La unificaci¨®n del Estado nacional rumano
Formado a lo largo de un proceso hist¨®rico complejo de convivencia de los dacios y los rumanos, de combinaci¨®n de la civilizaci¨®n aut¨®ctona dacia con la civilizaci¨®n romana, de la lengua dacia con la lengua latina, el pueblo rumano, uno de los m¨¢s antiguos pueblos del sureste de Europa, tal como lo demuestra la historia, ha ido acumulando a lo largo de los siglos una rica experiencia de vida nacional unitaria y de lucha por mantener su ser, asegurando el progreso social ascendente sobre el territorio de Ruman¨ªa, aportando su contribuci¨®n a la civilizaci¨®n humana en el sureste europeo.
Aunque dividido por fronteras artificiales, debido a las vicisitudes generadas por la pol¨ªtica de dominaci¨®n de las grandes potencias vecinas de la ¨¦poca, los imperios de Habsburgo, otomano y zarista, los ideales de unidad e independencia constituyeron una constante en los rumanos.En las condiciones del desarrollo del capitalismo, de la naci¨®n y conciencia nacional, en la conciencia de los rumanos se ha ido cimentando la idea de la necesidad de la formaci¨®n de un Estado rumano, unitario e independiente.
La manifestaci¨®n plenaria de la naci¨®n rumana, la reivindicaci¨®n de la Uni¨®n, constituyeron una preocupaci¨®n mayor de los revolucionarios de 1848 de todas las tres provincias rumanas: Valaquia, Moldavia y Transilvania. La idea de la unidad nacional se convirti¨® en la piedra angular y "la cumbre de todas las reformas", tal como apreciaba, en 1848, el gran estadista Mihail Kogalniceanu.
En las circunstancias internacionales existentes en los a?os 1848-1849, tomando en cuenta sobre todo la presencia de los imperios absolutistas vecinos, los rumanos no pudieron desarrollar, en la medida que ellos deseaban, el programa nacional y tampoco realizarlo, pero ¨¦ste qued¨® en su conciencia como un ideal por cumplir.
Entendiendo la importancia primordial de la unidad estatal, el gran revolucionario e historiador rumano Nicolae Balcescu pidi¨®, en los a?os subsiguientes a la derrota de la revoluci¨®n, que la consigna de la misma -justicia y hermandad- fuera completada con la palabra unidad. Era precisamente el per¨ªodo en que la Uni¨®n de los Principados se impuso como el primero y el m¨¢s importante punto del programa de liberaci¨®n. El movimiento en favor de la Uni¨®n se convirti¨®, a?o tras a?o, en una fuerza sociopol¨ªtica cada vez m¨¢s animada por los l¨ªderes patriotas. Tambi¨¦n en estos a?os, en el per¨ªodo de la guerra de Crimea, el problema de la reorganizaci¨®n de los Principados, e impl¨ªcitamente el problema de la Uni¨®n, se impuso a la atenci¨®n general de las canciller¨ªas y de las diplomacias del mundo.
Evidentemente, el imperio otomano y el de Habsburgo, al sentirse amenazados, fueron los primeros que se pronunciaron en contra de la Uni¨®n de los Principados, viendo en ello una primera etapa en el proceso de culminaci¨®n de la unidad de los rumanos y un preludio de la conquista de la independencia.
Al mismo tiempo, las autoridades del imperio habsb¨²rgico intensificaron sus represalias en contra de los rumanos de Transilvania, antiguo territorio rumano ocupado por los habsburgueses en aquel per¨ªodo para hacer frenar su voluntad y organizaci¨®n con vistas a unir los tres Principados hermanos, impidiendo en aquella fecha la uni¨®n de Transilvania con los dos principados rumanos: Valaquia y Moldavia.
Objeto del debate diplom¨¢tico, los principados rumanos se cortaban por s¨ª solos el camino hacia el cumplimiento de sus anhelos. Tanto el Tratado de Par¨ªs de 1856, como tambi¨¦n el convenio de agosto de 1858, no pudieron dar una soluci¨®n al problema de la Uni¨®n; ellas han facilitado, no obstante, su soluci¨®n por los rumanos.
Entre tanto, el pueblo rumano, a trav¨¦s de sus acciones en favor de la Uni¨®n, demostr¨® al mundo entero su decisi¨®n inquebrantable, pese a todas las dificultades, de realizar la Uni¨®n de los Principados. Los trabajos de las asambleas ad-hoc del oto?o de 1857 y, sobre todo, su voto a favor de la Uni¨®n y de la constituci¨®n en formas modernas del Estado nacional representar¨¢n una demostraci¨®n de patriotismo y madurez pol¨ªticos.
El convenio de agosto de 1858 al dar satisfacci¨®n formal a los rumanos mediante la denominaci¨®n de Principados Unidos que se les dio a Moldavia y Valaquia, ha con seguido mantener una separaci¨®n pol¨ªtico-administrativa en directa contradicci¨®n con el t¨ªtulo com¨²n que se les hab¨ªa otorgado.
Dos pr¨ªncipes, dos asambleas legislativas, dos Gobiernos y dos capitales, dos ej¨¦rcitos y dos Administraciones segu¨ªan estando al frente de los dos Estados. La realizaci¨®n de la Uni¨®n se hab¨ªa visto aplazada.
Pero la r¨¦plica de los rumanos no ha tardado y la soluci¨®n que ellos encontraron fue realista y valiente. Las asambleas colectivas de Ias y Bucarest eligieron, el 5 y el 24 de enero, respectivamente, al mismo pr¨ªncipe en la persona del coronel Alexandro Ion Cuza, l¨ªder del movimiento unionista y anteriormente l¨ªder de la revoluci¨®n de 1848. De esta manera la Uni¨®n estaba realizada.
Dos a?os m¨¢s tarde los Principados Rumanos Unidos obtuvieron el consentimiento de las potencias garantes para unir sus estructuras pol¨ªticas. Se ha formado in Estado unitario con un solo gobierno, una sola asamblea electiva y Administraci¨®n que pusieron las bases de un amplio programa de reformas sociales y la modernizaci¨®n del Estado rumano.
Al inscribirse como un momento d¨¦ referencia en la historia de Ruman¨ªa el acto hist¨®rico de la Uni¨®n de los Principados Rumanos del 24 de enero de 1859, se convirti¨® en una fiesta memorable le la naci¨®n rumana.
La Uni¨®n de los Principados ha constituido una etapa preliminar, pero decisiva, en la v¨ªa de unas importantes transformaciones sociales y nacionales, animando al pueblo rumano en su lucha por conquistar la independencia estatal en 877, y llev¨® m¨¢s tarde a la realizaci¨®n del Estado nacional unitario rumano, por la uni¨®n de Transilvania con Rumania el 1 de diciembre de 1918.
En la perspectiva de 123 a?os desde este acontecimiento hist¨®rico, el camino recorrido por Ruman¨ªa pone de manifiesto los esfuerzos y los ¨¦xitos de una naci¨®n, la cual, al respetar a todos los pueblos, exige ella misma leg¨ªtimamente sea respetada, la Uni¨®n de los Principados se pone de relieve como uno de los momentos decisivos del proceso del devenir de la Ruman¨ªa moderna y contempor¨¢ea, como el acto de nacimiento el Estado nacional rumano, ello constituyendo tambi¨¦n hoy d¨ªa, tal como lo consideraron en aquel entonces los contempor¨¢neos, "el d¨ªa e oro del siglo", el punto de part¨ªa para el cumplimiento de los; destinos leg¨ªtimos de la naci¨®n rumana.
es segundo secretario de Embajada de la Rep¨²blica Socialista de Ruman¨ªa en Espa?a.
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