El anuario
Ram¨®n Tamames, que es un sensible y un sensitivo de los n¨²meros, pudo explicarnos un d¨ªa, en inolvidable libro, hasta el precio de cada bala que se dispar¨® en la guerra civil. Y pod¨ªa hacerme a m¨ª la otra noche precisiones tan finas como la de en qu¨¦ A?o Triunfal retir¨® Franco la calderilla de cobre, tesoro infantil de posguerra al que yo aludo en reciente libro y que para m¨ª, como para todos los "ni?os de derechas", tiene un valor emocional, proustiano, mucho m¨¢s que manchesteriano.Ram¨®n ha hecho uno de sus grandes libros con el Anuario de EL PAIS, porque hace falta mucha s.entimentalidad matem¨¢tica para acertar con los penetrables econ¨®micos, cient¨ªficos, sociales, culturales, industriales, comunicacionales de una ¨¦poca, que al fin son los penetrales de la historia. Lo que me ha interesado a m¨ª m¨¢s de este gran libro del colectivo/Ram¨®n, hasta ahora (es lectura que me va a evitar muchos best-sellers impuestos por el totalitarismo informativo), yo dir¨ªa que es el apartado de Publicidad, en que se dan las veintic¨ªnco primeras marcas anunciantes de Espa?a. En cabeza, El Corte Ingl¨¦s, que cubre todos los medios de comunicaci¨®n y totaliza muchos millones de pesetas al a?o. Esto nos explica bien que el espa?ol quiere, ante todo, un bienestar soportable y homog¨¦neo, libre y variado, y que gasta en ropa, muebles y embellecedores lo m¨¢s de su presupuesto. A Ojo de mal cubero sociol¨®gico se ve en los grandes almacenes, cuando va uno a comprarse un peine, que lo que m¨¢s venden es ropa, mobiliario y m¨²sica.
El espa?ol democr¨¢tico se ha instalado en el confort antes de tener acceso econ¨®mico real a ¨¦l, porque intuye que hay que instalarse en el presente, y prefiere el ocio de hoy al trabajo para ma?ana, porque el ma?ana siempre es del se?orito. Lo dec¨ªa yo aqu¨ª el otro d¨ªa, a prop¨®sito de los paradoslpunk: los pol¨ªticos est¨¢n jurando (en vano) m¨¢s trabajo, cuando lo que hay que jurarle a esta sociedad es m¨¢s ocio: manera de que trabajemos todos y trabajemos menos. El Churchill/Fraga, que le pide a este pueblo "sangre, sudor y l¨¢grimas", ya puede ir apagande, la luz al salir y darle el puro a un pobre.
La segunda gran empresa antinciante de Espa?a es la Seat, con lo que no hay m¨¢s que decir, sino a?adirse a lo anterior, pues que el coche, tanto como herramienta de trabajo, es hoy instrumento de liberaci¨®n, signo externo, chisme a lavar virilmente el fin de semana y expansi¨®n de la santa suegra. Seguimos en la cultura del ocio. Como seguimos con Galer¨ªas Preciados. Colacaos, renaults, cocacolas y televisiones nos confirman abrumadoramente (a ver si se enteran nuestros pol¨ªticos) la teor¨ªa y la pr¨¢ctica de que el espa?ol se ha instalado en el ocio, ha entendido la conquista del presente como la conquista del confort y ha privatizado su vida, como dicen ahora los soci¨®logos, y passa. Entre la ¨¦pica colectiva de las revoluciones vigiladas (y los pronunciamientos vigilantes) o la l¨ªrica individual y dom¨¦stica, el espa?ol ha pasado de ser Dao¨ªz y Velarde a ser el grillo del hogar, que era un grillo que ten¨ªa Dickens. Marcuse prenunci¨® al hombre poslunar y preapocal¨ªptico: "El hombre se reconoce en sus objetos". Desistan, pues, los ¨¦pico/ecuestres de arrastrar esl)a?oles a la salvaci¨®n de una patria que siempre es de alguien y no hay que salvar de nadie. Nescaf¨¦s, (,,odorni¨²s, danones, fords, freixenets, tejanos y martinis son la mercader¨ªa metafisica, el reino de las cosas en que cada uno es hoy delfin de acr¨ªlico.
El espa?ol ha realizado la conquista filos¨®fica del presente por la v¨ªa r¨¢pida: el consumo. Aqu¨ª y ahora, que el futuro l¨ªempre es de alguien. Los enemigos fan¨¢ticos de la democracia de las ¨ªdeas est¨¢n derrotados de antemano por la plural democracia de las cosas.
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