El scalextric
El sue?o de la raz¨®n engendra monstruos y el sue?o de las dictaduras engendra scalextrics, rascacielos horteras donde hab¨ªa palacios con princesa altiva, valles de un faraonismo en camiseta de rojo con la perpetua y otras formidables y espantosas m¨¢quinas del despotismo ni siquiera ilustrado. Ahora, Tierno -y hace bienquiere tirar el scalextric de Atocha.Cuando entonces, como no se pod¨ªa hacer cr¨ªtica de nada, y la cr¨ªtica es al periodista lo que la tiza al tonto -una gozada-, cuando entonces, como todos est¨¢bamos con la compresa de la censura puesta, y sin m¨²sica de Serrat, encima, que tambi¨¦n era rojo de los que se reun¨ªan en Montserrat a no rezar, cuando entonces, todo periodista, incluso los m¨¢s adictos al Movimiento, seg¨²n constaba en m¨²ltiples certificados, todos desahogaban su natural y noble sentido cr¨ªtico, tan incardinado en esta profesi¨®n, sobre tres instituciones castizas: el Ayuntamiento, la Renfe y la Tabacalera. La Renfe sigue siendo igual de mala, pero urge m¨¢s que llegue la LAU que la llegada del tren. La Tabacalera sigue siendo igual de mala, pero el espa?ol con alma de nardo y pulmones de locomotora herrumbrosa, como hace a?os que tiene dinero y libertad comercial para fumar de todo, ya s¨®lo fuma nuestras patri¨®ticas y escarpadas labores. Los ayuntamientos siguen siendo igual de municipales, pero ahora son socialistas/comunistas e iluministas (Tierno), y lo que ya en tiempos de Arias Navarro le pareci¨® a toda la cr¨®nica municipal aberrante y demasi¨¦, o sea, la erecci¨®n del scalextric, como un aspa de cemento inmenso que tachaba "el sol popular de Atocha", hoy, cuando el alcalde anuncia que lo va a quitar, el anuncio le resulta mal a todo el mundo, porque los madrile?os somos unos sentimentales y nos encari?amos en seguida con nuestros monstruos: ah¨ª est¨¢ el cari?o que le cogimos a scalextrics humanos tan raros como Gir¨®n de Velasco, Arespacochaga, el ministro Arbur¨²a, que dec¨ªan que daba camiones, el citado Arias Navarro, reaparecido en la Santa Alianza de Fragabarne, y hasta el marqu¨¦s de la Valdavia, marchoso y de capa, que fue el modelo er¨®tico masculino de "las violeteras durante cuarenta a?os triunfales.
Yo, o sea, estoy con el personal. El scalextric de Arias/hormig¨®n/ espanto/Navarro es una balconada que sirvi¨®, cuando febrero fue el mes m¨¢s largo del a?o, para que mill¨®n y medio de madrile?os (la crema de la intelectualidad, como si dij¨¦ramos) le pegasen una puerta a Tejero Molina y le dijeran que no. S¨®lo por eso, el impresentable sealextric, monta?a rusa de la muerte fascista, por cuyo dise?o surrealista (que no vale precisamente ochenta millones, como el Dal¨ª de reciente subasta) se ha despe?ado mucho personal en autom¨®vil, a m¨ª me parece un monstruo entra?able, familiar, dom¨¦stico, un monstruo de mesa camilla, como el "perro Paco" de los tiempos de Linares Rivas o los enanos de Vel¨¢zquez. El scalextric es la balconada madrile?a a que se han asomado Ana Bel¨¦n y Rosa Le¨®n, como en el otro siglo Manolita Malasa?a y Clara del Rey, para tirarle tiestos dial¨¦cticos al cuartelazo, venga ¨¦ste de Napole¨®n o de ese Bonaparte sepulvedano y semialfabeto que es Tejero.
Pese a todo, luchando contra la nostalgia, el casticismo, el madrile?ismo, el costumbrismo, el ayer y todo tiempo pasado, que siempre fue mejor, a nuestro parescer, hay que derribar el scalextric y estar con el derribo. Seamos modernos, funcionales, audaces, progresistas, revolucionarios: dejemos las cosas como estaban. Hace veinte a?os, Atocha era una glorieta inmensa (m¨¢s gloria que glorieta) con Carlos V, la estaci¨®n modernista por donde lleg¨® Juan Ram¨®n a Madrid y los caballos griegos en el Ministerio de Agricultura. S¨®lo hay algo peor que el franquismo: el retrofranquismo.
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