨®. La segunda estaba mal, aunque sali¨® adelante. Como iba chico-chica, chico-chica, al quinto embarazo pens¨¦ que iba a ser chico y subnormal, como los otros dos. No me lo pens¨¦, porque para salir sufriendo...".
Juana comenta que ahora pueden moverse por el barrio, ir a la compra y que no les importa. "Entonces pensamos qu¨¦ dir¨ªa la gente, est¨¢bamos indecisas de salir incluso a la triste panader¨ªa. Hoy, ya viste ayer, fuimos al mitin y dimos a conocer nuestros rostros al p¨²blico asistente".
Esto se debe, seg¨²n Juana, "al apoyo de la Asamblea de Mujeres de Vizcaya y a la complicidad que ha habido con nosotras".
Las circunstancias de Juana, que, como Josefa, ha tenido otro hijo despu¨¦s de su aborto voluntario, no han cambiado demasiado: "Mis hijos tienen un problema gen¨¦tico", cuenta, "nacen con hemorragias digestivas, porque yo, en cuanto me quedo embarazada, empiezo con insuficiencia hep¨¢tica celular. A esta ¨²ltima hija la he tenido que aceptar, pero el mayor de los ni?os lleva once a?os enfermo con una especie de leucemia y se lleva diecis¨¦is o dieciocho meses con el otro. El cuarto naci¨® en las mismas circunstancias. Le ingres¨¦ cuando ten¨ªa veinte d¨ªas y le saqu¨¦ de cuidados intensivos con cinco meses y a base de transfusiones. Por eso ahora, como todas, estoy por la legalizaci¨®n del aborto".
Faustina dice que "con una falta de un mes es imposible que mates a nadie". Y Juana a?ade que "el amor y el sentimiento empieza cuando coge cuerpo lo que tienes dentro".
Las mujeres de Basauri dejar¨¢n hoy a los cr¨ªos con las abuelas para ir a presentarse ante el tribunal. Los de Covadonga se quedar¨¢n solos, aunque "les har¨¦ una tortilla, por si acaso". Josefa dejar¨¢ a su ni?o de nueve meses con una prima, porque los otros tres ya son mayores. Esperan volver como tarde, para prepararles la cena.
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