La afici¨®n olvida el desaire

Plaza de Castell¨®n. Ultima de la Magdalena. Lleno.Cinco toros del Jaral de la Mira, con trap¨ªo, desiguales de juego, y uno de Dolores Aguirre, bravo y bondadoso. D¨¢maso Gonz¨¢lez, siete pinchazos (silencio). Media y descabello (silencio). Emilio Mu?oz, dos pinchazos y estocada (palmas). Media y descabello (silencio). El Soro, dos pinchazos y, estocada (oreja). Estocada y, descabello (dos orejas y rabo).

La afici¨®n de Castell¨®n se olvid¨® del desaire que le hab¨ªa hecho el empresario Jard¨®n al suspender la corrida del s¨¢bado, y estuvo al filo de acabar las localidades. Aunque en los tendidos se advert¨ªan gran n¨²mero de partidarios de El Soro, el novel matador se mostr¨® liberado de la losa de responsabilidad que supuso para ¨¦l hacer el pase¨ªllo tres tardes casi consecutivas en Valencia. Relajado y menos afectado, mont¨® dos faenas variadas que le hicieron conectar r¨¢pidamente con los tendidos. El tercio de banderillas al sexto, un toro de Dolores Aguirre con muchos pitones pero con clase, le dio altura y proyecci¨®n a este joven matador. Con la muleta se mostr¨® decidido y sin abusar de los encimismos que le produjeron las primeras reprimendas en Valencia. Con la espada, fall¨® en el tercero y con todo logr¨® una oreja con mucha fuerza. En el que cerr¨® plaza y feria, dej¨® un espadazo hasta las cintas

D¨¢maso Gonz¨¢lez que hab¨ªa montado una faena tesonera en su primero, fall¨® estrepitosamente con la espada, en el cuarto, el m¨¢s bronco de los toros de el Jaral y con los pitones destrozados, brind¨® al p¨²blico pero no hubo m¨¢s historia.

Emilio Mu?oz se mostr¨® cauto en su dos toros. El primero le lleg¨® con br¨ªo a la muleta y cuando pareci¨® que lo ten¨ªa dominado por el pit¨®n derecho, se cambi¨® la muleta y a partir de ah¨ª no hubo continuidad. Lo mat¨® de media y descabello y el personal aplaudi¨® m¨¢s al toro que al torero.