Progresistas y conservadores
Espa?a ha comenzado ha vivir ya un ambiente preelectoral. En estas circunstancias -dice el autor- tiene sentido volver a cuestionarse los actuales contenidos de las palabras conservador y progresista. El electorado, deseoso de cambios, puede preferir m¨¢s al progresista que al conservador. Pero en este sentido de identificar actitudes progresistas con esp¨ªritu cr¨ªtico, ?qui¨¦n es m¨¢s progresista? ?Antonio de Senillosa o Calvo Sotelo? ?Gregorio Peces-Barba o Fern¨¢ndez Ord¨®?ez?La joven democracia espa?ola va abri¨¦ndose camino a trancas y barrancas y saltando como puede los innumerables obst¨¢culos que algunos nost¨¢lgicos del r¨¦gimen anterior insisten en poner en su camino. Despu¨¦s de casi cinco a?os de Parlamento democr¨¢tico, muchos han sido los cambios producidos en el panorama pol¨ªtico, todos ellos tendentes, desde mi punto de vista, a la consolidaci¨®n de un espectro pol¨ªtico de corte europeo, en el que emerge una socialdemocracia dominante frente a un repliegue en las urnas de derecha e izquierda tradicionales. Todo ello con un denominador com¨²n de moderaci¨®n en todas las opciones pol¨ªticas; es decir, no s¨®lo se han moderado los se?ores Carrillo y Gonz¨¢lez, sino que tambi¨¦n lo ha hecho el se?or Fraga.
Sin embargo, el hecho de que la moderaci¨®n y la flexibilidad de planteamientos vendan hoy m¨¢s que la rigidez o el dogmatismo no es ¨®bice para que siga siendo posible establecer una l¨ªnea divisoria n¨ªtida entre persorias p¨²blicas progresistas y personas p¨²blicas conservadoras, sin que por ello tenga por qu¨¦ coincidir exactamente con su ubicaci¨®n politica en "las izquierdas" o en "las derechas".
No cabe duda dle que un parlamentario "de izquierdas" ser¨¢, en principio, m¨¢s propenso que el "de derechas" a tener una actitud personal progresista, pero no tienen por qu¨¦ coincidir la lista de unos y la de otros con la de las votaciones que se producen en el Congreso sobre la ley de Incompatibilidades, por ejemplo. El t¨¦rmino "progresista" tiene un alcance privado que se sale, sin duda, de la adscripci¨®n pol¨ªtica de las personas.
?Cu¨¢l es entonces la esencia del progresismo? ?Por qu¨¦ se puede decir que Ignacio Gallego es conservador, por ejemplo, y que Antonio de Senillosa es progresista? La respuesta no es matem¨¢tica. El progresismo est¨¢ relacionado en parte con varias circunstancias, pero no ¨²nicamente con alguna de ellas. Act¨²an sobre la configuraci¨®n de una personalidad progresista o conservadora variables, como la clase social, la educaci¨®n, los intereses econ¨®micos, el matrimonio, la generaci¨®n, la edad o las ideas pol¨ªticas, pero se pueden encontrar innumerables ejemplos de la imposibilidad de establecer una relaci¨®n biun¨ªvoca entre alguna de ellas y los talantes progresista y conservador. Hay casos extremos, claro est¨¢, en, que una de esas circunstancias lleva aparejada una de las dos caracter¨ªsticas que nos ocupan; evidentemente, es muy dif¨ªcil que un militante en activo de Fuerza Nueva tenga una actitud personal progresista ante la vida. Pero esos casos no resuelven el planteamiento general que se intenta hacer aqu¨ª.
La actitud progresista s¨ª est¨¢, en cambio, ciertamente relacionada con el esp¨ªritu cr¨ªtico que anima a la persona; una persona que se cuestiona casi todo y a quien no importa vivir en el borde del precipicio ser¨¢ progresista cualquiera que sean su extracci¨®n social o sus ideas pol¨ªticas. Jruschov era conservador, mientras que Kennedy era progresista.
Habr¨ªan de reflexionar los pol¨ªticos espa?oles sobre estas disquisiciones porque en el mundo desideologizado de las democracias occidentales el votante elige m¨¢s entre actitudes que entre ideas. Muchos ciudadanos americanos se quedaron en sus casas en las ¨²ltimas elecciones propiciando as¨ª la victoria de Reagan; pero el motivo de la abstenci¨®n no fue tanto ideol¨®gico como de desenga?o ante las actitudes conservadoras de ambos candidatos. El se?or Carter era menos "de derechas" que el se?or Reagan, pero era tan "conservador" como ¨¦l; de forma que los progresistas, simplemente, "pasaron" de elecciones.
En Espa?a se vive en estos momentos un ambiente preelectoral. Las expectativas de una victoria socialista en las pr¨®ximas elecciones se basan m¨¢s en la imagen progresista de su jefe de fila que en cambios ideol¨®gicos que se hayan podido producir en la poblaci¨®n desde 1979. Es dif¨ªcil e creer que haya en estos momentos m¨¢s espa?oles con ideolog¨ªa de izquierdas (aunque sea moderada) que de derechas; lo que pasa es que en este per¨ªodo de consolidaci¨®n democr¨¢tica, despu¨¦s de cuarenta a?os de dictadura, hay m¨¢s progresistas con derecho a voto que conservadores. Esa y no otra es la circunstancia que va a permitir al grupo de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez tener un mayor reflejo en las urnas del que se cree en las instancias gubernamentales o socialistas. Ser¨ªa casi imposible distinguir una politica econ¨®mica o militar "ordo?ista" en la pr¨¢ctica de la que actualmente est¨¢ aplicando UCD; sin embargo, los electores del PAD y de UCD ser¨¢n significativamente distintos en las pr¨®ximas elecciones. Es el arte de magia de la imagen.
Todas estas consideraciones no han de ser entendidas, sin embargo, desde el punto de vista m¨¢s pesimista de la ausencia de ideolog¨ªa en el juego pol¨ªtico espa?ol. Los calificativos de progresista o con servador s¨®lo son eso: calificativos que se aplican a una sustancia ideol¨®gica que es la que, en ¨²ltimo t¨¦rmino, informa la vida pol¨ªtica. Por muy conservador que resulte ser Gregorio Peces-Barba y por muy progresista que pueda ser Adolfo Su¨¢rez, los votantes de uno y otro ser¨¢n, a la postre, muy diferentes, y por tanto, los Gobiernos de coalici¨®n son todav¨ªa en Espa?a una pr¨¢ctica dif¨ªcil y complicada.
P¨¦rdida del esp¨ªritu cr¨ªtico
Por otro lado, habr¨¢ que comprobar hasta qu¨¦ punto el ejercicio del poder engendra en los que lo detentan una p¨¦rdida de esp¨ªritu cr¨ªtico o, lo que es lo mismo, un s¨ªndrome conservador que empa?a sus planteamientos personalmente progresistas. No es casualidad que la imagen p¨²blica del se?or Fraga tenga algunos ribetes m¨¢s progresistas en la actualidad que la del mismo presidente del Gobierno. As¨ª pues, tres variables cuasi independientes se entremezclan en este somero an¨¢lisis: ideolog¨ªa pol¨ªtica, esp¨ªritu cr¨ªtico ante la vida y proximidad al poder. Al votante compete la no f¨¢cil tarea de desentra?arlos.
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