Polic¨ªa y eusquera

Quisiera manifestarle mi profunda discrepancia con el articulo editorial publicado por su diario el pasado 11 de marzo referente al problema planteado por cuatro polic¨ªas nacionales que quieren recibir clases de eusquera en una euskaltegia.El problema planteado por este suceso es, en realidad, muy otro. Es el problema del radical divorcio existente entre la polic¨ªa del Estado espa?ol y ampl¨ªsimos sectores del pueblo vasco. "Un polic¨ªa", se argumenta, "es un ciudadano m¨¢s". Los alumnos y profesores de la euskaltegia piensan que no, y argumentan, apoy¨¢ndose en una experiencia de decenios, que no se detuvo el 20 de noviembre de 1975. En las comisar¨ªas y cuartelillos del Estado espa?ol un vasco no es "un ciudadano m¨¢s". En las calles de Euskadi, un polic¨ªa no es un ciudadano m¨¢s. Ese es el hecho concreto. Y para condenar la posici¨®n de los alumnos y profesores de la euskaltegia habr¨ªa que demostrar que, en el contencioso, el culpable es el pueblo vasco, y no la polic¨ªa y su historial en aquellas tierras. Dicen los cuatro polic¨ªas que su deseo es conseguir una plena integraci¨®n en el pueblo vasco. Tal y como est¨¢n las cosas, para lograr este objetivo no deber¨ªan empezar por aprender eusquera, sino, yendo al meollo de la cuesti¨®n, por dejar el Cuerpo de Polic¨ªa. ?Amarga propuesta? Tal vez. Los hechos que la justifican no son, en todo caso, menos amargos. / . .