Interpretaci¨®n del erotismo
Casi treinta a?os han sido necesarios para que pueda estrenarse en Espa?a Baby Doll, que en 1956 escandaliz¨® a la Liga de Decencia Norteamericana de tal forma que se empe?¨® en boicotear las proyecciones y en estimular al cardenal Spellman para que divulgara una opini¨®n negativa, lo que sumisamente ¨¦l hizo, aunque jam¨¢s hubiera visto la pel¨ªcula.Kazan hab¨ªa vencido a la censura ingeni¨¢ndoselas para realizar uno de los filmes m¨¢s er¨®ticos de la ¨¦poca sin que las im¨¢genes agredieran nunca los l¨ªmites aceptados por la ley. En su b¨²squeda indirecta, encontr¨® lo que m¨¢s molestaba: un ambiente morboso, inquietante, s¨®lo sugerido pero con provocaciones intolerables para los sectores ultras de su pa¨ªs.
Baby Doll
Productor y director. Elia Kazan. Gui¨®n: Tennessee Williams, basado en sus obras 27 wagonsfull of cotton y The un satisfactory supper or the long stay cut short. Fotografia: Boris Kaufman. M¨²sica: Kenyon Hopkins. Int¨¦rpretes: Carroll Baker, Carl Malden, Eli Wallach, Mildred Dunnock. Norteamericana, 1956. Drama. Local de estreno: Alexandra.
El esquema de la pel¨ªcula era, sin embargo, muy simple. Inspirado en diversos textos de Tennessee Williams, se pretend¨ªa, ante todo, proponer un ejercicio de interpretaci¨®n. Realizada tras La ley del silencio y Al este del Ed¨¦n, Kazan intentaba investigar en su labor de direcci¨®n ofreciendo al tiempo un curioso documental de la decadencia del Sur, donde los objetivos de la realidad adquieren intermitentemente connotaciones fant¨¢sticas. La ruina, la miseria de los negros, la llegada de nuevos elementos capaces de perturbar la monoton¨ªa son el tel¨®n de fondo de una historia que no alcanza m¨¢s significaci¨®n. Es, ante todo, un juego ir¨®nico y de cierta crueldad que respeta s¨®lo tangencialmente la est¨¦tica de Williams, aunque no pueda evitar su deuda con el origen teatral.
Las escenas aisladas que los alumnos del Actor's Studio ensayaban como trabajo diario fueron unidas por Williams y Kazan en una historia com¨²n que, por ello, adolece en ocasiones de falta de unidad. Los distintos momentos de la pel¨ªcula se alternan en aparente desorden. En los ¨²ltimos fragmentos, sin embargo, se pretende una orientaci¨®n un¨ªvoca: las dos mujeres abandonadas cuya ¨²nica esperanza es la de ser recordadas al d¨ªa siguiente tratan de convertir Baby Doll en un testimonio de su situaci¨®n social. Pero no es necesario valorar la pel¨ªcula en esta dimensi¨®n cr¨ªtica, por otra parte s¨®lo levemente apuntada.
Es un ejercicio profesional con excelentes y divertidos momentos, localizados fundamentalmente en la parte central de la pel¨ªcula, cuando el emigrante italiano seduce, en una largu¨ªsima y bella secuencia, a la joven mujer de quien, por venganza, incendi¨® sus ricas propiedades.
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