Le¨®n Poliakov: 'La idea del compl¨® como origen de las revoluciones es una constante hist¨®rica'
El profesor franc¨¦s present¨® su libro 'La causalidad diab¨®lica'
Dos libros present¨® anteayer el profesor Le¨®n Poliakov: el cuarto tomo de su Historia del antisemitismo, titulado La Europa suicida, y publicado hace pocos meses por Muchnik Editor, y La causalidad diab¨®lica, reci¨¦n aparecido, un libro sobre las persecuciones, no s¨®lo en lo que se refiere a los jud¨ªos, sino a otros grupos humanos minoritarios, en distintos momentos hist¨®ricos, y que encarnaban, para la cultura mayoritaria, la idea de lo diab¨®lico. Abrabam Bengio, director del Instituto Franc¨¦s en Madrid, actu¨® como introductor del historiador, actual director del Centro Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas de Francia.
"La gran revoluci¨®n rusa de 1917", dice Le¨®n Poliakov, "fue entendida desde la propaganda zarista como el resultado de un compl¨® jud¨ªo. Era un intento de desprestigiar a los revolucionarios, que desde el punto de vista de la historia, no se puede mantener, ni se mantiene, pero que hasta 1920 fue seriamente discutido. De hecho, esta idea fue recorriendo Europa, de pa¨ªs a pa¨ªs, hasta cuajar en el nazismo. La manera como se fue extendiendo la idea del compl¨® jud¨ªo la estudio en La Europa suicida. Y de ah¨ª, como todo libro surge de otro, naci¨® la necesidad de estudiar el papel en la historia de la idea de un compl¨® como origen y causa de los cambios sociales o de las dificultades"."En resumen", dice, "el compl¨® es siempre una conspiraci¨®n de infieles. Durante muchos siglos, los ¨²nicos infieles que conviv¨ªan con la cultura mayoritaria en Occidente eran los jud¨ªos. Luego, con la reforma, la Iglesia cat¨®lica se dividi¨® y aparecieron facciones internas: ahora el compl¨® pod¨ªa ser de los jesuitas o de los francmasones. M¨¢s tarde, los que pueden estar conspirando son los comunistas, los sionistas los imperialistas... El tema es explicar la historia por la voluntad mal¨¦fica de unos cuantos, que siempre son diferentes".
La historia se ha explicado, seg¨²n Poliakov, por causas un¨ªvocas, hasta con la mejor intenci¨®n. Y, dice, para cada hecho, incluidos la persecuci¨®n y la tortura, el exterminio o la expulsi¨®n, "hay venticinco razones: econ¨®micas, pol¨ªticas, de clase, religiosas, pasionales...". En esa idea de que siempre hay un demonio detr¨¢s de las crisis hay, seg¨²n el historiador, "fuertes componentes pasionales, tal vez lo que mejor explica todo esto".
En Francia, durante la ocupaci¨®n nazi, cre¨®, en el marco de un peque?o bar, "un centro de resistencia, una f¨¢brica de documentaci¨®n salvadora para los jud¨ªos y tambi¨¦n para los maquis, a medida que se iba organizando la resistencia". "Se llamaba El caf¨¦ de la Mina, pero como nosotros nos llam¨¢bamos a nosotros mismos los m¨²sicos en mi autobiograf¨ªa lo llamo El albergue de los m¨²sicos, y ese bistro ha dado el nombre a este libro m¨ªo que es de momento, el ¨²ltimo". Los m¨²sicos de Poliakov no eran los de la Orquesta Roja, dice: "Nosotros ¨¦ramos una organizaci¨®n mucho m¨¢s peque?a".
Historiador implacable
Y fue m¨¢s tarde cuando Poliakov, que seg¨²n Abraham Bengio es "el m¨¢ximo conocedor de la historia exterior del pueblo jud¨ªo, es decir, de las vicisitudes por las que ¨¦ste ha pasado", se convirti¨® en el concienzudo, minucioso, implacable historiador que es. "Se cre¨® en Par¨ªs un centro de documentaci¨®n para estudiar la matanza nazi, y empec¨¦ a trabajar con ellos. Como la nuestra era la ¨²nica documentaci¨®n de que Francia dispon¨ªa -y all¨ª estaba buen n¨²mero de claves de lo ocurrido en Polonia- fui con la delegaci¨®n francesa al Proceso de Nuremberg, donde tuve acceso a nueva documentaci¨®n aportada por otros pa¨ªses. A la vuelta, escrib¨ª el primer libro, Breviario del odio. Luego fui volviendo atr¨¢s en la historia, hasta los or¨ªgenes de todo".En la Universidad mont¨® un grupo "para el estudio del racismo. Y para sorpresa de los estudiantes, la mayor parte de los intelectuales del siglo de las luces y del XIX eran racistas, y antijud¨ªos. S¨®lo Nietszche se salva por su antipat¨ªa hacia los antisemitas furibundos germ¨¢nicos".
Babelia
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