La primera exposici¨®n de la obra de Dal¨ª e en Viena recuerda la relaci¨®n del pintor con la ciudad de Freud
Unas 250 obras, entre dibujos, acuarelas, collages, ¨®leos, esculturas y objetos diversos, componen la primera exposici¨®n monogr¨¢fica de Dal¨ª que se celebra en Viena, albergada en el dieciochesco recinto del palacio Auersperg. La muestra, que constituye la colecci¨®n del museo Perrot-Moore, de Cadaqu¨¦s, es complementada con los libros de texto pintarrajeados por el ni?o Dal¨ª, adem¨¢s de 150 litograf¨ªas y grabados que se encuentran expuestos y a la venta en una galer¨ªa anexa al palacio. La exposici¨®n sirve para recordar la ¨ªntima relaci¨®n que el artista tuvo con la ciudad de Sigmund Freud.
La exposici¨®n, inaugurada el 15 de marzo pasado durar¨¢ hasta el 18 de abril, fecha en la que ser¨¢ trasladada a la galer¨ªa Pitti, de Florencia. Su organizaci¨®n en Viena, de car¨¢cter privado, ha corrido a cargo del comerciante de objetos de arte vien¨¦s Gerhard Habarta, pero cuenta con el patrocinio oficial del embajador de Espa?a en Austria y la ministra austr¨ªaca de Ciencia e Investigaci¨®n.Aunque se trata de una ampliaci¨®n de la exposici¨®n realizada en Heidelberg (RFA) a finales del a?o pasado, la muestra presentada en la capital austriaca pone el acento en la relaci¨®n e interinfluencia mutua de Dal¨ª y Viena. Un viernes de excepci¨®n, Sigmund Freud, y su psicoan¨¢lisis, influyeron en Salvador Dal¨ª, quien a su vez ha marcado de forma importante la escuela de los pintores fant¨¢sticos austriacos, especialmente Hutter (1928) y Fuchs (1930).
En 1937, en el marco de un viaje cuyo destino central era Italia, Dal¨ª visit¨® Viena y la localidad de monta?a de Semmering, centro de deportes de invierno y de reposo Fue precisamente en Semmering pocos meses antes del anschluss y en el ambiente marcial austrofascista, donde Dal¨ª realiz¨® la Girafa ardiendo y Harpo Marx, empleando la t¨¦cnica del pastel. Tanto esta obra, que pretende tener car¨¢cter prof¨¦tico y apocal¨ªptico, como la serie de homenajes a los hermanos Marx, de la cual forma parte, se encuentran expuestas en Viena.
Te?ir el Danubio de rojo
Dal¨ª conocer¨ªa m¨¢s tarde, a trav¨¦s del escritor austr¨ªaco Stefan Zweig, a Sigmund Freud ya en su exilio de Londres tras la anexi¨®n hitleriana. Sin embargo, a pesar de este tel¨®n de fondo, no hab¨ªa sido posible, hasta ahora, presentar un conjunto de la obra de Salvador Dal¨ª en la capital austriaca.
En 1973 se intent¨® realizar una exposici¨®n de Dal¨ª en Viena, comenta Habarta. El artista de Cadaqu¨¦s estaba entusiasmado con la idea, y para inaugurar el acontecimiento quer¨ªa te?ir el Danubio de rojo, sacar girafas a la calle y envolver en papel de plexigl¨¢s las bo?igas de los lippizaner, los caballos blancos de la Escuela Espa?ola de Equitaci¨®n de Viena.
Todo ello, sin embargo, no pudo llevarse a cabo porque no exist¨ªan suficientes obras disponibles que permitiesen presentar un conjunto coherente de la obra de Dal¨ª. La exposici¨®n que se celebra ahora ofrece una visi¨®n general sobre toda la trayectoria art¨ªstica de Salvador Dal¨ª, desde una puesta de sol pintada cuando ¨¦ste ten¨ªa ocho a?os, hasta dibujos de la primera mitad de la d¨¦cada de los setenta. Faltan, sin embargo, los trabajos surrealistas m¨¢s conocidos. Entre los cuadros expuestos est¨¢n Villa Bertran, un gouache realizado en 1913, La muchacha y el marinero (1925), el Sue?o (1974), as¨ª como varias mistificaciones (de la virgen, para un tarot, de las Meninas), La estaci¨®n de Perpi?¨¢n (1965).
Entre las esculturas y objetos destacan la Venus con cajones, la Venus con girafa, y el Hombre p¨¢jaro. La colecci¨®n de dibujos expuestos, que incluye muestras de desnudos masculinos y femeninos y una selecci¨®n que se remonta a los a?os veinte, ha sido concebida como un homenaje al museo Albertina de Viena, uno de los m¨¢s importantes del mundo por su obra gr¨¢fica. Unos retratos de la emperatriz Elisabeth (Sissi) y el kaiser Franz Josep, enmarcan el cap¨ªtulo de los dibujos er¨®ticos, instalados en una de las salas del palacio Auersperg (1706), que brinda un marco de excepci¨®n para la obra de Dal¨ª.
Enormes ara?as de cristal que penden de los techos, molduras, doradas y espejos, tapices y ¨®leos de los siglos XVI y XVII, riberas y pinturas flamencas, establecen un interesante contrapunto con las im¨¢genes dalinianas. Presidiendo la gran escalinata central de acceso a la exposici¨®n, una estatua de Dal¨ª, apoyado en su bast¨®n, preside el conjunto enmarcado por sendos bustos de Carlos V y Maximiliano I. Como rumor de fondo, unos altavoces difunden la voz del pintor en un discurso mon¨®tono y pol¨ªglota surgido del hilvanado de varias entrevistas con Dal¨ª.
La exposici¨®n ha tenido una excelente acogida por parte del p¨²blico que llena las salas desde primeras horas de la ma?ana. Durante la primera semana, la muestra ha sido visitada por 14.000 personas, seg¨²n la organizaci¨®n.
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